Pronóstico reservado y un país dividido y crispado: Noboa y González se disputarán la presidencia voto a voto

AFP, EFE
El mandatario de Ecuador, Daniel Noboa, y su rival correísta Luisa González cerraron anoche sus campañas electorales en el puerto de Guayaquil, espejo de la cerrada diferencia que separa a los candidatos de cara al balotaje del domingo.

Capital económica, centro de operaciones del narcotráfico, cuna de Noboa y bastión del expresidente Rafael Correa -padrino político de González-, Guayaquil es el símbolo de un país divido y crispado.

Tras una reñida primera vuelta, en la que Noboa salió primero por menos de un punto porcentual, los candidatos quemaron sus últimos cartuchos para cazar votos de indecisos en una nación donde el sufragio es obligatorio.

La desinformación impulsada por un uso sofisticado de la inteligencia artificial, enconados debates y los frecuentes dardos entre los candidatos, marcaron este periodo electoral. También una creciente violencia con un asesinato cada hora entre enero y febrero, el inicio de año más sangriento desde que se tiene registros.

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Con 37 años y uno de los presidentes más jóvenes del mundo, Noboa usó las redes sociales como principal plataforma de propaganda política.

Trepado en un tanque de guerra con chaleco y casco antibalas, en una maratón de 10 kilómetros junto a su esposa, tocando la guitarra o en una sesión de tatuajes, el gobernante mezcla una imagen de mano de hierro contra el crimen y personalidad juvenil.

También ataca al correísmo como el culpable del crecimiento de la violencia por su trato indulgente contra las bandas.

“Este domingo vamos a acabar con el narcorterrorismo, vamos a quitarle todo chance a las mafias”, promete Noboa.

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Diez años mayor, González apela a imagen de mujer de pueblo y madre soltera que conoce las dificultades del ecuatoriano promedio. Con frecuencia critica el origen de Noboa, hijo de un magnate de la industria del banano.

Más de 13 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas el próximo domingo para designar al gobernante para el periodo 2025-2029, entre Noboa y González.

Noboa es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región. En la recta final, ha buscado el apoyo de Donald Trump en la lucha contra el crimen y apuesta por el regreso de bases militares extranjeras, hoy prohibidas en la Constitución.

“Vamos a hacer respetar nuestro derecho a la democracia y si ese Consejo Nacional Electoral no cumple con su trabajo (...) sabremos responderle si es necesario en las calles”, advirtió González en Quito el miércoles.

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La votación anticipada para la segunda vuelta del domingo comenzó ayer jueves en las cárceles, epicentro de la crisis de violencia que vive el país y uno de los escenarios de la “guerra” que Noboa ha declarado a las bandas criminales, en la que ha militarizado las prisiones.

Para el sufragio están habilitados 5.519 presos sin sentencia en firme, recluidos en cuarenta cárceles, en 20 de las 24 provincias del país.

Las cárceles de Ecuador están bajo control de los militares desde enero de 2024, cuando Noboa declaró el conflicto armado interno contra los grupos criminales, a los que pasó a llamar “terroristas” y a los que se atribuyen las masacres ocurridas en las cárceles en los últimos años.

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Entre 2021 y 2024 han asesinado a más de 500 presos en las cárceles, la mayoría en una serie de masacres por disputas entre bandas criminales rivales, a quienes se les atribuye también la escalada de violencia que afecta a Ecuador a nivel nacional, al punto de que en 2023 se situó a la cabeza del índice de homicidios en Latinoamérica.

Noboa aseguró el miércoles que la segunda vuelta del domingo es “la votación más importante de la historia de Ecuador”. En un acto en Quito, donde también intervino la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el mandatario animó a sus seguidores a “acabar con esa ‘revolución fallida’”, en referencia a la Revolución Ciudadana, el partido de González que lidera Rafael Correa.