El gobierno sueco expresó su condena de las “provocaciones islamófobas”, tras la quema de un ejemplar del Corán por parte de un ultraderechista ante la embajada de Turquía y la protesta de Ankara contra esa acción. “Suecia es un país donde se respeta la libertad de expresión. Pero eso no implica que el gobierno sueco, o yo mismo, apoye las opiniones expresadas”, afirmó el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billström, a través de su cuenta en Twitter.

“Las provocaciones islamófobas son abominables”, empieza su mensaje sobre la acción llevada a cabo el pasado sábado en la capital sueca por un ultraderechista sueco-danés. El mensaje sigue a la condena del gobierno turco, que consideró la quema del Corán como un “crimen de odio” que muestra “el racismo” y “la islamofobia” en Europa.

Ankara había presionado anteriormente ante Suecia para que impidieran el acto, que fue autorizado ya que no viola las leyes de este país.

En las horas precedentes a la manifestación convocaron al embajador de Suecia en Ankara y cancelaron una visita del ministro de Defensa sueco en la que se iba a discutir el veto de Turquía a la entrada del país escandinavo a la OTAN.

En el acto, el ultra Rasmus Paludan defendió su derecho a la libertad de expresión, atacó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y la política migratoria sueca, además de exhibir un dibujo que ironizaba con la sexualidad del profeta Mahoma.

Paludan, un abogado danés que también tiene nacionalidad sueca, se convirtió hace unos años en un fenómeno en redes sociales en Dinamarca por sus polémicas quemas del Corán en barrios de inmigrantes, y su partido, Rumbo Firme, se quedó a décimas de entrar en el Parlamento en las legislativas de 2019.

El acto de Paludan coincidió con otro de una organización proturca, mientras medio centenar de personas, convocadas por grupos kurdos, se manifestaron en Estocolmo contra el ingreso en la OTAN de Suecia.

Ankara ya había convocado la semana pasada al embajador sueco después de que un grupo kurdo hiciera una ejecución simbólica en Estocolmo de un muñeco que representaba a Erdogan, calificada de “muy grave” por el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.

La Fiscalía sueca cerró el caso al considerar que los hechos no constituyen un delito.

La intervención militar rusa en Ucrania provocó en 2022 que Suecia, junto con la vecina Finlandia, acabaran con su no alineamiento militar y solicitaran el ingreso en la OTAN, que fue aprobado en la pasada cumbre de la Alianza, a finales de junio en Madrid.

Fuente: EFE