ESTE MARTES
La Fiscalía imputa al músico y dos acompañantes agresión física en grado muy grave y pretende sustentar su acusación en imágenes captadas por cámaras de videovigilancia, informa la radio pública sueca.
La justicia sueca abrió este martes juicio contra el rapero estadounidense A$AP Rocky, en prisión preventiva por agresión física en una pelea callejera, un caso que ha adquirido dimensión internacional tras interceder por el acusado el presidente Donald Trump.
La Fiscalía imputa al músico y dos acompañantes agresión física en grado muy grave y pretende sustentar su acusación en imágenes captadas por cámaras de videovigilancia, informa la radio pública sueca.
En ellas se aprecia cómo el grupo agrede a golpes y patadas a su víctima, un hombre de 19 años, tendido en el suelo, que sufrió heridas y cortes.
Según la fiscalía, el rapero usó en el ataque una botella que llevaba bajo la camiseta.
La defensa sostiene, en cambio, que A$AP Rocky actuó en defensa propia, tras una provocación, y según ha afirmado al diario "Aftonbladet" tiene "un as en la mano" para demostrarlo.
La pelea se produjo el 30 de junio, tras una actuación en un festival de la capital sueca.
A$AP Rocky, cuyo nombre real es Rakim Mayers, se encuentra en prisión preventiva desde el 3 de julio.
Para el juicio, a cuya apertura asistió la madre del rapero, se han previsto tres sesiones y previsiblemente la sentencia se dictará el viernes.
El caso desató una ola de solidaridad en las redes sociales a favor del músico, con mensajes de apoyo de estrellas como Kim Kardashian y el cantante Justin Bieber, a lo que siguió la intervención de Trump ante el primer ministro sueco, Stefan Lövfen.
El ejecutivo sueco ha recordado repetidamente que en el país rige el precepto de la independencia judicial y que, por tanto, ni se puede ni se va a intervenir en un proceso.
Trump subió a continuación el tono, acusó a Löfven de inoperancia a través de su cuenta en Twitter, para añadir que Suecia "ha dejado en la estacada a la comunidad afroamericana.
A estas críticas siguieron nuevas declaraciones de un portavoz gubernamental insistiendo en la separación de poderes y en que en Suecia todo el mundo es igual ante la ley.