Paul Sonne / The New York Times
Rusia incluyó a la viuda del fallecido activista opositor Alexei Navalni en su lista oficial de terroristas y extremistas, días después de acusarla en un tribunal de Moscú de “participar en una comunidad extremista”.
Rosfinmonitoring, el organismo del gobierno ruso encargado de combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, agregó a Alexei Navalni a la lista como extremista, según una búsqueda realizada ayer jueves en su base de datos en línea.
La inclusión en la lista permite a las autoridades rusas bloquear las cuentas bancarias del individuo designado y restringir otras actividades financieras.
Navalnaya, que abandonó Rusia en 2021, se comprometió a continuar con el trabajo de su marido tras su muerte en febrero en una colonia penitenciaria rusa al norte del Círculo Polar Ártico. Acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, del asesinato de su marido y convocó a funcionarios occidentales para que idearan nuevas formas de luchar contra el régimen de Putin.
Su inclusión en la lista se produjo días después de que el Tribunal del Distrito de Basmanny en Moscú ordenara la detención de Navalnaya y dijera que sería incluida en la lista internacional de personas buscadas del país. El tribunal no detalló los cargos, salvo decir que había participado en una comunidad extremista.
En 2021, las autoridades rusas calificaron de grupo extremista a la Fundación Anticorrupción de Navalni, que se vio obligada a abandonar el país para cumplir su misión: exponer las prácticas corruptas de la élite de Putin descubriendo sus yates, mansiones y otros lujos. Ahora opera desde Lituania.
Navalnaya dirige el consejo asesor del grupo anticorrupción y es miembro de su junta directiva.
Navalnaya rechazó los cargos el martes en una declaración burlona en la plataforma social X. “Cuando escriban sobre esto, por favor no se olviden de escribir lo principal: Vladimir Putin es un asesino y un criminal de guerra”, dice el comunicado. “Su lugar está en la cárcel, y no en algún lugar de La Haya, en una celda acogedora con un televisor, sino en Rusia, en la misma colonia y la misma celda de dos por tres metros en la que mató a Alexéi”.
Un portavoz de la Fundación Anticorrupción no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la nueva designación de la lista de extremistas.
Los medios estatales rusos informaron inicialmente que Navalni había muerto a causa de un coágulo de sangre. El jefe del servicio de inteligencia exterior del país dijo más tarde que el activista opositor murió por “causas naturales”. Putin describió su muerte como un “incidente desafortunado”.
El cuerpo de Navalni fue ocultado a su familia en los días posteriores a su muerte, lo que socavó la posibilidad de una autopsia independiente.
Navalni estuvo a punto de morir tras ser envenenado en 2020 con un agente nervioso durante un viaje a Siberia.
El gobierno estadounidense determinó que el envenenamiento había sido un intento de asesinato por parte del Servicio Federal de Seguridad de Rusia.
Tras recuperarse en Alemania, Navalni regresó a Rusia al año siguiente, donde fue arrestado rápidamente.
En los años siguientes, estuvo sometido a condiciones cada vez más peligrosas en una prisión rusa, incluidas reiteradas detenciones en celdas de castigo solitarias, a menudo sin calefacción adecuada. Navalni estaba recluido en una de esas celdas cuando murió.