MANIFESTACIONES Y CAOS
¿Qué pasa en Chile? El país trasandino se encuentra en estado de emergencia desde el sábado en la madrugada con toque de queda incluido. ¿Cómo se originó la crisis?
El gobierno chileno aumentó 3,75% (de 800 a 830 pesos o el equivalente a 1,7 dólares) el precio del metro, que diariamente es usado por casi 3 millones de personas. Esto generó la reacción de estudiantes liceales y universitarios que empezaron a protestar entrando masivamente al subte sin pagar y levantando las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresen de forma gratuita. El viernes, los disturbios aumentaron con el apoyo masivo de otros ciudadanos. Al intentar sacar a los manifestantes, se generaron enfrentamientos, incendios a estaciones de metro, saqueos a supermercados y destrozos al punto que se han vivido las jornadas más violentas en Chile en décadas distando de la imagen de país modelo en América del Sur.
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El sábado de madrugada el presidente Sebastián Piñera declaró estado de emergencia y por primera vez en democracialos militares salieron a la calle para garantizar el orden. Además la medida implicó una restricción en la libertad de movimiento y reunión por un plazo de 15 días. Pero eso incrementó las manifestaciones. Unos 9.500 militares y policías fueron desplegados en las calles. Hasta el momento se reportaron al menos 13 muertos, más de 239 heridos y unos 2.151 detenidos. También el cierre del metro (el presidente de Metro, Louis de Grange, estimó que el daño económico por los incendios y destrozos en 78 estaciones ascendería a 300 millones de dólares), saqueos en comercios, incendio de ómnibus y mobiliario urbano así como la sede de la empresa eléctrica Enel. Piñera dio marcha atrás el sábado en la noche a la suba del precio del metro con el argumento que había escuchado u201ccon humildad la voz de la genteu201d. Pero eso no frenó las protestas.
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El domingo las protestas se extendieron de Santiago de Chile a Valparaíso y Concepción donde amanecieron edificios públicos con destrozos además de paro en puertos y cortes de carretera. Esto llevó a extender el toque de queda a la región metropolitana de Santiago desde las 19 horas hasta las 6 de la mañana del lunes. Se suspendieron las clases y varios comercios resolvieron no abrir el lunes por seguridad de los empleados. "Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible", dijo Piñera en una conferencia.
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Estabilidad, crecimiento y disciplina fiscal eran cartas de un país ejemplar en el entorno convulso del Cono Sur, pero estas cuentas escondían una sociedad muy desigual, con una clase media en el filo y un sistema educativo que no permite el "ascensor social". "Desde afuera solo se veían los logros de Chile, pero dentro hay altos niveles de fragmentación, segregación y una juventud, que si bien no vivió la dictadura, que se restó de votar hace muchos años, pero que se hartó y salió a las calles a mostrar su rabia y decepción", explicó a la AFP Lucía Dammert, analista de la Universidad de Santiago de Chile. Así la suba del metro se dio en un contexto de profundo malestar social, especialmente de los sectores socioeconómicos más bajos, por la desigualdad y las sucesivas alzas en el costo de servicios de la salud y la electricidad y el agua. Según informó la BBC el salario mínimo en Chile es de 301.000 pesos (US$ 423), y según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, la mitad de los trabajadores recibe un sueldo igual o inferior a 400.000 pesos (US$ 562) al mes. Además, según la Universidad Diego Portales, Chile cuenta con el noveno transporte público más caro de un total de 56 países de todo el mundo y algunas familias tienen que pagar el 30% de su sueldo mensual para ir al trabajo, por lo que la suba del boleto era una mecha ardiente.
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Chile cuenta con una inflación de 2% anual, una pobreza por ingreso de 8,6% y un crecimiento esperado para este año de 2,5%, uno de los más altos en una región en crisis. Además tiene el ingreso per cápita más alto de América Latina (más de 20.000 dólares). Pero por otra parte cuenta con un criticado sistema de pensiones que jubila a la mayoría con rentas inferiores al salario mínimo, elevados costos en salud y educación y la constante presión del mercado inmobiliario que hace a muchos imposible acceder a una vivienda, lo que formaron un cóctel difícil de contener, según los analistas. A esto se suma el elevado endeudamiento de los hogares chilenos. Uno de cada tres mayores de 18 años tiene un saldo financiero que no puede enfrentar con sus recursos, según un estudio de la Universidad San Sebastián y Equifax. Ese endeudamiento afecta en especial a miles que en los últimos años salieron de la pobreza, pero que sufren el agobio de pertenecer a una clase media para la cual no hay muchos beneficios sociales.
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Sí. El año pasado miles de estudiantes marcharon por el centro de Santiago en una multitudinaria manifestación, por una educación pública, gratuita y de calidad. Las mismas precedieron a otras manifestaciones más importantes también por la educación. En 2006 se generó una manifestación masiva de estudiantes en Chile en demanda de una mejor educación que fue llamada la u201crevolución pingüinau201d. En 2011 volvieron a repetirse las manifestaciones por este tema en el primer gobierno de Piñera. En 2016, además, miles de chilenos realizaron manifestaciones para acabar con el sistema de pensiones legado por la dictadura de Augusto Pinochet.
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No está claro cuándo terminarán las protestas. Este lunes, por lo pronto, el metro de Santiago abrió parcialmente una de sus líneas. Varios soldados resguardaban los ingresos, según constató un periodista de la AFP. El gobierno chileno anunció que, además del metro, se dispondría de más de medio millar de autobuses públicos, municipales e interurbanos, que se complementarían con taxis privados para copar la demanda de transporte de los habitantes de la capital chilena. En tanto, las clases fueron suspendidas en 48 de las 52 comunas de Santiago y los hospitales se espera que funcionen con normalidad. En la nochetras un nuevo toque de queda, Piñera propuso un u201cacuerdo socialu201d para hacer frente a las demandas expresadas en las intensas manifestaciones que cumplieron cuatro días. "Mañana (martes 22 de octubre) me reuniré con presidentes de partidos, tanto de gobierno como de oposición, para poder explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social que nos permita a todos unidos acercarnos con rapidez, eficacia y también con responsabilidad hacia mejores soluciones a los problemas que aquejan a los chilenos", afirmó el mandatario en un mensaje público.
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