CRISIS
Este recurso no se había utilizado aún en este conflicto y, según Vladimir Putin, forma parte de un armamento “invencible”.
Rusia intensificó ayer sábado su ofensiva en varias partes de Ucrania, anunciando incluso el uso, por primera vez, de un misil hipersónico. Al menos ocho ciudades fueron atacadas en las últimas 24 horas. Los ataques aéreos se sucedieron a un ritmo vertiginoso en la ciudad ucraniana de Mikolaiv (sur), en los alrededores de Kiev y también en Mariúpol, Avdiivka, Kramatorsk, Pokrovsk, Novoselydivka, Verkhnotoretske, Krymka y Stepne.
El ejército ruso bombardeó pueblos y aldeas con aviones, cohetes y artillería pesada, incluido el uso de armas de racimo prohibidas, según las autoridades ucranianas.
En ese marco, Ucrania llamó a China -aliada estratégica de Moscú- a “condenar la barbarie” de Rusia, que arrojó numerosos muertos entre militares y civiles, aún no cuantificados.
Por su parte, el ministerio de Defensa ruso aseguró que la víspera había utilizado misiles hipersónicos “Kinjal” para destruir un almacén subterráneo de armas y municiones aéreas en Deliatin (oeste de Ucrania), algo inédito según la agencia estatal Ria Novosti. Este tipo de misiles desafía todos los sistemas de defensa antiaérea, según Moscú.
En total, Rusia efectuó disparos contra 69 instalaciones militares en territorio ucraniano, entre ellos 12 almacenes militares y 43 lugares de estacionamiento de vehículos castrenses. “Además, los equipos antiaéreos de la aviación rusa derribaron 12 drones ucranianos”, señaló Konashénkov.
“El infierno”
Sobre el terreno, el ministerio de Defensa ruso declaró que había destruido centros de radio e inteligencia en las afueras de Odesa, en Velikodolinske y Veliki Dalnik.
Ucrania, por su parte, admitió ayer sábado que había perdido “temporalmente” el acceso al mar de Azov, a pesar de que Rusia controla de facto toda la costa desde principios de marzo y del cerco de la estratégica ciudad portuaria de Mariúpol.
Además, el ejército ruso aseguró el viernes que había logrado entrar y combatir en el centro de la ciudad junto a tropas de la “república” separatista de Donetsk.
Según un asesor del ministerio del Interior ucraniano, Vadim Denisenko, citado por la agencia Interfax-Ucrania, la situación es “catastrófica” en Mariúpol. Las autoridades ucranianas acusaron a la fuerza aérea rusa de bombardear “deliberadamente” el teatro de Mariúpol el miércoles, lo que Rusia ha negado.
En un refugio antiaéreo bajo ese edificio se encontraban “más de mil” personas, principalmente “mujeres, niños y ancianos”, según informó el ayuntamiento de este puerto del mar de Azov.
Zelenski dijo ayer que habían sido rescatados de los escombros más de 130 supervivientes, y precisó que “continúan operaciones de rescate”.
Las familias que han podido huir de la ciudad explicaron que los cadáveres yacen durante días en las calles, y que por la noche se refugiaban en los sótanos, con temperaturas bajo cero, hambre y sed.
Desde el 24 de febrero, más de 3,2 millones de ucranianos han emprendido el camino del exilio, casi dos tercios de ellos a Polonia, a veces solo una etapa antes de continuar su éxodo.
Según un recuento del 18 de marzo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnur), al menos 816 civiles han muerto en el país y más de 1.333 han resultado heridos, si bien el organismo cree que el balance real es mucho más alto.
Misiles hipersónicos
El uso de misiles hipersónicos en Ucrania es un recurso que no había utilizado aún en este conflicto y que, según el presidente ruso Vladimir Putin, forma parte de un armamento “invencible”.
Rusia solo los había desplegado en maniobras desde que lo probó de manera exitosa en 2018. “Es probable que se quisiera usar el Kinjal en condiciones de combate, y es una primicia mundial”, dijo Vassili Kashin, analista militar y director de un centro de investigación de la Escuela Superior de Economía de Moscú.
Este tipo de misiles desafía a todos los sistemas de defensa antiaérea, según Moscú, porque su velocidad (unos 12.000 km por hora) y su gran capacidad de maniobra lo tornan imposible o muy difícil de interceptar, aunque algunos expertos militares occidentales estiman que Rusia podría haber exagerado las capacidades de este arma aire-suelo.
Los misiles balísticos hipersónicos Kinjal y los de crucero Zircon pertenecen a una familia de nuevas armas desarrolladas por Rusia. El arma más preciada del ejército es el planeador hipersónico Avangard. Vuela hasta 33.000 km/h, puede llevar una carga nuclear y cambia de dirección o altura de forma imprevisible, lo cual hace que sea prácticamente imposible de interceptar.
Los Kinjal, palabra rusa que significa “puñal”, alcanzaron durante los ensayos de 2018 sus objetivos a una distancia de más de 1.000 km, según el ministerio ruso de Defensa. El objetivo de un depósito subterráneo, parece ser un blanco indicado para los Kinjal, según Kashin.
“Estas infraestructuras son difíciles de destruir con misiles clásicos. El misil hipersónico tiene una capacidad de penetración y una potencia destructora más importante debido a su alta velocidad”, dijo.
Para el experto militar ruso Pavel Felgenhauer, recurrir al Kinjal no da una ventaja estratégica a Rusia en Ucrania, pero el efecto psicológico es claro, ya que Moscú está desplegando una de sus armas más destructivas. Moscú desarrolló este tipo de armamento para tener capacidad de sortear los sistemas de defensa, como el escudo antimisiles estadounidense en Europa. Su uso en Ucrania se produce en un momento en que el ejército ruso, pese a sus anuncios, no parece tener el control del cielo, ya que la defensa ucraniana sigue provocándole pérdidas.
Rusia ha sido el primer país del mundo en desarrollar armamento hipersónico. Otros países han acelerado sus programas armamentísticos para intentar igualarlo. Corea del Norte, por ejemplo, dice que los ha probado. Y China sorprendió con un ensayo con un planeador supersónico capaz de desplazarse a 6.000 km/h.
Planta metalúrgica
El ejército ruso ha destruido casi por completo la planta metalúrgica de Azovstal en Mariúpol (sur de Ucrania), una de las más grandes de Europa, según el Ministerio de Interior ucraniano. “Hemos perdido ese gigante económico. Una de las plantas metalúrgicas de Europa ha sido sistemáticamente destruida”, dijo el ministro de Interior, Vadym Denysenko.
“Es imaginable que (el presidente ruso Vladimir) Putin haya dado personalmente la orden para destruir toda la ciudad. El objetivo de Putin no es desmilitarizar Ucrania sino desindustrializarla y que tengamos que volver a construir nuestras plantas en las próximas décadas”, agregó.
Bombardeo en Mikolaiv
Decenas de personas murieron en un bombardeo registrado el viernes en un cuartel al sur de Ucrania, en la ciudad de Mikolaiv, dijeron testigos a las agencias de noticias, mientras las operaciones de rescate continuaban ayer sábado.
El lugar fue completamente devastado tras ser alcanzado por seis cohetes. No hay información oficial sobre el balance de muertos y heridos. Los rusos “atacaron cobardemente a soldados que dormían”, dijo el gobernador de la región, Vitaly Kim, en un video publicado en Facebook. Mikolaiv y su región son escenario de intensos combates y bombardeos rusos. Se trata de un emplazamiento estratégico por tratarse de la última etapa antes de la gran ciudad portuaria de Odesa.
Suiza deja su posición histórica de neutralidad
Para Suiza, la guerra en Ucrania está impulsada por una “locura devastadora” por lo que el país, históricamente neutral, está “dispuesto a asumir” el precio de defender la libertad y la democracia, dijo el presidente de la Confederación Suiza, Ignazio Cassis.
“El 24 de febrero cambió la faz del mundo, y no de la mejor manera”, dijo Cassis en una columna publicada por el diario Le Temps. “Debemos defender con valentía e incansablemente la libertad y la democracia. Esto tiene un precio. Un precio que Suiza está dispuesta a asumir”.
Escasez en Donetsk
Las necesidades humanitarias son “cada vez más urgentes”, con más de 200.000 personas sin agua en la región de Donetsk y una “grave escasez” de alimentos, agua y medicinas, dijo Matthew Saltmarsh, portavoz de Acnur.
El alcalde de Mikolaiv (sur de Ucrania) indicó que varios pueblos de los alrededores ya estaban ocupados por los rusos y que su ciudad había sido atacada intensamente.
Según medios ucranianos, el ejército ruso llevó a cabo un ataque a gran escala y mató al menos a 40 soldados en su cuartel general.
Desnutrición y hambre
La invasión rusa de Ucrania está aumentando las tasas de malnutrición tanto en Rusia como en Ucrania, pero además puede causar un crecimiento de las hambrunas a nivel global, advirtió ayer sábado el relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri.
Fakhri recordó que Ucrania y Rusia figuran entre los cinco primeros exportadores de cereal en el planeta, y advirtió que el conflicto entre ambos ya está teniendo consecuencias en el suministro de alimentos de lugares como Egipto, Turquía, Bangladés o Irán, que importan más del 60% de su trigo de estos dos países.
El riesgo de desabastecimiento se extiende a otros grandes importadores como Líbano, Túnez, o países en conflicto como Yemen o Pakistán, advirtió el relator.
Zelenski busca detener la invasión
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insistió ayer sábado en tener conversaciones “significativas” de paz y de seguridad con Moscú para poder detener la invasión a Ucrania, de lo contrario, Rusia “tardará varias generaciones” en recuperarse de las pérdidas.
“Unas negociaciones significativas de paz y seguridad para nosotros y para Ucrania son la única oportunidad para Rusia de reducir el daño que han provocado de sus propios errores”, afirmó Zelenski en un video de 10 minutos publicado en su cuenta oficial de Telegram.
Tanto Rusia como Ucrania han avanzando en las conversaciones llevadas a cabo esta semana por videollamada en las que se tiene como objetivo encontrar una fórmula política para garantizar que Kiev no se integre en la OTAN. Por su parte, Ucrania ha pedido un alto el fuego inmediato y la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano.
El pasado martes, Zelenski afirmó que Ucrania acepta que no se convertiría en miembro de la OTAN, y agregó que Kiev necesita nuevas formas de cooperación con los países occidentales y ciertas garantías de seguridad.
Desde el inicio de la guerra, las tropas rusas se enfrentan una dura resistencia por parte de las tropas ucranianas en el sureste del país.
Ataque de Ucrania
Las Fuerzas Armadas ucranianas aseguran haber destruido a lo largo de la guerra cerca de 95 aviones de combate rusos, 115 helicópteros, 72 sistemas de lanzamiento de misiles y 44 sistemas de defensa aérea. Además, según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, en los combates han muerto al menos 14.400 soldados rusos.
Los cálculos del Estado Mayor son provisionales ya que, según se advierte, estimar los daños ocasionados al enemigo no es fácil debido a la intensidad de los combates. El Estado Mayor contempla la posibilidad de que, para compensar el alto número de bajas el Gobierno ruso opte por una movilización total y procure prolongar la guerra. Los ucranianos aseguran haber destruido también 1.470 vehículos blindados de combate, 60 tanques de combustible y 11 vehículos especiales.
Según Mykhailo Podoliak, asesor del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, el ejército ruso ya no está en guerra con el ejército ucraniano sino que adelanta una guerra contra la población civil. “(...) Está en guerra con los civiles y está utilizando la táctica de rodear grandes ciudades y atacarlas con misiles de crucero y bombas de aire para crear crisis humanitarias”, dijo. “Están tratando de crear un escenario de guerra como el sirio o el afgano en Ucrania”, agregó.
Según cifras de la fiscalía de menores de Ucrania a lo largo de los más de 20 días de guerra han muerto al menos 112 niños como consecuencia de los ataques rusos y unos 140 han resultado heridos.
Rusia busca más lazos con China
Rusia sigue abierta a la cooperación con Occidente, pero no va a tomar la iniciativa y continuará reforzando sus lazos con China, manifestó ayer sábado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
El canciller ruso acusó a Washington de instruir a sus embajadores en cada país para que presionen a favor del cese de la cooperación con Rusia. “Y vale cuando se está llevando ese tipo de trabajo en países pequeños, pero cuando se dirigen con esos ultimátums y demandas a China, la India, Egipto, Turquía, probablemente, es una pérdida del sentido de lo real por parte de nuestros colegas estadounidenses”.
Lavrov aseguró que Rusia y China continuarán reforzando la cooperación “de dos grandes potencias (...) Creo, desde luego, que la cooperación (ruso-china) se irá afianzando”, agregó.