GUERRA
Los soldados pueden llamar a la línea directa o ponerse en contacto con sus operadores a través de su cuenta en Telegram.
Más de 4.300 soldados rusos y sus familiares, según las autoridades de Kiev, han consultado la posibilidad de rendirse al Ejército ucraniano a través de la línea "¡Quiero vivir!" lanzada por Ucrania y orientada hacia quienes no quieren formar parte de la invasión del país.
"Acuden a nosotros porque quieren seguir vivos. Rechazan el régimen terrorista de (el presidente Vladímir) Putin, pero no pueden liberarse por sí mismos de servir en el ejército", explica a Efe Vitaliy Matvienko, portavoz del proyecto.
Los soldados pueden llamar a la línea directa o ponerse en contacto con sus operadores a través de su cuenta en Telegram, con unos 40.000 seguidores. Muchos llaman antes de ser destinados a Ucrania, donde sus movimientos y vías de comunicación suelen estar restringidos por sus superiores.
Matvienko explica que el número de llamadas se disparó inmediatamente después del inicio de la llamada "movilización parcial", declarada en Rusia el pasado septiembre. Desde entonces se ha mantenido estable, con entre 50 y 100 consultas diarias.
Indica el portavoz que el equipo de la línea directa hace todo lo posible para garantizar la seguridad tanto de quienes intentan entregarse como de los ucranianos que entran en contacto con ellos. Mativenko no revela si se ha registrado hasta el momento algún incidente.
A principios de esta semana se emitió una nueva instrucción destinada a quienes están dispuestos a rendirse para favorecer un proceso más seguro. La idea es que los soldados rusos se "rindan" a drones ucranianos.
Los soldados acuden al lugar acordado, siempre de acuerdo con los organizadores del proyecto; ahí les espera un dron, que se moverá lentamente y al que deberán seguir hasta llegar a posiciones ucranianas. De este modo, los soldados ucranianos tendrán pleno control visual de la situación sin arriesgar tanto sus vidas.
Matvienko no revela el número de soldados rusos que ya han utilizado esta vía para rendirse. Todos ellos son registrados formalmente como capturados en combate para evitar represalias futuras rusas y permitir que ellos y sus familias reciban todas las ayudas legales previstas por la Federación rusa.
Ucrania asegura que los soldados rendidos reciben el trato correcto y acorde con la Convención de Ginebra.
"Se someten a controles una vez en Ucrania para comprobar si han cometido crímenes de guerra", afirma Matvienko.
Si no han incurrido en delitos de sangre, pueden elegir entre varias opciones. Pueden solicitar protección en Ucrania o algunos países de la Unión Europea (UE), como Alemania o Países Bajos. También pueden decidir unirse a la legión "Libertad para Rusia", formada principalmente por rusos, para luchar en el lado ucraniano.
Existe, finalmente, la opción de ser enviados de vuelta a Rusia en un intercambio de prisioneros de guerra. "Quieren volver con sus familias", explica Matvienko. En este caso, se les da una tarjeta con toda la información sobre cómo ponerse en contacto con la línea directa si vuelven a ser destinados a combatir contra Ucrania.
Se reciben también llamadas de los residentes de las zonas ocupadas de las regiones de Donetsk y Luhansk, así como en la anexionada península de Crimea, donde son tratados como ucranianos por las autoridades rusas y movilizados forzosamente desde el inicio de la invasión.
La línea directa es un mecanismo coordinado entre diversos entes estatales responsables del trato a los prisioneros de guerra. El número de personas en esta situación en poder de uno de los dos bando no es público.
Las autoridades ucranianas y los familiares de los presos han denunciado a menudo el trato recibido por parte de Rusia. Muchos soldados intercambiados han revelado casos de tortura, desnutrición y presión psicológica.
Unos 50 prisioneros de guerra murieron el 29 de julio en una explosión en el campo de prisioneros ruso de Olenivka, operación que Ucrania calificó de "ejecución deliberada".
Los canjes de prisioneros se han hecho más frecuentes últimamente. En el último intercambio, que tuvo lugar el miércoles, 64 soldados capturados en las regiones de Donetsk y Luhansk, en el este, regresaron a sus hogares. El total de prisioneros de guerra ucranianos intercambiados desde el inicio de la invasión, hace casi 10 meses, subió así a casi 1.450.