Con información de agencias y The New York Times
Los rebeldes del poderoso grupo Movimiento 23 de Marzo (M23) anunciaron este viernes que avanzan hacia Goma, estratégica capital de la provincia congoleña nororiental de Kivu del Norte, e instaron a los soldados de la misión de paz de la ONU (Monusco) a "abstenerse de intervenir" en el conflicto. "Estamos avanzando para liberar a nuestros compatriotas en Goma y para restaurar la seguridad y la dignidad del pueblo congoleño", aseguró en un comunicado la Alianza Río Congo (AFC-M23, en francés), una coalición político-militar de la República Democrática del Congo, que integra al M23.
En el texto, difundido a través de red social X, la AFC/M23 aseguró que "no ha sido respetado" el llamamiento que formuló el pasado miércoles para que tanto las fuerzas de la Monusco como de la misión de paz de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) se abstuvieran de involucrarse en el conflicto.
"Reiteramos firmemente que cualquier implicación, colaboración o apoyo directo o indirecto en el conflicto en curso por parte de estas dos fuerzas obligará a nuestra organización a ejercer plenamente su derecho legítimo a la autodefensa", advirtió. Asimismo, enfatizó que "reconoce plenamente el sufrimiento intolerable que enfrenta la población de Goma", a la que instaron a "mantenerse en calma y prepararse para recibir a la AFC/M23, que está firmemente comprometida con llevar paz y estabilidad a la región".
Los rebeldes se aproximan a Goma después de una semana de intensos enfrentamientos contra las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) y sus milicias aliadas, llamadas "wazalendo" ("patriotas" en suajili), en la que han conseguido avanzar posiciones.
Las alertas comenzaron a sonar el pasado martes, cuando el M23 tomó la estratégica ciudad de Minova, primer núcleo urbano importante que conquista en la provincia vecina de Kivu del Sur, a tan solo 40 kilómetros de Goma, lo que provocó un gran desplazamiento de la población.
Según confirmó la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) el mismo martes, más de 178.000 personas abandonaron sus hogares por la violencia y, al menos, 113 personas resultaron heridas.
Los rebeldes continuaron su avance hacia la ciudad de Sake, a unos 20 kilómetros de Goma, donde se registraron intensos combates contra las FARDC a lo largo del jueves, lo que provocó otra gran oleada de desplazados que huyeron del conflicto hacia la capital.
Los habitantes de Goma se han sumido en un estado de pánico generalizado, según medios locales, no sólo por la proximidad de conflicto, sino también por la llegada masiva de estos desplazados, que ha transformado la capital en un gran campo de refugiados.
Ante esta situación, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó en la noche de este jueves la ofensiva del M23 y alertó sobre el riesgo de que se desate una guerra regional "más amplia".
El M23 reanudó esta madrugada los enfrentamientos en diversos puntos, todos próximos a Goma, y lanzó ataques simultáneos contra posiciones de resistencia de las FARDC y sus aliados, entre ellos, los cascos azules de la Monusco y grupos armados locales.
Los rebeldes atacaron las localidades de Kilimanyoka y Kanyamahoro, aproximadamente a 20 kilómetros al norte de Goma, y continuaron su ofensiva en Sake y Mubambiro, también a 20 kilómetros al este de la capital.
Los combates en el noreste del país se han recrudecido en las últimas semanas, después de que se suspendiera la cumbre sobre el proceso de paz prevista para el pasado 15 de diciembre en Angola y en la que debían participar los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente.
El retorno de los rebeldes
La caída de Goma sería un hito para el M23. El grupo capturó la ciudad y la mantuvo durante dos semanas en 2012, pero se retiró después de que Ruanda se viera sometida a una intensa presión internacional para que dejara de respaldar a la milicia. Estados Unidos y las Naciones Unidas afirman que Ruanda financia y dirige al M23, acusación que Ruanda ha negado.
A finales de 2013, el ejército congoleño y las fuerzas de las Naciones Unidas derrotaron rápidamente al grupo rebelde, que permaneció inactivo durante casi una década.
Desde entonces, el M23 ha vuelto a resurgir, a partir de finales de 2021, y ha asestado una serie de derrotas al ejército congoleño. Al mismo tiempo, las conversaciones de paz encabezadas por Angola, el vecino suroeste del Congo, se han estancado y el destino de las fuerzas de paz de la ONU estacionadas en el este del Congo estaba en el aire hasta hace poco, ya que su mandato fue renovado en diciembre por un año más, aunque con menos bases.
En marzo de 2022, el grupo empezó una ofensiva con la captura y pérdida recurrentes de localidades. Desde entonces, han avanzado por varios frentes hasta situarse a unos 20 kilómetros de Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto étnico, político y militar alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU.