Con información de O Globo/GDA/Luísa Marzullo, Caio Sartori, Ana Clara Veloso
La playa de Copacabana, en la zona sur de Río de Janeiro, recibió este domingo una manifestación convocada por Jair Bolsonaro (Partido Liberal - PL). El acto reunió a casi 33.000 partidarios del expresidente -según cálculo del grupo de investigación "Monitor del debate político", de la Universidad de São Paulo- y tuvo discursos de diferentes personajes, como el propio exmandatario, su esposa Michelle Bolsonaro y el pastor Silas Malafaia, entre otros.

El evento, sin embargo, terminó acortado por el fuerte calor. Aunque algunas figuras ya habían emitido su discurso, como el general Walter Braga Netto y Valdemar Costa Neto, presidente del PL, el inicio formal del acto se dio a las 10:00, con la conclusión por alrededor de 12:30, después del discurso de Bolsonaro.

Sobre el escenario, uno de los nombres más recordados fue el del multimillonario Elon Musk, dueño de X (antes Twitter), que desde el inicio del mes viene tejiendo sucesivos ataques al ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF). En los bastidores del encuentro, sin embargo, fueron otros detalles que llamaron la atención. Vea algunos a continuación.

El acto bolsonarista necesitó incluir una estrategia para que investigados por supuestas embestidas antidemocráticas no se cruzaran en la orilla carioca. Por decisión del ministro Alexandre de Moraes, del STF, el general Walter Braga Netto, el propio expresidente Jair Bolsonaro y el dirigente del PL Valdemar Costa Neto, están impedidos de mantener cualquier tipo de contacto.

Repitiendo la estrategia utilizada hace dos meses, durante una manifestación similar en São Paulo, Braga Netto pasó por el local antes del inicio formal del evento, previsto para las 10:00, y habló rápidamente al público ya presente. No quería hablar con periodistas. En el cronograma de los organizadores, la participación del general estaba programada para las 8:30, antes incluso de que se abriera la transmisión en vivo por internet, a partir de las 9:00.

"Les agradezco el cariño con el presidente Bolsonaro y conmigo. Continuamos en la lucha por Brasil. Muchas gracias a todos ustedes. Tengo que salir". dijo Braga Netto.

Foto: Luisa Marzullo/O Globo/GDA

Poco después, ya con el general distante, fue la oportunidad del pronunciamiento de Valdemar: "Lo único que me entristece es no poder estar junto con el Bolsonaro", dijo poco después de su rápida participación, en la que se limitó a presentar políticos del PL.

Mientras Braga Netto ya vive en Río, Valdemar y Bolsonaro decidieron, incluso, alojarse en hoteles diferentes para evitar cualquier riesgo de que se toparan. Aunque tiene casa en la Barra da Tijuca, en la zona oeste, el expresidente reservó una habitación en el Pestana Río Atlántica, en la propia orilla de Copacabana, como reveló el columnista de O Globo Lauro Jardim. Valdemar, así como la exprimera dama Michelle Bolsonaro, se hospedó en Fairmont, también en la Avenida Atlántica, pero situado a poco más de un kilómetro del competidor.

Cuando Valdemar Costa Neto estaba en el escenario, citó a algunas figuras de la política de Río de Janeiro que hoy integran los cuadros del PL. Entre ellas, el senador Romario, que, aunque ausente, fue abucheado por el público.

"El PL más fuerte de Brasil es en Río de Janeiro, Bolsonaro vota en Río de Janeiro, Michelle, Cláudio Castro, Flávio Bolsonaro, Romario, ese gran jugador", dijo el presidente del partido delante de una reacción negativa del público.

La reacción está ligada a la postura del exfutbolista en el Congreso Nacional, no siempre alineada al núcleo duro del bolsonarismo.

En las redes sociales, el senador publicó fotos en un evento deportivo en el estado de Goiás a lo largo del fin de semana. En el registro más reciente, sin embargo, él aparece al lado del actor Caio Castro en una fiesta de disfraces, vestido como policía al lado de amigos, con la ciudad de Goiânia marcada como ubicación.

Foto: O Globo/GDA.

En la barrera montada en la esquina de la calle Bolívar con la calle Domingos Ferreira, se formó un tumulto tras faltar pulseras para la acreditación de autoridades que deseaban acceso privilegiado al acto. En el lugar, los presentes apelaban por la liberación de las entradas señalando sus cargos en el partido, mostrando e-mails intercambiados e incluso declarándose como precandidatos.

Sin embargo, pocos fueron liberados sin la pulsera en la muñeca. Según la organización, no había, en ese momento, previsión de llegada de nuevas credenciales. La orientación, entonces, era por el acceso al evento como el público en general, por las laterales, lo que desagradó a quien apostaba a algún tipo de tratamiento diferenciado para ingresar en la manifestación.

La barrera solo fue desmontada después de tener que ser abierta a la prisa para el socorro a un hombre que pasó mal. La seguridad también consideró que las principales autoridades ya habían llegado al evento y decidió poner fin al control de acceso.

Foto: Mauro Pimentel/AFP

El precandidato del PL a la prefectura de Río, Alexandre Ramagem, subió al estrado y destacó en la llegada al lado de Bolsonaro, pero no habló. La decisión fue tomada para evitar que la Justicia lo encuadrara por campaña anticipada.

"Abogados electorales pidieron evitarlo", justificó a O Globo el diputado federal Sóstenes Cavalcante (PL-RJ), uno de los organizadores del acto.

A lo largo de la semana, aliados de Ramagem se dividieron entre los que pensaban que el precandidato debía hablar y los que evaluaban que las líneas podrían ser consideradas campaña fuera de época por la Justicia Electoral.

Aunque había inicialmente 12 discursos previstos, solo siete personas hablaron al público. Las participaciones de los diputados federales Hélio Lopes (RJ) y Silvia Waiãpi (AP) y los senadores Flávio Bolsonaro (RJ), Marcos Rogério (RO) y Rogério Marinho (RN), todos del PL, finalmente no ocurrieron.

Según el principal organizador del acto, el pastor Silas Malafaia, la definición partió de Bolsonaro debido a las condiciones climáticas en la capital Fluminense.

"Bolsonaro vio el sol violento, comenzó gente a pasar mal, y él se volvió hacia mí y dijo así: 'Malafaia, vamos a cortar. Hablan Nikolas (el diputado federal Nikolas Ferreira, de Minas Gerais), usted y yo'", explicó el pastor a O Globo.