DOLOR Y DESESPERACIÓN
Putin le dijo a Macron que logrará sus metas en Ucrania “por la negociación o por la guerra”; fuerzas rusas atacan corredores humanitarios.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin proclamó ayer domingo en una conversación telefónica con su par de Francia, Emmanuel Macron, que obtendrá “sus objetivos” en Ucrania “por la negociación o por la guerra”, de acuerdo con lo que informó la presidencia francesa.
Mientras se desarrollaba el diálogo, las fuerzas rusas reanudaron el bombardeo de los corredores humanitarios que se habían comprometido a preservar para que pudieran salir miles de ucranianos, así como atacaron zonas cercanas a otra central nuclear, pese a que Putin recalcó a Macron que “no era su intención” apuntar contra instalaciones de generación nuclear ucranianas.
Durante su conversación de una hora con 45 minutos, Macron encontró a Putin “muy decidido a conseguir sus objetivos”, entre ellos, “lo que el presidente ruso llama ‘desnazificación’ y neutralización de Ucrania”.
La discusión telefónica entre ambos líderes, a petición de Macron, es la cuarta desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania el 24 de febrero.
En su anterior intercambio, la presidencia francesa informó que Macron opinaba que “lo peor está por llegar” y que Putin busca apoderarse “de todo el país”.
Putin también pidió el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea (que Moscú anexionó en 2014) y de la independencia de los territorios rusoparlantes del Donbás (este de Ucrania). Unas exigencias “inaceptables para los ucranianos”, explicó la presidencia francesa.
Macron instó a Putin a que su ejército no pusiera en peligro a civiles, de acuerdo con el derecho internacional, algo que, según el dirigente ruso, no está pasando.
El presidente francés respondió diciendo que es “el ejército ruso el que está atacando”, y que no tiene “motivos para creer que el ejército ucraniano está poniendo en peligro a civiles”.
Putin acusó a Kiev por el fracaso de la operación de evacuación de civiles de la ciudad portuaria de Mariúpol (sur), rodeada por las fuerzas rusas, según el Kremlin.
Putin quiso “llamar la atención de que Kiev sigue sin cumplir los acuerdos alcanzados en torno a este grave problema humanitario”, según un comunicado del Kremlin, después de dos intentos frustrados para evacuar Mariupol, con ambas partes acusándose de haber roto el alto el fuego
Macron había expresado su preocupación por los ataques contra las instalaciones nucleares ucranianas, después de que el 4 de marzo las fuerzas rusas asediaran la mayor central de Europa, en Zaporiyia.
Ayer domingo, el Mando Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania denunció que las fuerzas rusas planean tomar una central hidroeléctrica en Kaniv, en el río Dniéper, centro del país, y otra nuclear situada en la región de Mykolaiv, en el sur.
Todo ello después de que las tropas rusas tomaran el viernes la central nuclear de Energodar, en la región de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, la mayor de Europa, tras disparar contra el complejo y causar un incendio en uno de los edificios dedicados a la formación del personal.
El asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestóvych, afirmó, por su parte, en un mensaje de Telegram que Rusia trata de “avanzar al norte de Mykolaiv para atacar luego la central nuclear Sur.
Drama
En la jornada dominical, los bombardeos se ensañaron de nuevo con los civiles. Cuando la guerra de Putin contra Ucrania cumple su undécimo día, el Ejército ruso, que avanza más lento de lo planeado e intensifica su ofensiva, puso otra vez en la mira infraestructuras civiles, barrios residenciales y rutas de evacuación por las que personas desesperadas tratan de escapar de la violencia. Mariupol, la estratégica ciudad portuaria asediada y bombardeada por las tropas del Kremlin, se asomaba al desastre después del fracaso del segundo intento de alto fuego consecutivo para evacuar a cientos de miles de personas atrapadas en lo que un día fue una pujante localidad industrial y que se ha convertido en una ratonera.
A medida que el Ejército ucraniano y la sociedad civil resisten, las fuerzas rusas redoblan su ofensiva contra Kiev, el corazón de Ucrania, y sus alrededores. Los soldados de Putin lanzan intensos ataques de artillería contra Irpin, una ciudad dormitorio a 25 kilómetros de la capital, en plena evacuación. El bombardeo ha matado al menos a tres miembros de una familia.
Moscú, que habla de ataques “quirúrgicos” y asegura que la ofensiva va según lo planeado, insiste en que no ataca civiles, pero los bombardeos en Járkov, Kiev, Mariupol, Chernihiv, Sumi, Irpin, Kramatorsk y otras muchas ciudades asediadas y al borde de la desesperación, muestran que la estrategia de Putin pasa por atemorizar a la población para forzar al Gobierno a claudicar; también para acelerar el éxodo y encontrar menos freno en la ocupación. Alrededor de 1,5 millones de personas han huido de Ucrania, el país más grande de Europa, de 44 millones de habitantes, forzados por la guerra en diez días; la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en el Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial.
Fracaso
Los planes para establecer un corredor para evacuar a miles de personas de la pequeña localidad sureña de Volnovaja y de Mariupol, en el Mar de Azov, volvieron a descarrilar ayer domingo cuando los ataques a lo largo de la que debía ser la ruta de paso rompieron el alto el fuego puntual acordado por Kiev y Moscú, que se acusan mutuamente de impedir la evacuación. Las autoridades ucranianas estiman que unas 200.000 personas en la portuaria Mariupol saldrían en los corredores humanitarios en varias fases. Médicos Sin Fronteras (MSF), denuncia que la situación en la ciudad es crítica: no hay alimentos, casi no hay agua y hace días que está privada de electricidad y calefacción.
Rusia, que ansía el control de Mariupol para establecer un corredor desde la península ucrania de Crimea, que se anexionó ilegalmente en 2014, con el Donbás, asegura que sus tropas siguen avanzando en su ofensiva sobre la ciudad y que atacó más 60 puestos militares ucranianos, así como dos aeropuertos militares y cargó de nuevo contra la ciudad de Jarkov, en tanto la ofensiva rusa se ensaña también con la zona de la capital Kiev.
Altos funcionarios de Estados Unidos viajaron el sábado a Venezuela para reunirse con el gobierno de Nicolás Maduro, en momentos en que Washington buscar aislar a Rusia, informó el diario The New York Times.
“La invasión rusa de Ucrania ha llevado a Estados Unidos a prestar más atención a los aliados del presidente Vladimir Putin en América Latina, que Washington cree que podrían convertirse en amenazas a la seguridad si se profundiza el enfrentamiento con Rusia”, dijo el diario citando fuentes no identificadas que comocen ell tema. Voceros del gobierno de Joe Biden y de Maduro consultados por AFP no contestaron pedidos de comentarios.
Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas en 2019, luego de que Maduro asumió un segundo mandato en elecciones ampliamente cuestionadas. Desde entonces, Maduro recibió un fuerte apoyo de Rusia para poder seguir exportando petróleo a pesar de las sanciones de Estados Unidos.
Según el Times, la actual visita a Caracas de altos funcionarios del Departamento de Estado y la Casa Blanca responde al supuesto interés de Washington de poder reemplazar parte del petróleo que le compra actualmente a Rusia con el que dejó de comprarle a Venezuela.
La Casa Blanca indicó que examina cómo reducir las importaciones de petróleo de Rusia tras la invasión a Ucrania sin perjudicar a los consumidores estadounidenses y manteniendo al mismo tiempo el suministro global.