ANÁLISIS
Polémica sobre materias primas de procedencia rusa
Suizatiene una honorable tradición diplomática y humanitaria. Fue un banquero ginebrino, Henry Dunant, horrorizado por las consecuencias de la batalla de Solferino entre franceses y austríacos en 1859, quien tuvo la idea de fundar la Cruz Roja.
Sin embargo, no son pocos los que acusan a algunas empresas del país helvético de darle a veces prioridad absoluta a los negocios por sobre toda consideración ética.
Suiza es un país clave para el comercio mundial de materias primas, y la organización no gubernamental Public Eye denunció que en febrero y marzo grandes intermediarios helvéticos como la firma ginebrina Litasco (brazo de la empresa privada rusa Lukoil), Vitol y Trafigura compraron al menos 80 millones de barriles de petróleo al país que gobierna Vladimir Putin.
Las empresas dicen que simplemente están honrando contratos vigentes. De hecho, se calcula que el 60% del petróleo ruso se negocia a través de Suiza.
En un boletín publicado ayer jueves, Public Eye sostiene que “si este comercio no es por ahora ilegal, no por ello es menos ilegítimo y peligroso porque las ventas de petróleo y gas, que han permitido la modernización del ejército ruso, continuarán alimentando el tesoro de guerra de (Vladimir) Putin”.
Florence Schurch, vocera de la organización que reúne a los negociantes suizos de materias primas, se defendió en declaraciones a La Tribune de Geneve diciendo que los embarques a más tardar terminarán el próximo 15 de mayo.
Las empresas suizas de intermediación de cereales, por su parte, están teniendo que repensar su estrategia como consecuencia de la guerra que afecta a Rusia y Ucrania, actores fundamentales de ese mercado en épocas de paz.
Las empresas suizas Solaris, Aston Agro Industrial y LDC integraban hasta ahora la lista de los cinco principales comercializadores de trigo ruso.
Algunos temen que los intermediarios suizos pierdan posiciones frente a los de Singapur y Dubai, publicó el diario Le Temps.