CRISIS
La explosión en el puerto de Beirut, sumado a los problemas económicos generados por la pandemia del coronavirus, profundizó la crisis social y económica de Líbano.
Una fuerte explosión en un almacén de la zona del puerto de Beirut sacudió este martes la capital libanesa, sobre la que se elevó una gran columna de humo de color rojizo, mientras los servicios de emergencia se activaron.
La explosión que generó una enorme onda expansiva, se pudo sentir en toda la capital desde varios kilómetros de distancia. “Hiroshima” libanés o “una bomba atómica” fueron alguno de los comentarios de quienes estuvieron presentes durante la explosión en Líbano.
La explosión tuvo lugar en la tarde del martes en un almacén del puerto de Beirut, donde había "material altamente explosivo confiscado desde hacía años", según el director de la Seguridad General libanesa, Ibrahim Abbas.
La causa de la explosión todavía se desconoce.
Más de 100 personas murieron y más de 4.000 resultaron heridas en las dos enormes explosiones.
"Nuestros equipos todavía están llevando a cabo operaciones de búsqueda y rescate en las áreas circundantes", dijo el comunicado de la Cruz Roja.
Como un terremoto
La capital libanesa, declarada ciudad "siniestrada", se despertó conmocionada tras estas explosiones, de tal potencia que fueron registradas por los sensores del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) como un terremoto de magnitud 3,3.
En el epicentro de la explosión, cuya onda de choque se sintió hasta en la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia, el panorama seguía siendo apocalíptico: los contenedores parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas y papeles que salieron disparados de las oficinas cercanas.
Los socorristas, con la ayuda de guardias de seguridad, buscaron toda la noche a supervivientes o muertos atrapados bajo los escombros.
Nitrato de amonio
Unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas en el depósito del puerto de Beirut, afirmó el primer ministro Hasan Diab.
El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora que se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados en forma de gránulos, aminonitratos, altamente solubles en agua. Pero también se usa para fabricar explosivos y ha causado varios accidentes industriales.
¿Negiglencia en el depósito?
El primer ministro libanés, Hasan Diab, prometió que los responsables de la gran explosión que sacudió ayer a Beirut y que ha causado al menos 100 muertos y 2.750 heridos, además de importantes daños materiales, van a "pagar el precio".
En un breve discurso televisado, Diab afirmó que "esta catástrofe no pasará sin responsabilidades" y que hacer justicia es la labor del Gobierno. "Esta es una promesa a los mártires y a los heridos", remarcó el jefe del Ejecutivo.
Dijo que se harán públicos "los hechos respecto al peligroso almacén que existía desde 2014", sin ofrecer más detalles.
"Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas", declaró el primer ministro durante la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa.
"Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema", añadió.
Las primeras pesquisas indican que años de inactividad y negligencia en el almacenamiento de material altamente explosivo en el puerto de Beirut causaron la explosión que mató a más de 100 personas el martes, dijo una fuente oficial cercana a la investigación.
"Es una negligencia", dijo a Reuters la fuente oficial, añadiendo que el tema de la seguridad en el almacenamiento había sido expuesto ante varios comités y jueces sin que se "hiciera nada" para retirar o deshacerse del material altamente combustible.
La fuente añadió que el fuego se inició en el almacén 9 del puerto para después extenderse al almacén 12, donde se almacenaba el nitrato de amonio.
Badri Daher, director general de la Aduana Libanesa, declaró el miércoles a la emisora LBCI que la aduana había enviado seis documentos al poder judicial advirtiendo que el material almacenado representaba un peligro.
"Solicitamos que fuera trasladado, algo que no ocurrió. Dejemos que los expertos y los interesados determinen por qué", dijo Daher.
Otra fuente, cercana a un empleado del puerto, afirmó que un equipo que inspeccionó el nitrato de amonio hace seis meses advirtió que, si no se movía, "volaría todo Beirut".
Según dos documentos a los que Reuters tuvo acceso, la Aduana Libanesa había pedido al poder judicial en 2016 y 2017 que pidiera a la "agencia marítima interesada" que trasladara o aprobara la venta del nitrato de amonio, extraído del buque de carga Rhosus y depositado en el almacén 12, para garantizar la seguridad del puerto.
Destrucción del puerto, un problema a futuro
Esta explosión también tendrá importantes consecuencias económicas para el Líbano, puesto que la destrucción del principal puerto del país dificultará el suministro de alimentos en el futuro, lo que se suma a la ya existente crisis financiera que vive el país, la hiperinflación y el imposición del confinamiento de la población tras dispararse los casos de coronavirus.
Maya Terro, fundadora de Food Blessed, una ONG libanesa que distribuye alimentos, teme ahora una explosión de la inseguridad alimentaria porque el puerto es el principal punto de entrada de productos importados.
"Líbano importa el 80% de su comida. Lo primero que pensé fue: 'estanterías de supermercados vacías, aumento de precios a causa de la escasez'", dice.
Ayuda humanitaria para Beirut
El primer ministro solicitó la ayuda de los países "amigos y hermanos" del Líbano, que atraviesa la peor crisis económica desde el final de la guerra civil (1975-1990).
Esta tragedia se produce en un momento en el que el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
Muchos países propusieron ayuda al Líbano, sobre todo Francia, que envía el miércoles varias toneladas de material sanitario.
El presidente Emmanuel Macron anunció en Twitter el envío de un destacamento de seguridad civil y "varias toneladas de material sanitario" a Beirut.
Estados Unidos también ofreció ayuda, al igual que Alemania, que cuenta con miembros del personal de su embajada en Beirut entre los heridos.
Incluso Israel ofreció "ayuda humanitaria y médica" a su vecino libanés, con el que se halla todavía técnicamente en guerra.
El Gobierno holandés envió la madrugada de este miércoles a Beirut a 67 trabajadores humanitarios holandeses, incluidos médicos y enfermeros, para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate de las víctimas de la explosión en el puerto de la capital libanesa, que dejó al menos un centenar de fallecidos.
Rusia anunció este miércoles el envío de cinco aviones con médicos, rescatistas y equipos sanitarios a Beirut para ayudar a mitigar las consecuencias de la explosión en el puerto de la capital libanesa que ha causado al menos 100 muertos y más de 4.000 heridos.
"Cinco aeronaves del Ministerio de Emergencias de Rusia se enviarán a Beirut en calidad de ayuda humanitaria y para paliar las consecuencias de la fuerte explosión ocurrida la víspera", indicó el ministerio en un comunicado.
Según la nota oficial, citada por la agencia RIA Nóvosti, todos los especialistas rusos estarán equipados con medios de protección contra la COVID-19 y tendrán a su disposición un laboratorio móvil para hacer pruebas de coronavirus en el lugar.
Además, los aviones que partirán a Beirut llevarán a la capital libanesa un hospital móvil, precisó la cartera de Emergencias.
Emergencia nacional
El Consejo Superior de Defensa "recomienda" al gobierno decretar el "estado de emergencia" durante dos semanas en la ciudad de Beirut.
Durante este periodo, un "poder militar supremo se encargará de todas las prerrogativas de seguridad", según el comunicado final del Consejo Superior de Defensa.
Heridos, hospitales y coronavirus
Los hospitales de la capital, confrontados a la pandemia del coronavirus COVID-19, están saturados.
Los hospitales en Beirut, algunos fuertemente dañados por la explosión, se encuentran hacinados, también con pacientes de coronavirus, por lo que las autoridades sanitarias no pueden atender a todas las víctimas que llegan tras la explosión.
En Líbano hay actualmente 5062 casos de COVID-19. 65 personas fallecieron por este virus y 1837 personas ya se recuperaron.