ESTADOS UNIDOS
El exasesor electoral del presidente estadounidense está acusado de quedarse con fondos recaudados para el muro en la frontera con México.
Steve Bannon, detenido ayer jueves por fraude, fue el principal asesor en el despegue electoral Donald Trump. Imagen de la extrema derecha, Bannon es un provocador ideólogo que soñaba con dinamitar desde dentro las estructuras del poder estadounidense.
Ha sido imputado por un supuesto fraude en torno a la iniciativa “We Build the Wall” (Nosotros construimos el muro), que recaudó unos 25 millones de dólares, para el muro que Trump prometió en la fronteriza con México.
Aunque Bannon y otros tres acusados prometieron que usarían todo el dinero en el muro, se quedaron con cientos de miles de dólares cada uno para su uso personal. Los fiscales dijeron que Bannon recibió más de 1 millón de dólares de ese dinero a través de una organización sin fines de lucro.
“No sé nada sobre este proyecto”, dijo Trump poco después del anuncio del arresto de Bannon. “No he tenido contacto con él desde hace mucho tiempo”, agregó. “Creo que es algo muy triste para Bannon. Creo que es sorprendente”.
Astuto y discreto, Bannon (66) se convirtió en los primeros días del mandato de Trump en un blanco fácil para la oposición demócrata.
En la Casa Blanca se instaló en una pequeña oficina cerca del Despacho Oval, la despojó de muebles y colgó en una de sus paredes una pizarra blanca.
En ella anotó todas las promesas electorales de Trump, con la idea de ir tachándolas según las cumpliera.
Aunque no pudo tachar muchas por el poco tiempo que estuvo en la Casa Blanca, sí que tuvo el placer de dibujar una gran cruz sobre la palabra “París” cuando Trump anunció la retirada del acuerdo sobre cambio climático, una decisión que supuso, probablemente, su mayor triunfo.
La imagen maquiavélica que tanto repugnaba a los demócratas acabó desgastando poco a poco a Bannon, que en el programa Saturday Night Live aparecía parodiado como un ángel exterminador que ocupaba el escritorio del Despacho Oval y obligaba a Trump a sentarse en una mesa más pequeña, como de niño. En ese entonces, a Trump le irritó especialmente una portada de la revista Time, que tituló una entrevista con Bannon con la frase “El gran manipulador”, algo que le restaba independencia y, sobre todo, protagonismo a un presidente ávido de atención y elogios.
Además, en una Casa Blanca marcada por las luchas de poder, a Bannon le perjudicó el deterioro de su relación con el gran protegido de Trump, Jared Kushner, el asesor y yerno del presidente.
Bannon dejó la Casa Blanca en agosto del 2017, cuando el gobierno de Trump llevaba apenas ocho meses.
Nacido en 1953 en Norfolk (Virginia), en las inmediaciones de una base de la Marina, Bannon se alistó de joven y pasó cuatro años a bordo de un destructor, antes de obtener un puesto en el Pentágono.
Formado en las universidades de Georgetown y Harvard, Bannon trabajó en Goldman Sachs antes de crear su propia firma de inversiones, y a finales de los años de 1990 saltó a Hollywood, donde produjo varias películas y programas.
Tras dirigir varios documentales sobre el expresidente Ronald Reagan, el movimiento Tea Party y la republicana Sarah Palin, Bannon se hizo cargo en 2012 de la página de noticias de ultraderecha Breitbart News, que respaldó fervorosamente la campaña de Trump.