JEFE DE LA DIPLOMACIA RUSA
“Fue un crimen bárbaro para el que no puede haber perdón", dijo Lavrov en el funeral de la hija, de 29 años, del ultranacionalista Alexander Duguin.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, aseguró ayer martes que no habrá “ninguna piedad” para los asesinos de la hija del ultranacionalista Alexander Duguin, que murió en un atentado y cuyos funerales reunieron a cientos de personas en Moscú. “Fue un crimen bárbaro para el que no puede haber perdón (...) No puede haber piedad para los organizadores, los patrocinadores y los ejecutores”, dijo Lavrov.
Los servicios de seguridad rusos acusan al servicio secreto ucraniano de estar detrás del atentado, pero Ucrania niega cualquier implicación.
Alexander Duguin, un defensor de la invasión de Ucrania y cercano al presidente ruso Vladimir Putin, podría haber sido el blanco intencional del ataque que mató a su hija de 29 años, según versiones de la prensa rusa.
El funeral de Duguina se realizó en un salón del centro Ostankino TV de Moscú, donde un retrato suyo en blanco y negro se colocó sobre su féretro abierto.
Duguin y su esposa, ambos vestidos de negro, se sentaron junto al ataúd de su hija.
“Ella murió por el pueblo, por Rusia, en el frente. El frente es aquí”, expresó Duguin. “Entre las primeras palabras que le enseñamos de niño estaban, obviamente, ‘Rusia’, ‘nuestro poder’, ‘nuestro pueblo’, ‘nuestro imperio’”, dijo Duguin.
ONU pide retirada militar de central
La ONU volvió a reclamar ayer la retirada de todo personal y equipamiento militar de la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, bajo control de tropas rusas, y aseguró que continúan los preparativos para enviar una misión de expertos internacionales que evalúe la situación. “La instalación no debe usarse como parte de ninguna operación militar y debe alcanzarse un acuerdo sobre un perímetro seguro”, dijo la responsable de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo.