Seguir el ritmo de un corazón por teléfono

| El Dr. Eduardo Haim, quien hace 35 años vive en Estados Unidos, detalla la brillante gestión de colegas uruguayos

Washington | Daniel Herrera Lussich (Corresponsal permanente)

La insuficiencia cardiaca de un paciente se puede seguir y hasta hacer un electrocardiograma con una simple llamada de teléfono. Cuando llegué recién recibido a Estados Unidos las operaciones se prolongaban cuatro, seis horas, a pecho y corazón abierto y utilizando un respirador artificial para mantener vivo al paciente. Y no hace tantos años de esos cambios, los adelantos son asombrosos", el hombre de corta barba blanca, gesto simpático, alto, que habla de pie ante una larga serie de cuadros, testigos de graduaciones, premios, especializaciones en medicina, se niega a referirse a sí mismo con gesto radical: "hay muchos uruguayos por el entorno que han brillado y brillan por sus descubrimientos a favor de la ciencia o por sus destacadas carreras profesionales en este país, sobre ellos quiero charlar".

Eduardo Haim hace 35 años que ejerce en Estados Unidos, primero en Nueva York donde llegó con un contrato de trabajo para hacer un internado de residencia médica, se había recibido en 1969 en el Uruguay.

Es de la generación del actual presidente, Dr. Tabaré Vázquez, dieron exámenes juntos y fueron compañeros de clase, también con "Pepe" Solari, el ex ministro de Salud Pública, hoy consultor del Banco Interamericano de Desarrollo.

Una vez que Haim terminó el internado hizo dos años de cirugía general y tres de urología, especialidad a la que se dedicó durante diez años, hasta que en 1984 compró la Clínica de Medicina Ocupacional en Washington, fundada en 1940. Se casó con Graciela Hernández y tiene dos hijos, la menor de 25 años vive y trabaja en Nueva York y el mayor, Alberto, es agente de bienes raíces.

—¿Qué es la Clínica de Medicina Ocupacional?.

—Es una especie de Banco de Seguros. Nosotros recibimos a personas lesionadas, lastimadas, afectados en el trabajo, los tratamos en primera línea de atención, lo que se podría llamar la parte de urgencias, luego se derivan a los especialistas..

Pero la tarea del Dr. Haim no se limita a la Clínica, en plena calle K entre 20 y 21 de Washington, famosa por los edificios de ejecutivos, los conocidos "lobbistas" ante el Congreso y del gobierno, y casi al final del centro, los consultorios y laboratorios médicos de mayor renombre, no es fácil ser propietario o alquilar en esa zona.

También nuestro entrevistado cumple una mezcla de tarea médica y humanitaria. En la hora y media que estuvimos en su oficina escuchamos cómo daba instrucciones para tratar dos casos: uno en Miami sobre vías urinarias; otro, en Ecuador sobre un caso grave pulmonar.

—No crea que me introduzco en especialidades ajenas, que invado campos extraños, pero mucha gente me conoce después de tantos años por estos lados y también sabe de mi afición a internet. El caso de las vías urinarias no pasó de una consulta para que los dirigiera a un especialista, el otro sí, más complicado, un uruguayo justamente tenía un problema neumológico agudo, la pulmóloga que lo estaba tratando no sabía cómo manejar los aparatos ni el tratamiento.

—¿Y usted la aconsejó?

—¡No!, averigüé por internet cómo se ponía en funcionamiento el aparato, hablé con un especialista en EE.UU. y le trasmití de urgencia los datos a Ecuador. Todo salió bien. Sólo actué como simple intermediario, nada más, como deber.

El Dr. Haim también menciona que está muy orgulloso de haber sido uno de los fundadores de la Uruguayan American Foundation, la que el 18 de noviembre festejará los 15 años de su existencia con una fiesta en la embajada uruguaya.

Citando al contador Enrique Iglesias, que fue en parte el promotor de esta organización, dijo que "si bien no hacemos cosas grandes e importantes, estamos dedicados a hacer muchas cosas muy puntuales que importan a muchísimas organizaciones uruguayas que se dedican a a la salud y a la educación".

ELOGIADOS URUGUAYOS. El Dr. Haim quiere dirigir la conversación hacia grandes médicos uruguayos que conoce, que se han destacado y destacan en los Estados Unidos.

Las primeras palabras las dirige hacia la figura del Dr. Alejandro Zaffaroni, "una eminencia, ha logrado el premio Tech Awards por el Programa de Tecnología Apropiada a la Salud, de Seattle, por crear jeringas estériles prerrellenas y de un solo uso para vacunas en países en desarrollo". Y en 1995 le fue otorgada por el presidente Bill Clinton la "Medalla Nacional de Tecnología", la mayor distinción que puede recibirse en EE.UU. en el terreno de la innovación tecnológica.

El Dr. Zaffaroni nació en Montevideo en 1923, cursó estudios en la Facultad de Medicina y en 1945 tuvo, mediante una beca, la oportunidad de continuar los estudios en las Universidades de Rochester o Harvard. Se decidió por la primera pero especializándose en bioquímica. Rápidamente logró destaque, se vinculó además con la empresa Syntex, mexicana, país hacia donde dirigió después sus pasos, alcanzando la presidencia de la compañía, transformándola en una multinacional farmacéutica.

Siempre Zaffaroni tuvo la visión de crear la gran innovación científica y combinarla con la tarea empresarial, única forma de llevarla adelante.

Pero el facultativo uruguayo fue pionero en la búsqueda de esteroides, creó el sistema de cromatografía para detectar la sustancia, de la cual surgió nada menos que el uso de la cortisona y las pastillas anticonceptivas. Medicamentos revolucionarios, nacidos del trabajo de Zaffaroni, también parches contra el dolor, vasodilatadores, todo con una cantidad de procedimientos paliativos o curativos.

Pero la gran revolución creada por el médico nació con las medicinas aerosolizadas, especiales para tratamientos críticos, ya por ataques cardíacos o arritmias. Encontró el método de introducirlo por las vías respiratorias, idea que impulsó cuando observó que el cigarrillo en su proceso, en sólo 15 segundos hacía sentir los efectos de la nicotina en el cerebro. Surgieron de allí medicamentos no sólo broncodilatadores para el asma, las migrañas, también se le dan a pacientes que están inconscientes a través del tubo endotraqueal.

También, uno de sus últimos trabajos permite la búsqueda por un sistema especial, en 100 mil genes, de defectos genéticos en base a estudios comparativos y así detectar enfermedades sobre las cuales no se conoce el origen.

Otro médico uruguayo muy cotizado en Estados Unidos es el Dr. Pablo Renard, actual jefe de Servicio de Ginecología del Hospital Adventista de Silver Spring, su palabra es respetada en Washington como una de las más autorizadas en la especialidad. "Y no puedo dejar de mencionar al Dr. Walter Guarino, que tuvo un gran brillo en su profesión como siquiatra, hoy retirado. Tengo que agradecer la ayuda que me ofreció en mis principios en este país", puntualiza Haim.

GRANDES ADELANTOS. Recuerda Haim que en la década del 70 se empezaban a realizar los "bypass" coronarios a corazón abiertos y pulmones extracorpóreos, Para uno o dos "by pass" se demoraba cuatro o cinco horas, hoy se hacen cuatro o cinco en el mismo tiempo. En aquella época, lo menos, obligaba a un mes de internación en el hospital, hoy se puede hacer lo mismo, resolver un problema coronarial con una estadía de un día para otro.

Recuerda que hace unos meses a Bill Clinton le hicieron cuatro "by pass" y a los tres días estaba en su casa.

Hace 40 años se manejaba el marcapasos para las arritmias y la insuficiencia cardíaca. También existían medicamentos que eran difícil de aconsejar, los efectos secundarios eran a veces peores del mal que se quería tratar.

Hoy con la terapia de resincronización cardíaca, obliga a una operación larga, que instala un aparatito debajo de la piel , que no se nota, debajo de la clavícula, que se conecta por cables a las paredes del corazón, realmente revolucionaria. Combinada con nuevos medicamentos que han surgidos se puede decir que disminuyó la muerte en un 57% por paro cardíaco y 51% por insuficiencia cardiaca. Las baterías duran entre 4 y 6 años, los chequeos alertan sobre el agotamiento de las mismas, que obligan a un nuevo aparato, son sellados.

También "es fantástico", nos dice Haim con entusiasmo, que debido a los adelantos por ondas inalámbricas el paciente puede ser seguido a través de vías telefónicas normales. El aparato que se coloca en el paciente viene con un sistema de monitoreo, por el cual a través de la piel se capta con un "speaker font", que trasmite las ondas del funcionamiento y que además instalando brazaletes admite a su vez, desde un consultorio, al otro lado de la línea, realizar un electrocardiograma.

El Dr. Eduardo Haim iba a continuar con su charla sobre la medicina en Estados Unidos, unos golpes en la puerta del escritorio dados por la "nurse", alertaron que llegaba el fin de la entrevista, había a pocos pasos, varios pacientes esperando.

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