AFP, El Tiempo/GDA
Pese a lo traumático de su experiencia, los niños indígenas que se perdieron en la Amazonía colombiana mantuvieron la conciencia y recuerdan todo, dijo uno de los rescatistas que los hallaron después de 40 días en la selva. “Recibí a la niña (Lesly) en mis brazos, diciendo ella: ‘Tengo hambre’”, relató Nicolás Ordóñez Gomes, uno de los integrantes del equipo de búsqueda, durante entrevista televisada en vivo por la pública RTVC. “Fuimos a ver al niño y estaba acostadito. Se levantó y dijo él, muy consciente: ‘Mi mamá se murió’”, agregó Gomes.
“Ella (Lesly) lo único que me aclara es que la mamá estuvo cuatro días viva, entonces antes de morir la mamá les dice, tal vez, ‘váyanse que ustedes van a mirar quién es su papá, quien sí sabe qué es amor de papá como (yo) se los demostré a ustedes’”, expresó a la prensa su esposo y ahora viudo Manuel Miller Ranoque, en el Hospital Militar en Bogotá donde se recuperan los niños.
“Lo que admiramos de los cuatro menores, independiente de la niña que no habla (por Soleiny, que no habló durante el rescate), era que no habían perdido el conocimiento. Se recordaban de todo”, dijo Henry Guerrero, un miembro de las guardias indígenas que, junto a militares, los rescataron 39 días después de accidentarse la avioneta en la que viajaban junto a tres adultos -uno de ellos su mamá-.
Los hermanos Lesly (13 años), Soleiny (9), Tien Noriel (5) y Cristin (1), de la comunidad huitoto, lograron sobrevivir deambulando por la selva amazónica entre los departamentos sureños de Guaviare y Caquetá, en la que habitan jaguares, pumas y serpientes venenosas.
Guerrero, quien fue uno de los primeros en hacer contacto con los niños, señaló que los menores se ubicaban cerca de fuentes de agua. Además, Lesly le dijo que sí escuchaban un mensaje de su abuela en lengua huitoto, emitido por altoparlantes, en el que les pedían que dejaran de caminar.
“La mayorcita, ella decía que escuchaba todos los mensajes del helicóptero, que la andaban buscando (...) pero no sabían para dónde era” por la espesura de la vegetación. “Ellos, lo primero que nos dijeron, es que tenían hambre. Querían comer arroz con leche, querían comer pan, solamente era comer, comer”, indicó Guerrero en declaraciones a la prensa fuera del hospital.
Ya el domingo, en su tercer día hospitalizados, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, fue una de las primeras en visitarlos y relató el diálogo que mantuvo con ellos.
Según dijo, ya crearon cercanía con los cuidadores y las enfermeras que los están supervisando. Contó que Lesly les habló de Wilson, el canino -extraviado por el momento- que acompañó la búsqueda y que alcanzó a estar con los niños durante un tiempo. Incluso lo dibujó y se lo entregó al comandante de las Fuerzas Militares, General Helder Fernan Giraldo Bonilla, quien lo compartió al público.
Cáceres se refirió al resto de los hermanos. Tien, el pequeño de 4 años, le habría pedido a las enfermeras que le quiten las agujas y demás dispositivos médicos para salir a jugar. Soleiny estableció una amistad con sus doctores, recoge El Tiempo. Y Cristin, la bebé de un año, es monitoreada en cuidados intermedios, no por una situación grave sino por ser la más pequeña, dijo Cáceres al mismo medio.
“Lesly nos sonrió, nos dio abrazos, nos contó del perrito. Tien tiene muchas ganas de jugar, está aburrido de la cama, él quiere salir y caminar. Cristin es maravillosa, tiene un aretico que conservó y tiene una tranquilidad para trabajar con las enfermeras que ustedes no se imaginan. Soleiny habla un montón, nos contó un montón de cosas que pasaron”, contó la directora del ICBF.
Por otro lado, en diálogo con la radio local “W Radio”, Cáceres indicó hay un programa de turnos “para el ingreso de las familias de acuerdo al criterio médico (...) pero están todo el tiempo con una persona del ICBF”.
Indígenas y militares que encontraron a los menores cuentan que uno de ellos estaba “tan débil” que no podía caminar. Ahora se recuperan en el Hospital Militar de Bogotá y preguntan por Wilson, el perro rescatista que ahora está perdido. Este pastor belga fue clave para rastrear huellas. Lesly, la mayor, habló de él, dijo que los acompañó y lo dibujó.
Malestar de padre con Petro
Manuel Miller Ranoque, padre de los niños, lanzó ayer una serie de quejas y denuncias. Aseguró a la prensa que los niños habían subido a la avioneta para huir de las amenazas de reclutamiento de las disidencias, y que recibió amenazas del frente “Carolina Ramírez” de las Farc, por lo que pidió protección. Para ellos, yo soy un objetivo”, dijo en las afueras del Hospital Militar.
También se mostró molesto con el presidente colombiano Gustavo Petro. “El sábado, el presidente Petro quedó de hablar conmigo y me dejó esperando. No entiendo. Quiero que respete, la decisión la tomo yo como papá. No estoy muerto”, lanzó en referencia a la publicación de fotos de Petro con los menores en redes sociales.
Por otro lado, El Tiempo consultó a Ranoque por supuestas denuncias de maltrato en su contra, realizadas por familiares de su compañera y madre de los niños, Magdalena Mucutuy. Ranoque respondió que la familia Mucutuy quiere “quitarle” a los niños. “Puedo asegurarle que yo no tengo nada que ver con ningún maltrato familiar. Esas son patadas de ahogado porque quieren quitarme a mis hijos y apoderarse de ellos”, dijo, y aseguró que las denuncias de abuso no tienen validez. No obstante, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) adelanta una indagación por posible maltrato. Además, un defensor de familia de Procuraduría llamará a declarar a uno de los familiares de los niños para ampliar las denuncias. Aún no se sabe si se citará a la abuela materna o al abuelo.