EL AVANCE DE LA PANDEMIA
El mundo está cerca de obtener una vacuna, que puede no ser todo lo efectiva que se espera en función de los nuevos hallazgos.
El mundo se prepara para una “segunda ola” de casos de COVID-19, pero esta semana surgió otro desafío: las reinfecciones en pacientes que ya habían superado la enfermedad y se suponía estaba inmune al virus. Ya hay tres de estos casos confirmados en Hong Kong, Bélica y Holanda, y se están analizando varios sospechosos en Brasil.
Los casos en Bélgica y Holanda se conocieron ayer martes tras un reporte hecho público esta semana por investigadores en Hong Kong sobre un hombre que volvió a contagiarse con una cepa diferente del COVID-19 cuatro meses y medio después de haberse declarado recuperado, la primera vez que se documenta una reinfección así.
El virólogo belga Marc Van Ranst dijo que el caso en su país es el de una mujer que contrajo el COVID-19 en marzo y de nuevo en junio. Según indicó, es probable que surjan nuevos casos de reinfección.
Van Ranst dijo a Reuters TV que la mujer, de 50 años, tenía muy pocos anticuerpos después de la primera infección, pero que podrían haber limitado la enfermedad. Aunque era demasiado pronto para saberlo, agregó que es probable que aparezcan muchos de estos casos en las próximas semanas. Añadió que el nuevo coronavirus parecía más estable que el virus de la gripe, pero estaba cambiando.
Inmunidad.
“Los virus mutan y eso significa que una posible vacuna no va a ser una vacuna que dure para siempre, durante 10 años, probablemente ni siquiera cinco años”, aseguró. “Al igual que para la gripe, esto tendrá que ser reformulado con bastante regularidad”.
Van Ranst, que forma parte de algunos comités belgas de COVID-19, dijo que los diseñadores de vacunas no deberían sorprenderse. “Nos hubiera gustado que el virus fuera más estable de lo que es, pero no se puede forzar a la naturaleza”.
Por su parte, el Instituto Nacional para la Salud Pública de Holanda informó que también había observado un caso local de reinfección con una cepa distinta del virus.
“Está claro que ha habido una primera y una segunda infección con una cantidad sustancial de virus. Suficiente para poder determinar el código genético del virus, que es lo que demostró que eran realmente diferentes”, dijo Marion Koop-mans, una destacada viróloga holandesa y miembro del grupo asesor científico de la Organización Mundial de la Salud.
La portavoz de la OMS, Margaret Harris, dijo en una reunión informativa de la ONU en Ginebra sobre el caso de Hong Kong que, aunque habían recibido informes anecdóticos de reinfecciones, era importante tener más documentación clara sobre esos casos.
Harris dijo que es posible que tras el caso en Hong Kong aparezcan otros, pero que esto “no parece ser un hecho habitual de ninguna manera”.
Algunos expertos afirman que es probable que los casos de este tipo empiecen a aparecer debido a que se están realizando más pruebas en todo el mundo, y no porque el virus se esté propagando de forma diferente.
La confirmación genética de que existen casos de reinfección recuerda, según los científicos, que no hay que asumir que las personas que se hayan recuperado una vez del coronavirus sean ahora inmunes a la enfermedad, sino que -igual que el resto- deben respetar las reglas de distanciamiento social, usar mascarilla y ser vacunadas cuando se logre desarrollar una vacuna.
La OMS asume que las reinfecciones de las que se habla “representan una cifra muy, pero muy baja”, y subraya que aún se necesita “entender lo que esto significa en términos de inmunidad”, algo que solo se concluirá del estudio de contagios y anticuerpos y los análisis de la duración de la “protección natural”, que podrían requerir años de seguimientos.
De momento, los virólogos no quieren alarmar mientras estas reinfecciones solo sean casos aislados, pero “necesitamos ver si ocurre con más frecuencia”, dijo Koopmans, quien reconoció que el hecho de que aparecieran pacientes contagiados por segunda vez “estaba en línea con las expectativas” científicas, solo que “no había evidencia de ello aún”.
“Se han diagnosticado más de 23 millones de contagios en todo el mundo y ahora solo tres han sido reinfecciones confirmadas. Hay que verlo desde esa perspectiva: estos son casos aislados”, añadió el científico holandés Menno de Jong a la televisión holandesa NOS.
En la misma línea se manifestó su colega Mariet Felkamp, quien recuerda que, “en general, la defensa que se crea con las infecciones respiratorias no dura toda la vida, se contrae la gripe varias veces”, quizás cada año, porque “la inmunidad desaparece rápidamente en esos casos y los coronavirus no son una excepción”.
El jefe del departamento de enfermedades infecciosas del hospital Saint Pierre de Bruselas, Stéphane de Wit, explicó que la inmunidad “no es una barrera mecánica” contra el virus y no impide que una persona lo vuelva a contraer.
En cambio, precisó que “permite al cuerpo reaccionar de inmediato para que el individuo se defienda y, por lo tanto, no desarrolle síntomas o los desarrolle de forma mucho menos severa” que la primera vez.
En Brasil.
La pregunta que se hacen ahora los científicos es cuánto dura la inmunidad de promedio, tras haberse detectado que los que han sufrido síntomas más graves tienen más anticuerpos que las personas con problemas leves, aunque se confirma también que “el hecho de que alguien haya acumulado anticuerpos no significa que sea inmune”, alerta la viróloga holandesa.
La preocupación por las reinfecciones llegó hasta la región. El hospital de las Clínicas de San Pablo informó ayer martes que investiga siete posibles casos de reinfección.
“Todos los casos siguen en investigación”, indicó en una nota la clínica, referencia dentro del sistema público de salud de Brasil.
No obstante, los médicos del Hospital de las Clínicas barajan tres posibilidades que pueden explicar la aparición, nuevamente, de los síntomas.
La primera hipótesis es que se trate de un virus diferente, que podría confundir a los investigadores ante la presencia de “fragmentos inactivos del virus del COVID-19” que aún permanecen en el organismo del paciente.
También puede deberse a una reactivación del patógeno tras “un periodo de inactividad” en el cuerpo del enfermo y por último, a una “posible reinfección”.
Mayoría de África libre de polio
En medio de la pandemia del COVID-19, una buena para África: la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ayer martes a la gran mayoría de países africanos como libres del poliovirus salvaje, el causante de la poliomielitis, después de cuatro años de que se detectase en el noreste de Nigeria el último caso.
Se trata de un hito, el de la erradicación de la transmisión del virus en la región africana de la OMS (que no incluye a Somalia, Sudán, Marruecos, Libia, Túnez y Egipto) con el que se ha conseguido prevenir la parálisis de 1,8 millones de niños.
La batalla contra el poliovirus comenzó en 1988. Una tarea que ha sido especialmente difícil en algunas zonas de África, afectadas por conflictos o de difícil acceso.
El último brote de polio se declaró en 2016 en el noreste de Nigeria, y la última vez que se vio el virus en un niño fue en esa misma región en 2017.
El anuncio deja solo a la región del Mediterráneo oriental -que incluye el norte de África, Oriente Medio y Lejano Oriente- como la única con casos de la enfermedad en todo el mundo.
La poliomielitis es una enfermedad infecciosa, causada por un virus, que no tiene cura y cuyos síntomas incluyen fiebre, fatiga, vómitos, dolor de cabeza, y puede llegar a causar, en algunos casos, parálisis en las extremidades. Era una enfermedad endémica en todo el mundo, que ha provocado gran cantidad de amputaciones y discapacidades. La vacuna contra la polio se descubrió en la década de 1950.