CRISIS EN LA MONARQUÍA
El rey Felipe VI retomó su agenda oficial, pero sin hablar del destino o la situación de su padre a una semana de la salida del último de España.
Una semana después del anuncio de su salida de España para radicarse en otro país, en España siguen las especulaciones acerca de dónde está el rey emérito Juan Carlos I.
El lunes 3 le comunicó a su hijo, el rey Felipe VI, la “meditada decisión” de trasladarse fuera de España ante la repercusión pública de “ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada, en referencia a las investigaciones judiciales sobre sus cuentas en Suiza. Antes de su partida, Juan Carlos contactó con varios amigos, a los que comentó que su salida de España era un “paréntesis”, dejando abierta la posibilidad de que sea una marcha temporal.
En medio de gran expectación, Felipe VI inició ayer lunes en la ciudad de Palma, donde descansa con su familia, su agenda institucional de audiencias con autoridades regionales de las islas Baleares. Es la primera actividad oficial del rey después de que el jueves pasado recibiera al canciller uruguayo, Francisco Bustillo, en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid.
Sin embargo, nada trascendió de las reuniones de ayer sobre posibles comentarios relativos a la marcha de su padre, dónde se encuentra o dónde se instalará.
La presidenta de Baleares, Francina Armengol, eludió aclarar si trataron estas cuestiones. “Mi preocupación y mi obsesión es los ciudadanos de las Islas Baleares (...). De todo lo demás debe dar explicaciones la Casa del Rey, no me toca a mí”, dijo después de la audiencia. Y precisó que, de haber hablado del tema con Felipe VI, no lo revelaría.
Portugal, República Dominicana, Emiratos Árabes, Nueva Zelanda... Son los destinos o lugares de tránsito mencionados con más insistencia por los medios españoles durante estos días, a veces con gran despliegue informativo y gráfico.
Desde que abandonó el Palacio de la Zarzuela, la casa real no confirmó ni desmintió ninguna de esas informaciones, ni tiene intención de hacerlo. Considera que es el rey emérito a quien corresponde decidir si lo comunica y cuándo.
El Gobierno tampoco dio pistas, pero se da por descontado que tanto su presidente, el socialista Pedro Sánchez, como otros miembros del gabinete están al tanto.
La salida de Juan Carlos de España desencadenó un nuevo roce en el gobierno de coalición, ya que los representantes de Unidas Podemos y su líder, el izquierdista Pablo Iglesias, reprocharon al presidente Sánchez que no les informara previamente y que, según interpretan, es una “huida” del rey emérito para eludir la acción de la Justicia.
También fue aprovechada por partidos de izquierda e independentistas catalanes para avivar las críticas a la monarquía y reclamar un referéndum sobre la cuestión.
Según una resolución del viernes del Parlamento catalán, “Cataluña es republicana y, por lo tanto, no reconoce ni quiere tener rey”.
No es el caso del Partido Socialista de Sánchez, quien considera “adecuada” la medida de Felipe VI de “marcar distancias” con su padre y respalda la actual monarquía parlamentaria constitucional.
El diario español La Razón publicó ayer lunes una encuesta en la que el 54,8% es partidario de la monarquía, frente al 38,5% que prefiere una república. Al 71,3% le parece bien o muy bien que el rey emérito fije la residencia en el extranjero.
En otro sondeo, El Mundo informó el domingo que el 67,2% considera “muy” o “bastante importante” el papel de Juan Carlos I en la transición democrática española y en el conjunto de su reinado. Sin embargo, el 80,3% opina que debe responder ante la Justicia por posibles delitos fiscales.