En base a AFP
La caída del presidente sirio Bashar al Asad este domingo marca un punto de inflexión en una Siria devastada por 14 años de guerra civil. El derrocamiento, liderado por rebeldes islamistas, ha generado una serie de reacciones internacionales sobre el futuro del país y la región.
La ONU expresó una “cauta esperanza” ante este cambio, destacando la oportunidad para un nuevo capítulo en el país, marcado por la paz, reconciliación e inclusión. Mientras tanto, China reiteró su interés por la pronta estabilidad en Siria, y la Unión Europea celebró el fin de la dictadura de al Asad, viéndolo como un acontecimiento positivo que refleja la debilidad de sus patrocinadores, Rusia e Irán.
Por su parte, Irán pidió un “diálogo político” entre el gobierno sirio y la oposición, tras reportarse la evacuación de diplomáticos iraníes en medio del caos en Damasco. En contraste, Turquía subrayó que este cambio era el resultado de un largo período de caos, mientras que Israel celebró la caída del régimen como un golpe al llamado “eje del mal” dirigido por Irán.
A nivel regional, Emiratos Árabes Unidos pidió a los sirios que colaboren para evitar el colapso total del país. Francia destacó que es el “momento de la unidad” en Siria, llamando a rechazar el extremismo. En la misma línea, Alemania pidió una protección integral para las minorías étnicas y religiosas del país.
Desde España, se expresó apoyo a una solución pacífica, mientras que el Reino Unido celebró la caída de lo que definieron como un “régimen salvaje”. Finalmente, Estados Unidos, a través de su presidente electo Donald Trump, atribuyó la caída de Asad a la pérdida de apoyo de Rusia, dejando entrever que la potencia rusa ya no estaba dispuesta a proteger al líder sirio.