CONFLICTO

La OTAN advirtió este fin de semana por la movilización del submarino nuclear ruso K-329 Belgorod, conocido como “el arma del Apocalipsis” por portar una ojiva nuclear con capacidad de viajar bajo el agua durante 10.000 km y provocar un tsunami radiactivo.

Según reportó el diario italiano La Repubblica, este submarino estaría sumergido en el Ártico, señalado por fuentes extraoficiales como parte del sabotaje a los gasoductos Nord Stream.

El medio italiano señala que Belgorod tiene "184 metros de eslora y 15 de manga y puede viajar a unos 60 kilómetros por hora bajo el agua". Se estima que es capaz de pasar hasta 120 días sin tener que regresar a la superficie.

El temor por parte de la OTAN es que esta misión del K-329 Belgorod sea una prueba del lanzamiento de Poseidón, un dron submarino a propulsión nuclear.

Poseidón puede desplazarse a más de un kilómetro de profundidad, y a una velocidad de 60 a 70 nudos, al tiempo que permanece invisible para los sistemas de detección, según una fuente del complejo militar-industrial ruso, citada por la agencia oficial TASS.

Según la explicación de expertos, si fuese lanzado este misil la ola destruiría ciudades como Nueva York o Los Ángeles. 

Este viernes Vladimir Putin prometió la “victoria” de su ejército en Ucrania, pero Joe Biden le advirtió que Estados Unidos y sus aliados “no se dejarán intimidar” y que están decididos a defender “cada centímetro” de los países miembros de la OTAN.

La primera reacción de Estados Unidos fue anunciar más sanciones contra Rusia. El G7 también sancionará a cualquier Estado que apoye la anexión de las regiones ucranianas.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió el ingreso urgente de su país a la OTAN. Zelenski afirmó además que Ucrania “no negociará” con Rusia mientras “Putin sea presidente”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también condenó la anexión, que tildó de “ilegal e ilegítima”.