AFP
El primer ministro independentista escocés, Humza Yousaf, dimitió este lunes de su cargo para evitar una doble moción de censura en el Parlamento, pocos días después de poner fin al gobierno de coalición con los ecologistas por desacuerdos políticos.
Yousaf, de 39 años, dimite tras un año turbulento y en el que su agrupación, el Partido Nacional Escocés (SNP), ha perdido apoyos.
Superar las actuales divisiones políticas "solo puede hacerlo otra persona al timón", declaró en rueda de prensa, añadiendo que permanecería en el cargo hasta que se nombre a su sucesor.
Yousaf fue elegido líder del SNP en marzo de 2023, tras la dimisión de la exprimera ministra Nicola Sturgeon, que estuvo nueve años en el poder.
El político, el primer dirigente musulmán al frente de un importante partido político en Reino Unido, representaba la continuidad con su predecesora y siguió defendiendo la lucha por la independencia de Escocia a pesar de la vacilante popularidad del SNP.
Su dimisión ocurre cuatro días después del anuncio del fin de la coalición de gobierno entre su partido y los ecologistas, a raíz de un desacuerdo sobre la política medioambiental.
El SNP controla 63 de los 129 escaños del Parlamento, pero gobierna en minoría sin sus aliados ecologistas, por lo que buscó nuevos socios, sin éxito.
Las oposiciones conservadoras y laborista presentaron sendas mociones de censura contra Yousaf, que debían someterse a votación esta semana. Los Verdes anunciaron que votarán en contra del primer ministro.
El Parlamento tendrá ahora 28 días para encontrar un nuevo primer ministro.
Fuerte ascenso laborista
Yousaf, el dirigente más joven del SNP y que había sido elogiado por su capacidad de comunicación susceptibles de unir al partido, no consiguió pasar la página del mandato de Sturgeon.
Sus 13 meses en el poder, en plena crisis sobre el coste de la vida, fueron principalmente marcados por sus enfrentamientos con Londres.
Las disputas más sonadas giraron en torno a una ley escocesa sobre el cambio de género, que finalmente fue bloqueada por el gobierno británico, la posición de Reino Unido en el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza o la autorización de un importante proyecto de petróleo en el mar del Norte.
El año pasado también ha sido particularmente difícil para el SNP, con una investigación sobre sus finanzas, en la que Nicola Sturgeon fue interrogada por la policía y su marido, Peter Murrell, ex director ejecutivo del partido, acusado de malversación de fondos.
Además, el partido se ve amenazado por un fuerte ascenso del Partido Laborista en Escocia de cara a las elecciones legislativas británicas, sin fecha todavía, pero que deben programarse antes de finales de enero de 2025.
Por otro lado, su lucha por la autodeterminación de Escocia se encuentra en un callejón sin salida desde que el Tribunal Supremo británico sentenciara a finales de 2022 que sólo el gobierno británico podía autorizar un nuevo referéndum.
El último voto tuvo lugar en 2014 y el "no" a la independencia ganó con un 55%.
El gobierno escocés tiene múltiples competencias, como la educación, la salud, la justicia y el medio ambiente. El gobierno británico, con sede en Londres, mantiene en cambio los poderes para asuntos de defensa y política exterior.