CLASIFICADOS
El presidente de Estados Unidos prometió que los archivos que no fueron desclasificados lo serán en el mediano plazo.
Cerca de 2.800 archivos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy fueron publicados por el gobierno de Estados Unidos aunque el presidente Donald Trump ordenó que varios de ellos permanecieran clasificados alimentando el misterio y las teorías conspirativas.
Pese a las dudas que quedan sobre qué es lo que no se ha revelado, los documentos publicados ofrecen nuevos detalles enigmáticos sobre el hecho que conmocionó al mundo hace más de cinco décadas.
Philip Shenon, autor de "Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy", sobre la publicación de los documentos por los Archivos Nacionales opinó que aunque no hubo revelaciones importantes, sí encontraron algunas "golosinas interesantes".
La comisión que investigó el caso determinó que Lee Harvey Oswald, un exmarine, cometió el asesinato solo pero la especulación sobre la participación de otras personas en el hecho no ha cesado.
Destacó un archivo en el que el entonces director del FBI J. Edgar Hoover dice, solo un día después del asesinato, que es importante "convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino". "Eso fue solo cuando la investigación arrancaba", dijo Shenon, por lo que "él se estaba apresurando a juzgar" los hechos.
"El FBI, en particular, estaba absolutamente determinado, sin importar los hechos, a probar que Oswald era el único atacante, un lobo solitario, que no había nadie más involucrado", señaló Shenon. "Querían mostrar que no había forma de que el FBI hubiera podido evitar el asesinato", sostuvo.
Por otra parte, uno de los documentos incluye la transcripción de una conversación de Hoover dos días después del magnicidio. Hoover dijo que el FBI informó a la policía de una amenaza contra la vida de Oswald. Pero no se tomaron medidas y el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, lo mató mientras era escoltado por policías hacia un juzgado solo dos días después del asesinato de Kennedy.
Aunque muchas teorías han vinculado a Oswald con operativos cubanos o soviéticos, un memo de 1963 del FBI indicaba que la muerte de Kennedy generó duelo en la Unión Soviética. Según una fuente, "oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética creían que había una conspiración de parte de la ultra-derecha en Estados Unidos".
Los soviéticos temieron que el asesinato fuera usado como pretexto para "detener las negociaciones con la Unión Soviética, atacar a Cuba y luego expandir la guerra". Oswald había desertado a la Unión Soviética en 1959, pero regresó a Estados Unidos en 1962.
US$ 100.000 por Fidel Castro
Muchos de los 2.891 documentos hechos públicos por los Archivos Nacionales son de inteligencia cruda y sin verificar. Además, gran parte de su contenido ya se conocía, como que la CIA armó varias conspiraciones para matar al líder cubano Fidel Castro.
Un documento de 1975 detalla cómo en los primeros días de la presidencia Kennedy la CIA ofreció US$ 100.000 (hoy unos US$ 1,3 millones) al jefe mafioso italoamericano Sam Giancana para organizar el asesinato del cubano. A cambio, Giancana solicitó la ayuda de la CIA para poner un dispositivo de grabación en el cuarto de su amante, de quien sospechaba que estaba teniendo una aventura.
Otras posibles ideas para matar a Castro, que se decía era un buzo aficionado, incluyeron contaminar su traje de buceo con bacterias o poner una bomba en un coral.
También se manejó pagar US$ 20.000 por asesinar a Raúl Castro y otra cifra similar por el Ernesto Che Guevara (hoy unos US$ 250.000).
Por otra parte, en base a un reporte de BBC, "la CIA también consideró matar al mandatario congoleño Patricio Lumumba (quien fue asesinado en 1961) y a Sukarno, el primer presidente de Indonesia tras la independencia".
Los documentos también reflejan el financiamiento de actividades "anticomunistas".
¿Y el resto?
Trump alcaró en Twitter: "Publicaré TODOS los archivos Kennedy con excepción de los nombres y direcciones de las personas mencionadas que aún estén vivas", principalmente con el objetivo de "despejar todas las teorías de complot".
Cientos de libros y películas, como "JFK" de Oliver Stone (1991), han alimentado la teoría de la conspiración, señalando a rivales de la Guerra Fría como la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente Lyndon B. Johnson.
Trump dio a la CIA, el FBI y otras agencias seis meses -hasta el 26 de abril de 2018- para exponer las razones que justifican la retención de esos documentos.