The New York Times
El presidente ruso Vladimir Putin intentó ayer jueves disimular o desviar la culpa por los recientes reveses en su país y en Medio Oriente, mientras hacía un nuevo llamado al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para hablar “en cualquier momento”. En su célebre conferencia de prensa de fin de año, que duró cuatro horas, Putin dijo que Irán no resistió la ofensiva rebelde que ayudó a derrocar a uno de los aliados más cercanos de Rusia, el dictador Bashar al Assad, sin abordar la propia decisión de Moscú de tampoco hacerlo.
Por otro lado, agregó que los servicios de seguridad rusos cometieron el “más grave de los errores” al no detener el asesinato de un general ruso en Moscú esta semana.
“Quieren presentar a Rusia como debilitada”, apuntó en un tramo de la conferencia, citando a Mark Twain: “Quiero recordar a una persona y escritor muy conocido que dijo una vez: ‘Los rumores sobre mi muerte son muy exagerados”. Fue una combinación usual de desviación y confianza en sí mismo por parte de Putin mientras intentaba presentar a Rusia como un país que controla firmemente su destino, tanto en casa como en el extranjero.
Asimismo, con la guerra en Ucrania acercándose a su cuarto año, Rusia sufriendo grandes pérdidas y su economía mostrando signos de tensión, Putin no ocultó su deseo de entablar conversaciones con Trump, quien ha prometido negociaciones rápidas para poner fin a la guerra.
“Estoy listo para esto en cualquier momento”, dijo Putin, después de que le preguntaran sobre posibles negociaciones con Trump. “Y estaré listo para reunirnos, si él quiere esto”. Más tarde añadió: “Si alguna vez nos reunimos con el presidente recién electo, el señor Trump, estoy seguro de que tendremos algo de qué hablar”. Putin sostuvo que buscaba un acuerdo de paz amplio para poner fin a la guerra, en lugar de un alto el fuego temporal. Dijo que seguiría avanzando en el campo de batalla, donde Ucrania está sufriendo “el desgaste de equipos militares, municiones y, lo más importante, de personal”, dijo.
“Si nos detenemos durante una semana, eso significará darle al enemigo la oportunidad de atrincherarse en estas posiciones, darle la oportunidad de descansar”, dijo. “No necesitamos un alto el fuego. Necesitamos paz”.
El mandatario mostró fanfarronadas similares en sus comentarios sobre Siria, hablando en público por primera vez sobre la impactante caída de al-Assad. Acusó a las tropas del gobierno sirio, así como a las fuerzas iraníes y proiraníes, de ser responsables de la caída del dictador porque “se retiraron sin luchar, volaron sus posiciones y se fueron”. Rusia envió 4.000 combatientes iraníes a Teherán, la capital iraní, a pedido de Irán mientras los rebeldes avanzaban, dijo.
La propia Rusia hizo poco para ayudar a Assad y decidió no comprometer recursos para ayudar a combatir la sorpresiva ofensiva rebelde que comenzó el mes pasado. En ese sentido, Putin insistió en que Moscú seguía siendo un actor en Medio Oriente, a pesar de lo que se ha visto ampliamente como un duro golpe a las ambiciones de Rusia de posicionarse como una potencia mundial.
Los analistas dicen que, de hecho, la posición de Rusia como potencia mundial se ha visto afectada como resultado de la caída de Assad, especialmente si pierde su base naval de Tartus y su base aérea de Hmeimim en Siria. Ambos han sido clave para la capacidad de Rusia de proyectar su influencia a lo largo del Mediterráneo y África.
Putin, respondiendo a una pregunta de NBC News, dijo que aún no se había reunido con Assad, quien huyó de Siria hacia Moscú, pero que planeaba hacerlo. Afirmó que le preguntaría a Assad sobre el paradero de Austin Tice, el periodista estadounidense secuestrado en Damasco, Siria, en 2012.
Quejas por la economía
La maratónica conferencia de prensa de Putin en Moscú se ha convertido en un ritual anual para el gobernante ruso, que asumió el poder por primera vez en 1999. En los últimos años, se ha combinado con otro rito del Kremlin, la “línea directa”, en la que Putin responde llamadas o cartas de todo el país, a menudo de personas que se quejan de sus autoridades locales.
Las transmisiones, a menudo de más de cuatro horas, pretenden mostrar el estrecho compromiso de Putin con los asuntos mundiales, así como con las preocupaciones de los rusos comunes y corrientes. Según los analistas, también pretende contrastarlo con los líderes occidentales, a quienes los medios estatales rusos a menudo retratan como débiles y desconectados.
En la sesión de ayer, Putin también comentó la muerte del general ruso, Igor Kirilov, abatido por una bomba colocada en una moto el martes en Moscú. Describió el asesinato como el último fracaso por parte de los servicios de seguridad de Rusia, recordando el coche bomba que mató a Daria Dugina, hija de un destacado nacionalista, en 2022. “Es necesario mejorar su trabajo para no permitir que cometamos estos errores tan graves”, dijo. Pero para muchos rusos, la mayor preocupación en los últimos meses ha sido el aumento del precio de productos básicos como la papa, cuyo precio casi se ha duplicado durante el último año.
“El aumento de los precios es realmente algo desagradable y malo”, dijo Putin en un tono discreto. “Pero espero que, manteniendo en general los indicadores macroeconómicos, podamos bajarlos”.
Dirigió una rara y velada crítica al banco central de Rusia, que ha sido criticado por corporaciones y líderes empresariales por sus tasas de interés récord. Putin dijo que “algunos expertos creen” que el banco podría haber tomado medidas “más efectivas y antes” para abordar la inflación. (Por Anton Troianovski)
Próximo año
El presidente ruso se mostró dispuesto a continuar la guerra en Ucrania en 2025. “Rusia se ha vuelto mucho más fuerte en los últimos dos-tres años ¿por qué? Porque nos estamos volviendo un país auténticamente soberano. No dependemos de casi nadie”. Su capacidad de combate “se encuentra en el lugar más alto del mundo”, dijo.
“No criticaría” a Biden por el indulto a su hijo
Vladimir Putin afirmó ayer que no criticaría a su homólogo saliente de Estados Unidos, Joe Biden, por indultar a su hijo Hunter, y se mostró comprensivo con el indulto, que provocó gran malestar incluso entre los compañeros de partido del jefe de la Casa Blanca. “Respecto a Biden, él es un político. Y siempre es importante saber qué pesa más, el político o la persona. Y resultó que Biden tiene más de persona. No lo criticaría por eso”, dijo. Putin se remontó a la historia rusa al recordar las relaciones entre los zares Iván el Terrible y Pedro el Grande con sus hijos, sobre las que existen versiones de que los monarcas los habrían asesinado. Sin embargo, puso como ejemplo el caso del dictador soviético Iósif Stalin, cuyo hijo fue hecho prisionero de guerra por los alemanes durante la Segunda guerra mundial, y su negativa a canjearlo por el mariscal de campo alemán Friedrich Paulus, capturado por el Ejército rojo. El mandatario ruso recordó que Stalin argumentó que no canjearía a un mariscal de campo por un soldado raso, incluso si se trataba de su hijo. La decisión de Biden ha sido uno de los factores que desplomó los niveles de aprobación del mandatario a su mínimo, según una encuesta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Marquette. El sondeo señala que el 66% de los estadounidenses desaprueba el desempeño de Biden, mientras solo el 34% lo aprueba. [EFE]
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