¿Quién es Sam Altman? El empresario detrás de ChatGPT, la inteligencia artificial de OpenAI

El cofundador y director ejecutivo declaró este martes ante el Congreso de Estados Unidos; así fue su ascenso y el de su compañía.

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Sam Altman, CEO de OpenAI
Sam Altman, CEO de OpenAI.
Foto: Archivo

Sam Altman es uno de los fundadores de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, y quien pidió este martes al Congreso de Estados Unidos que regule el desarrollo y los usos de la inteligencia artificial.

Altman nació el 22 de abril de 1985 y creció en St. Louis, Missouri, donde aprendió a programar y desmontar una computadora Macintosh a la edad ocho años. Luego de dos años de estudiar Informática en la Universidad de Stanford, Altman y dos compañeros dejaron las clases para trabajar en su aplicación móvil Loopt, que compartía la ubicación de un usuario con sus amigos, y que luego vendieron por una fortuna.

Ha pasado la última década invirtiendo y entrenando a otros empresarios. Fue presidente de la aceleradora de start-ups Y Combinator entre el 2014 y el 2019, tiempo en el que aconsejó un flujo enorme de nuevas empresas e invirtió personalmente en varias, entre ellas Airbnb, Reddit y Stripe.

En el 2015 fundó OpenAI junto al propietario de Tesla -y ahora de Twitter- Elon Musk, uno de sus primeros inversores, entre otras figuras. Hoy, la compañía es considerada uno de los principales laboratorios de inteligencia artificial del mundo. Musk dejó la dirección en el 2018.

En el 2019, cuando la empresa estaba despegando, Altman renunció como presidente de Y Combinator y tomó las riendas de OpenAI. “En un año, había transformado OpenAI en una organización sin fines de lucro con un brazo con fines de lucro. De esa manera, podría buscar el dinero que necesitaría para construir una máquina que pudiera hacer cualquier cosa que el cerebro humano pudiera hacer”, señaló The New York Times.

Pese a que OpenAI dice que su objetivo es lograr que la inteligencia artificial se vuelva tan capaz como los humanos, y hacerlo de forma segura, el veloz ascenso de la compañía ha causado dudas entre los expertos. Muchos de ellos califican a Altman de imprudente y expresan sus temores por el impacto de esta tecnología en campos como la ética y la desinformación.

El propio Altman reconoció que las tecnologías que su empresa está construyendo pueden causar graves daños como difundir desinformación o socavar el mercado laboral. “Creo que la gente debería estar feliz de que tengamos un poco de miedo de esto”, señaló semanas atrás.

Musk y cientos de expertos plasmaron los temores por el avance de esta tecnología en una apocalíptica carta pública publicada en marzo en la que pidieron que se haga una pausa en el desarrollo de inteligencia artificial. “En los últimos meses hemos visto cómo los laboratorios de inteligencia artificial se han lanzado a una carrera descontrolada para desarrollar y desplegar cerebros digitales cada vez más potentes que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de manera fiable”, afirmaron Musk y los expertos.

La inteligencia general artificial (o AGI), apunta a replicar las capacidades cognitivas humanas, y Altman declaró que el lado positivo de esta es muy grande como para detener su desarrollo para siempre. "En cambio, la sociedad y los desarrolladores de AGI tienen que averiguar cómo hacerlo bien”, escribió en una publicación reciente en su blog.

El CEO de OpenAI opinó que la AGI traerá al mundo prosperidad y riqueza nunca antes vistas. “Mi trabajo en OpenAI me recuerda todos los días la magnitud del cambio socioeconómico que viene antes de lo que la mayoría de la gente cree”, dice en su blog.

Desde que su chatbot ChatGPT fue lanzado en noviembre del año pasado, miles de usuarios han quedado impresionados por su capacidad para crear poemas, responder preguntas de exámenes, redactar códigos informáticos o proponer recetas para los que no saben qué cenar. Solo basta con pedirlo. La compañía ya lanzó una nueva versión, GPT-4, aún más potente.

La inteligencia artificial ya crea nuevos contenidos y captura la atención a una velocidad sin precedentes. ChatGPT consiguió 100 millones de usuarios en un mes, mientras que TikTok logró lo mismo en un año e Instagram en dos.

Con información de El Comercio (GDA) / Milagros Asto Sánchez.

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