LOS DESAFÍOS DE LA INTEGRACIÓN
El ex canciller uruguayo y ex senador del Partido Nacional indicó que en América Latina los “traumas políticos fragmentaron la región”.
El Mercosur atraviesa una “crisis de identidad” y la región corre el riesgo de volverse “irrelevante”, dijo a El País el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Sergio Abreu.
El ex canciller uruguayo y ex senador del Partido Nacional indicó que en América Latina los “traumas políticos fragmentaron la región”. A modo de ejemplo, recordó que cuando fracasó el proyecto del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas lanzado en Miami en 1994), Estados Unidos firmó tratados de libre comercio con Colombia, Perú, Ecuador y China, además de los que tiene con México y Canadá. Europa, en tanto, firmó acuerdos de TLC con México, Chile, Colombia y Ecuador.
“En resumen -dijo Abreu- los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico tienen vigentes zonas de libre comercio con Estados Unidos y Europa”.
“¿Y el Mercosur?”, se preguntó el secretario general de la Aladi. “No avanzó ni hacia una Unión Aduanera ni firmó ningún acuerdo estratégico externo que lo mantuviera en el escenario. Para ser objetivo diría que atraviesa una crisis de identidad”, explicó.
A esto, Abreu le sumó la corrupción, un fenómeno que “contaminó la región”, y la paralización de las reformas de la educación y del Estado, además de la falta de recursos para que las Fuerzas Armadas combatan al narcotráfico y al crimen organizado.
“La frontera entre seguridad y defensa no es una cuestión ideológica. Si el enemigo, ya sea el narcotráfico, el terrorismo o las pandillas dispone de modernos recursos logísticos y materiales, la única opción es enfrentarlo. En política, es necesario actuar sobre la situación”, planteó Abreu.
“En resumen, se perdió la solidaridad regional, los enemigos internos en cada país tienen alianzas externas y el principio de la no intervención se volvió una mascarada. Se corre el riesgo de que la región se vuelva irrelevante”, auguró.
Para Abreu, el problema de América Latina es su bajo nivel de comercio intrarregional: llegaba solo al 13% antes de la pandemia, comparado con casi 40% de Asia Pacífico y 65% de Europa. “Ahora, con los efectos de la crisis desatada por el COVID-19, descenderá más aún”.
Abreu plantea flexibilización de créditos por parte de bancos multilaterales de desarrollos, además de “apostar a un crecimiento con bajas emisiones de carbono, liberar el potencial de la economía digital, estimulación de inversiones y encarar políticos sociales que reduzcan la brecha en un continente que es el más desigual del planeta”.
“La inversión en innovación, educación y empleo dirigida a los más jóvenes será central para reducir la desigualdad. En el mercado laboral cerca de la mitad de las ocupaciones podrán ser automatizadas y las personas con menos calificaciones, especialmente los jóvenes, serán los más perjudicados”, explicó.
“La integración (...) depende de la voluntad política de los países. La ideología de un extremo al otro la ha desvirtuado. Se perdió la solidaridad hasta en la tragedia de la pandemia. Cada país busca por las suyas cómo hacerse de la vacuna”, opinó.
Este tema también fue abordado esta semana por referentes regionales.
En cuanto al rol de las potencias, Abreu dijo que Estados Unidos seguirá controlando el monopolio nuclear y el dólar como moneda del mundo. China, en tanto, “si bien se volvió capitalista, convive en un sistema político de partido único”.
“Esto es diferente a la Guerra Fría, porque hoy esas potencias, compiten por el mercado global”, indicó.
De todos modos, dijo, “China no va a cruzar ciertas líneas. En el nuevo escenario global se puede tener un buen vínculo con China, sin que esta impulse un enfrentamiento con Estados Unidos”.
La Unión Europea, por su lado, le plantea al próximo gobierno de Joe Biden un Acuerdo Transatlántico estratégico. “El Mercosur no es su prioridad y aprovecha para levantar la bandera ecológica condicionando el tratado a la política brasileña en la Amazonia”, concluyó Abreu.