Redacción El País
El presidente Luis Arce aparentemente desactivó la rebelión militar del miércoles, pero está lejos de superar la crisis política en que está sumergida Bolivia. De hecho, el fallido intento de golpe de Estado no hizo más que agravar el enfrentamiento entre Arce y el expresidente Evo Morales, su exmentor político y cuya eventual candidatura en 2025 fue el detonante de la actual crisis.
El excomandante del Ejército y cabecilla de la revuelta del miércoles, el general Juan José Zúñiga, había amenazado con detener a Morales si éste insiste en buscar la presidencia en 2025. Zúñiga enfrenta ahora una pena de hasta 20 años de prisión por terrorismo y alzamiento armado.
El miércoles, en el momento de mayor tensión, una tanqueta intentó derribar una de las puertas del palacio presidencial frente a la plaza Murillo, donde Arce estaba reunido con su gabinete.
Arce encaró personalmente al general Zúñiga cuando éste ingresó caminando por esa misma puerta y le ordenó que volviera a los cuarteles, según un video difundido por la presidencia. Zúñiga se negó pero abandonó minutos después el palacio presidencial.
Las tropas de Zúñiga finalmente se replegaron después de más de tres horas, cuando Arce juramentó a una nueva cúpula militar.
Fortalecido por el apoyo de la comunidad internacional que condenó la revuelta militar, Arce, de 60 años, logró salir aparentemente airoso de la intentona golpista.
“Que no haya tenido éxito el golpe no significa que se haya arreglado la situación en Bolivia, al contrario: esto fue un síntoma de un descontento muy importante que existe entre sectores amplios”, dijo a la AFP Gustavo Flores-Macías, de la Universidad Cornell de Estados Unidos.
Con un largo historial de golpes militares, Bolivia atraviesa una crisis económica derivada de la caída de los ingresos por la baja producción de gas, su principal fuente de divisas hasta 2023.
Una crisis que estalla en medio de la feroz pugna entre Arce y Morales, quien impulsó reformas constitucionales para gobernar durante tres mandatos, entre 2006 y 2019, e intentó buscar un cuarto. Los dos se disputan ahora las banderas del Movimiento Al Socialismo (MAS) de cara a las presidenciales de 2025.
Pese a que fue inhabilitado por la Justicia para ser candidato, Morales no da su brazo a torcer y acusa a Arce de maniobrar para sacarlo de carrera.
El presidente parece “mejor posicionado” en esta crisis que Morales, señala a la AFP el académico y analista Carlos Cordero, de la privada Universidad Católica Boliviana. Se mostró como “un hombre que puede salir a la plaza a increpar a los militares y a restituir la paz social”, comentó.
Suspicacias
Poco antes de su detención, Zúñiga aseguró que el intento de golpe fue sugerido por el propio Arce “para levantar su popularidad”.
El gobierno rechazó esto. “Es absolutamente falso y son cosas que me resultan inconcebibles”, dijo la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Sin embargo, el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002) calificó la sublevación de “opereta”. Esto evidencia “el grado de descomposición institucional después de 18 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo”, añadió.
También el exmandatario Carlos Mesa (2003-2005) dijo en sus redes sociales que la movilización militar “se parece a un sainete”.
Por lo pronto “hay que evaluar muy bien qué tan generalizado es el descontento dentro de las Fuerzas Armadas (...) Pero de entrada, el gobierno de Arce está en un momento crítico de debilidad”, sostiene el profesor Flores-Macías.
Militares presos
Mientras los políticos debaten si fue golpe o autogolpe, 17 militares que presuntamente participaron en el “intento de golpe de Estado” contra Arce fueron arrestados ayer jueves.
“Se ha logrado la aprehensión de un total de 17 personas por haber intentado consumar un golpe de Estado” encabezado por Zúñiga, declaró el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una rueda de prensa en la que exhibió a los detenidos.
Del Castillo presentó un organigrama en el que se estableció la participación de varios militares que planificaron “desde el mes de mayo” la intervención en la plaza Murillo, en La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo. (Con información de AFP y EFE)
Refuerzos no llegaron a tiempo, dijo Zúñiga
La ministra de la Presidencia de Bolivia, María Nela Prada, dijo ayer jueves que el destituido general Juan José Zuñiga confesó que no pudo “consumar los objetivos del alzamiento” porque sus refuerzos “tardaron en llegar”. La ministra leyó ante medios de comunicación la entrevista que la Policía le realizó a Zuñiga tras su captura. Según Prada, al preguntarle a Zuñiga “”el motivo por el cual no se llegó a consumar los objetivos del alzamiento”, este admitió que “las unidades de Viacha tardaron en llegar” y que “también el personal de la Armada y de la Fuerza Aérea no pudieron llegar”. Durante su arresto, Zuñiga acusó al presidente Luis Arce de haber ordenado la acción militar como una estrategia para “levantar su popularidad”. Prada agregó en la conferencia que “todos los bolivianos estamos llamados a defender nuestra democracia, llamados a no utilizar políticamente lo que ha sucedido para ver cómo sacar rédito de esto” y pidió no usar el “intento de golpe de Estado” para fines personales.
“La democracia en el hemisferio sigue frágil”
Estados Unidos condenó ayer jueves “cualquier intento de subvertir el orden constitucional” en Bolivia y consideró que el levantamiento militar del miércoles muestran que la democracia sigue siendo “frágil” en el continente americano. Estas declaraciones las realizó el subsecretario de Estado de EE.UU. para Gestión y Recursos, Richard R. Verma, durante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Paraguay y representan la primera condena explícita de Washington a lo ocurrido en Bolivia. “Condenamos enérgicamente el despliegue ilegal de unidades del Ejército en Bolivia, así como cualquier intento de subvertir el orden constitucional”, afirmó Verma, quien forma parte de la delegación estadounidense en la Asamblea General de la OEA.
Verma se refirió a la importancia de la OEA como organismo y consideró que “los acontecimientos de las últimas 24 horas en Bolivia dejan claro que la democracia sigue siendo frágil en el hemisferio”. “Debemos trabajar juntos, en línea con la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, para proteger las instituciones democráticas de nuestros países”, añadió Verma, quien consideró que aunque los países de la región enfrentan “desafíos” también hay muchas razones para la “esperanza”. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue preguntada ayer jueves sobre la crisis en Bolivia. “Nos alegra que se haya restaurado la calma, y lo dejaré ahí”, respondió en declaraciones a periodistas que viajan a bordo del Air Force One.
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