EFE, AFP
Varios partidos y organizaciones de izquierdas organizaron ayer sábado manifestaciones en medio centenar de ciudades francesas contra el nuevo gobierno del primer ministro conservador, Michel Barnier, cuya composición está tardando en ser anunciada.
Las marchas, convocadas en muchos casos a iniciativa de organizaciones estudiantiles y feministas, apoyadas en particular por La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, y por los Ecologistas, se han celebrado en lugares como París, Caen, Burdeos, Marsella, Niza, Toulouse.
La izquierda, que con su coalición del Nuevo Frente Popular (NFP) es el primer bloque político en la Asamblea Nacional que salió de las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y 7 de julio con 193 diputados de un total de 577, lleva semanas denunciando la apuesta del presidente, Emmanuel Macron, a la hora de formar gobierno.
Macron rechazó la posibilidad de nombrar primera ministra a la candidata del NFP, Lucie Castets, y después de casi dos meses de incertidumbre y negociaciones, eligió el 5 de septiembre a Barnier, de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha convencional que obtuvo apenas un 6 % de los votos y 47 diputados.
El jefe del Estado justificó esa elección por considerar que puede garantizar la estabilidad del Ejecutivo, ya que aunque no tendrá mayoría absoluta en la cámara de diputados, la extrema derecha ha dicho que no votará una moción de censura contra él con carácter inmediato (algo que sí hará la izquierda), al menos si no presenta un programa en clara contradicción con el suyo.
Desde su entrada en funciones, el nuevo primer ministro ha estado trabajando en la elaboración de una lista de ministros con los partidos en los que debería sustentarse, que son básicamente el suyo y los del bloque macronista, en el mejor de los casos 235 en total.
El jueves fue a presentar una lista al presidente -que es quien tiene que nombrar a los ministros y secretarios de Estado- que, según lo que se filtró, tenía 38 nombres.
Sin embargo, eso suscitó reticencias por parte de formaciones centristas, en particular en el MoDem de François Bayrou, porque había algunas personalidades de una derecha dura, que generaban inquietud.
En particular Bruno Retailleau, al que se supone que se le iba a atribuir la cartera de Interior, y por tanto la política de inmigración; y Laurence Garnier, opuesta al matrimonio homosexual, que se debía estar al frente de la de Familia.
Pedido de Macron
El presidente Macron pidió a los partidos políticos que dejen trabajar al primer ministro, Michel Barnier, y que le ayuden a formar gobierno, en medio de fricciones sobre las listas de posibles ministros que circulan.
“Hay que dejar trabajar a Michel Barnier”, señaló en una breve declaración a la prensa durante una visita a la ciudad de Chartres, al sur de París, el viernes.
Macron insistió en que es “importante que todos los grupos políticos comprometidos y con sentido de responsabilidad le ayuden en esta tarea”. Y también en que el primer ministro tiene “libertad plena” para constituir su Ejecutivo. No obstante, gran parte de la población interpreta que no se está respetando los resultados electorales en el juego político de asignación de cargos.
Barnier es miembro del partido de la derecha convencional Los Republicanos (LR), que se quedó con 47 diputados, y el principal soporte para su Ejecutivo debería ser el campo macronista, con 166 escaños.