EL AVANCE DEL VIRUS
Para la Organización Mundial de la Salud, la pandemia del COVID-19 es “una gran ola, que sube y baja. Lo mejor es aplanarla”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describió ayer martes la pandemia de COVID-19 como “una gran ola” y advirtió contra la complacencia en el verano del hemisferio norte ya que este virus no comparte la tendencia de la gripe a seguir las estaciones.
“Estamos en la primera ola. Será una gran ola. Va a subir y bajar un poco. Lo mejor es aplanarla y convertirla en una ola que solo nos moje los pies”, dijo, dijo Margaret Harris, portavoz de la OMS.
“Las personas todavía están pensando en las estaciones. Lo que todos necesitamos entender es que esto es un virus nuevo y... se está comportando de manera diferente. (…) El verano es un problema. A este virus le gusta todo el clima”, explicó Harris durante una conferencia de prensa virtual en Ginebra.
Ya se trate de una primera ola o una gran ola, los rebrotes del COVID-19 hacen creer que estamos ante la tan temida segunda ola, que ha llevado a gobiernos de todo el mundo a restablecer cuarentenas, cierres de playas y hasta imponer la obligación de usar mascarilla incluso al aire libre.
Entre los países más afectados por esta supuesta segunda ola, está España, uno de los primeros y más golpeados por la pandemia en Europa.
Alemania, considerada inicialmente como un ejemplo de gestión ante el COVID-19, se alarmó y ayer martes desaconsejó los viajes no esenciales a tres regiones de España (Aragón, Cataluña y Navarra). Por su lado, Reino Unido defendió su decisión de imponer cuarentena a todos los viajeros procedentes de España. Esta decisión del gobierno de Boris Johnson tomó por sorpresa el domingo a miles británicos que estaban en España de vacaciones, donde son los principales turistas extranjeros (18 millones en 2019).
El gobierno español reaccionó ayer martes con indignación estas recomendaciones del Reino Unido y Alemania. “Es muy injusto porque no se basa en ningún criterio sanitario”, dijo a la radio Cadena SER Francina Armengol, presidenta de la región turística de Baleares.
Sus comentarios coincidieron con los del presidente español, Pedro Sánchez, quien el lunes apuntó que era un error que Reino Unido tomase como referencia la tasa general de casos de coronavirus en España en lugar de optar por un enfoque regional.
El turismo representa el 12,3% del PIB de España y el 12,7% de los puestos de trabajo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ayer martes informó que el país había perdido más de un millón de empleos entre abril y junio, lo que supone el mayor descenso trimestral de su historia.
Pese a la protesta española, el Reino Unido mantendrá la cuarentena anunciada el sábado y su decisión de extender a las Islas Canarias y Baleares su recomendación de no viajar a España.
El primer ministro Boris Johnson dijo ayer martes que Reino Unido tomará medidas para imponer cuarentenas a otros países en caso de que aumenten las infecciones por COVID-19.
“Me temo que si vemos señales de una segunda oleada en otros países, será nuestro trabajo, nuestro deber, actuar con rapidez y decisión para evitar que los viajeros que regresan de esos lugares propaguen la enfermedad en Reino Unido”, dijo a periodistas.
España ha registrado 278.782 casos de coronavirus y 28.434 muertes, pero la tasa de infección varía mucho de una región a otra, siendo Cataluña y Aragón las más afectadas por el aumento de nuevos casos en las últimas semanas.
La cuarentena británica sobre los viajeros procedentes de España podría costar al sector turístico español 10.000 millones de euros (11.730 millones de dólares) en ingresos perdidos, dijo a la cadena de televisión La Sexta Jorge Marichal, presidente de la asociación de turismo CEHAT.
“Escudo de Israel”, el nuevo plan contra el COVID-19
Israel presentó un nuevo plan para frenar la segunda ola de COVID-19, cuando algunos hospitales comienzan a estar saturados de pacientes. El nuevo coordinador nacional para la pandemia, Ronni Gamzu, presentó el plan denominado “Escudo de Israel”, que dará control al Ejército en tareas como el rastreo de las cadenas de infecciones. Se gestionará a través de un nuevo mando general encargado de ello.