700.000 inmigrantes
El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, replicó que "no aceptamos lecciones de nadie" en respuesta a las críticas vertidas por la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, hacia la política antiinmigración de Roma.
"No aceptamos lecciones de nadie y menos aun de la ONU, que se muestra incapaz, inutilmente costosa y desinformada", afirmó Salvini, líder de la ultraderechista Liga.
"Italia ha acogido los últimos años a 700.000 inmigrantes, muchos de ellos clandestinos, y no ha recibido nunca la colaboración de otros países europeos", continuó el también vicepresidente del Gobierno.
Salvini salía así al paso de las palabras de Bachelet, quien al inaugurar una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra criticó a Italia por impedir la entrada al país de barcos de rescate de ONGs con inmigrantes a bordo.
"Este tipo de posicionamiento político y otros acontecimientos recientes tienen consecuencias devastadoras para mucha gente que ya de por si es vulnerable", afirmó la alta comisionada, quien lamentó que "aunque el número de inmigrantes que cruzan el Mediterráneo ha descendido, la tasa de mortalidad es más elevada". También denunció —en referencia a Italia— que "priorizar el regreso de emigrantes desde Europa sin garantizar que se respetan las obligaciones internacionales clave en derechos humanos no puede ser considerado como una respuesta adecuada".
"Las fuerzas del orden desmienten que haya una alarma de racismo. Antes de investigar sobre Italia, la ONU debería investigar sobre otros estados miembros que ignoran derechos elementales como la igualdad entre hombres y mujeres", espetó Salvini.
El líder de la Liga es la cara más visible en Europa de la mano dura contra la inmigración. En las últimas semanas ha afirmado que con su política ha conseguido reducir las llegadas de emigrantes clandestinos y que ahora es el momento de acelerar las repatriaciones y expulsiones hacia los países de origen.