NICARAGUA
El presidente de Nicaragua cerró otro centenar de organizaciones; ya lleva más de 700 clausuras desde las protestas de 2018.
En Nicaraguaya casi no funciona ninguna institución que no le diga amén al régimen de Daniel Ortega. Su última víctima fue la Asociación Misioneras de la Caridad de la Orden Madre Teresa de Calcuta, clausura ayer miércoles junto a otras 100 ONG.
Las Misioneras de la Caridad, creada el 16 de agosto de 1988 durante el primer régimen sandinista (1979-1990) tras una visita a Nicaragua de la madre Teresa de Calcuta, mantenía una guardería, un hogar para niñas víctimas de abusos o abandonadas y un asilo de ancianos, que comenzaron a cerrar desde el pasado 15 de junio.
La disolución de las 101 ONG fue aprobada con carácter urgente y sin debate por los 75 diputados sandinistas y sus aliados. Otros 15 legisladores, de los 91 que integran el Parlamento, se abstuvieron, y uno se ausentó.
La ilegalización de las Misioneras de la Caridad y de las otras 100 ONG fue propuesta por el diputado sandinista Filiberto Rodríguez, a petición del régimen de Ortega.
Según el régimen, las Misioneras de la Caridad incumplieron “con sus obligaciones” conforme la ley que los regula, y la Ley de Lavado de Activos, el Financiamiento al Terrorismo y el Financiamiento a la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva.
Otro motivo para disolver esa ONG, es que la Junta Directiva estaba integrada únicamente por ciudadanas de otras nacionalidades, y la nueva ley que los regula, en vigor desde hace dos meses, establece que solo el 25% de las personas que integran la directiva pueden ser extranjeras.
Las religiosas de la Orden Madre Teresa de Calcuta, que han comenzado a abandonar Nicaragua tras ser notificadas por el Ejecutivo, administraban el Hogar Inmaculado Corazón de María en la ciudad de Granada, en el que albergaban a adolescentes abandonados o víctimas de abusos, a quienes les brindaban ayuda psicológica y educación integral.
Asimismo, contaban con un asilo de ancianos en Managua, a quienes les proveían alimentación, vestimenta y otros cuidados.
También desarrollaban un proyecto en el que brindaban reforzamiento escolar a estudiantes en situación de riesgo, en su mayoría hijos de mujeres trabajadoras de los mercados populares.
Esas obras benéficas comenzaron a ser suspendidas gradualmente desde el pasado 15 de junio, cuando fueron notificados por las autoridades que los iban a cerrar.
Además de las Misioneras de la Caridad, fueron disueltas la Asociación de Reporteros Gráficos de Nicaragua, Asociación de Obreros Bananeros de Occidente Afectados del Nemagón, Fundación Maternal “Mi infancia”, Asociación para el Desarrollo de los Niños y Niñas Nicaragüenses, Asociación para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Asociación Niños y Mujeres Abandonadas, entre otras.
Con esas nuevas 101 asociaciones sin fines de lucro se elevan a 758 las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) -de más de 6.000- cuya ilegalización ha pedido el Ejecutivo nicaragüense.
Estas medidas son promovidas por el régimen sandinista desde diciembre de 2018, ocho meses después de que estallara una revuelta popular -originada por unas controvertidas reformas a la seguridad social- calificada como intento de golpe de Estado por Ortega. (Con información de EFE)