Construcción desordenada y alto nivel de contaminación.
En épocas normales, el barullo del río se cuela tenuemente por las ventanas. Pero cuando crece, el caudal se transforma en un monstruo de lodo que se traga a la gente y a las casas. Así es vivir al borde del río Rímac, en Lima.
Rímac, en quechua, quiere decir hablador. Así le decían los indígenas por el ruido que hacía en tiempos de crecida, arrastrando piedras a su paso. Claro que a ellos no se les ocurrió irse a vivir al borde de este coloso que en vez de hablar, a veces grita.
La necesidad y el crecimiento urbano desordenado de la capital del Perú, llevó a cientos de personas a instalarse allí.
Como ya lo sabían los incas, el Rímac volvió a hablar y acaba de desnudar los cimientos de la vía férrea, dejando el riel colgando en el vacío.
En este caso, fue "El Niño Costero" —fenómeno que calienta las aguas de las costas peruanas generando más lluvias que las habituales— que provocó avalanchas de lodo y piedras e incrementó los caudales de los ríos, que terminan desbordándose y llevándose todo a su paso.
Ya van 75 muertos desde enero y más de medio millón de afectados por este fenómeno. Para algunos especialistas, en esta caso, las riadas son efectos del cambio climático.
Lilia Ruales conoce la situación. Vive en el distrito de Chosica, este de la capital, al borde del río. "La crecida del río comenzó hace una semana. Hace poco se inundó todo. No tenemos agua, la luz se está cortando. Ahora mi preocupación son los niños. Necesitamos carpas para dormir fuera de aquí", dice Ruales a la AFP.
El Rímac es el principal abastecedor de agua de Lima. Pero cuando se llena de barro, es difícil tratarlo para consumo humano de manera rápida. Eso ha generado restricciones y cortes en la capital.
"Son cuatro días sin agua. Estamos consumiendo la que hemos juntado. Necesitamos que vengan las autoridades. ¿Están esperando que se muera alguien?", reclama.
Lilia pide que, una vez que pase todo, les coloquen un muro de contención, aquel que le vienen prometiendo desde la primera vez que llegó. Madre de siete hijos, vive con cuatro de ellos en la zona.
"Huaico" quiere decir quebrada en quechua, que define el espacio que hay entre los cerros, por donde descienden las avalanchas. Con la expansión urbana, también se ha construido en esos espacios que los antepasados respetaban.
Hay 811 distritos en emergencia de los más de 2.800 que tiene Perú.
El río Rímac nace en los Andes centrales a más de 5.000 metros de altitud y, en su recorrido de 150 kilómetros rumbo al océano Pacífico, atraviesa fértiles valles agrícolas.
Respetado por los antepasados incas, los limeños de hoy lanzan allí sus desperdicios, la minería sus relaves y hasta los hospitales sus deshechos. Las autoridades peruanas admiten que el río Rímac es bombardeado diariamente por 1.185 focos contaminantes. Si en verdad el río Rímac habla, ¿qué querrá decir?
Más lluvias amenazan agravar la situación
Un nuevo frente de lluvias pronosticado sobre los Andes amenaza con agravar las inundaciones sufridas en las últimas semanas en Perú, que ya dejaron 75 muertos, 263 heridos, 20 desaparecidos, unos 100.000 damnificados y 630.000 afectados. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrografía anunció que las precipitaciones se intensificarán esta semana, especialmente en las regiones de la costa norte de Perú, que fueron las más golpeadas.
El pronóstico prevé lluvias de fuerte intensidad y tormentas eléctricas hasta el jueves 23 en las regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, que en conjunto suman unos 64.000 damnificados y unos 360.000 afectados. La previsión también anuncia lluvias que pueden alcanzar fuerte intensidad entre mañana martes 21 y el jueves 23 en las cuencas medias de las regiones de Áncash, Lima e Ica, donde se registra en conjunto unos 26.000 damnificados y también unos 136.000 afectados. (EFE)
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