AFP, EFE
El naufragio el pasado miércoles de un pesquero con cientos de migrantes a bordo frente a las costas de Grecia, va camino a convertirse en una de las mayores tragedias de este tipo en el mar Mediterráneo en la última década. Si bien la búsqueda de sobrevivientes prosigue, a medida que pasan las horas se desvanece la esperanza de encontrar a alguien con vida.
Los guardacostas griegos encontraron el miércoles 78 cuerpos en el mar, horas después de que un pesquero vetusto y sobrecargado se hundiera a casi 90 km de Pilos, en la península del Peloponeso.
Fueron rescatadas 104 personas y trasladadas al puerto de Kalamata, en el sur de Grecia.
“A estas alturas es extremadamente difícil que se encuentre a alguien con vida”, dijo una portavoz de la Guardia Costera.
Según medios locales, entre 500 y 700 inmigrantes viajaban a bordo de la embarcación de 30 metros de eslora.
Nawal Soufi, un voluntario que trabaja para Alarm Phone, la línea telefónica de asistencia a migrantes en peligro, indicó en su cuenta de Facebook que recibió un llamado de alerta de un barco con 750 personas a bordo desde Libia.
“Según imágenes difundidas por las autoridades y varios testigos entre los rescatados, cientos de personas iban a bordo”, dijo por su parte Stella Nanou, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Grecia.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo temer que “cientos de personas” hayan perecido en el naufragio, “una de las tragedias más devastadoras en el Mediterráneo en una década”.
En la bodega del viejo pesquero se encontraban alrededor de 100 niños y muchas mujeres, según testimonios de los supervivientes.
La policía detuvo a nueve egipcios, de entre 20 y 40 años, presuntos traficantes de personas. Estos hombres, que se encontraban entre los rescatados, fueron llevados ayer viernes ante la fiscalía de Kalamata y comparecerán el lunes ante un juez de instrucción. Están acusados de “tráfico de seres humanos”.
El barco pesquero zarpó de Egipto sin pasajeros rumbo a Tobruk, una ciudad del este de Libia, para embarcar a los migrantes y proseguir hacia Italia.
La Guardia Costera griega fue ayer duramente criticada por medios locales y organizaciones internacionales, por no intervenir desde el primer momento que divisó la sobrecargada embarcación el martes.
Según Nikos Alexíu, portavoz de los guardacostas, “una intervención brusca para rescatar a un barco con tanta gente podría producir un cambio repentino de carga, lo que produciría el hundimiento del barco”. “Nos mantuvimos cerca por si nos necesitaban para salvarlos y eso es lo que hicimos”, recalcó.
Ese miércoles el barco de pesca notificó un fallo en el motor. El patrullero que estaba más próximo “trató inmediatamente de acercarse al pesquero para ver cuál era el problema”, aseguraron los guardacostas. Pero apenas 24 minutos después, el jefe del patrullero anunció por la radio que el navío había volcado. Se hundió en 15 minutos.
Según los guardacostas griegos, “no hubo petición de ayuda” de las personas a bordo del pesquero. “Decían ‘No help, Go Italy’ (Ayuda no, vamos a Italia)”, añadieron.
El portavoz de la policía portuaria griega, Nikolaos Alexiou, subrayó por su parte que no se podía “remolcar un barco con tanta gente a bordo por la fuerza”. “No hubo ningún intento de remolque”, afirmó.
“El argumento griego según el cual las personas no querían ser rescatadas para poder seguir hacia Italia no se sostiene”, aseguró Vincent Cochetel, enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Nikos Spanos, experto en incidentes marítimos, aseguró que “no se pide a las personas a bordo de un buque a la deriva si quieren ayuda (...) se da ayuda inmediata”.
Según algunos testigos, el pesquero que naufragó partió de Egipto y levantó a los migrantes en Libia con destino a Italia. En el momento del naufragio, iban unas 700 personas a bordo, según testimonios de sobrevivientes.
Además de los 78 cuerpos sacados del mar, los guardacostas griegos recataron a 104 personas con vida, que fueron llevadas al puerto de Kalamata al sur de Grecia.
Posible vuelco por amarre
El pesquero con cientos de inmigrantes que naufragó este semana en el mar Jónico volcó después de que la Guardia Costera de Grecia tratara de remolcarlo con una soga, denuncian algunos de los rescatados.
Según el relato de un superviviente sirio, un barco de la guardia costera griega ató el pesquero con una soga e intentó remolcarlo por el lado izquierdo. “Pero el bote viró a la derecha y se hundió repentinamente”, aseguró Tasos Polijronópulos, un concejal de Kalamata, el puerto más cercano al lugar del hundimiento, tras hablar con el superviviente.
Ya el jueves otro de los rescatados señaló en declaraciones al líder del partido izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, que el barco volcó después de que la Guardia Costera tratara de remolcarlo con una soga, informa el portal de noticias News247.
El portavoz de los guardacostas, Nikos Alexíu, desmintió estas denuncias al señalar que “nunca hubo ningún intento de amarre (con el pesquero)”. Sin embargo, unas horas después, el portavoz del Gobierno, Ilias Siakandaris, señaló a la televisión pública ERT que los guardacostas sí usaron una cuerda “para sostenerse y para acercarse (al barco), para ver si querían ayuda”. Sin embargo, matizó que “no fue una cuerda de amarre”, por lo que nunca hubo ningún intento de remolcar.