LIMA | AFP Y EL PAÍS DE MADRID
La decisión del Congreso peruano de suspender dos decretos legislativos que impulsan las inversiones en la Amazonia no aplacó las protestas de organizaciones indígenas, que ayer participaron en un paro nacional apoyadas por sindicatos.
Los indígenas que bloquean una ruta de la Amazonia peruana desde hace casi 40 días exhiben en sus rostros y en su hablar las huellas del cansancio, a los que se suma la incertidumbre sobre cómo deben actuar tras la suspensión en el Congreso de decretos sobre los que ellos piden su derogatoria. Esta decisión del legislativo no frenó su protesta, así como tampoco lo hizo el anuncio de la creación de un grupo de trabajo para el desarrollo de los pueblos amazónicos -integrado por representantes del Ejecutivo, gobiernos regionales y representantes de los indígenas- ni los dichos del ministro de Ambiente, Antonio Brack, que confirmó que los pueblos nativos participarán en la revisión de las normas suspendidas.
El miércoles, el Congreso aplazó indefinidamente los decretos legislativos 1090 (ley forestal y de fauna silvestre) y 1064 (que aprueba el régimen jurídico de las tierras de uso agrario). Los indígenas insisten en que la única salida es la derogación de esos decretos que, aseguran, no les fueron consultados, como estipula el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, suscrito por Perú, y son inconstitucionales. En el Congreso cuentan con el apoyo del partido del nacionalista Ollanta Humala, cuyos representantes extendieron pancartas durante la votación, pasaron la noche en sus escaños e impidieron que se celebrase la sesión de ayer.
Aunque la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, declaró que tras la suspensión de los decretos no había motivos para continuar con las movilizaciones, los indígenas han decidido mantener los bloqueos en carreteras y ríos. Hasta ahora, la cifra oficial de muertos como consecuencia de las protestas en Bagua es de 34 (entre ellos, 24 policías), pero los nativos aseguran que tienen más caídos en sus filas. Ayer se realizaron manifestaciones de apoyo a sus demandas en varias ciudades. En Puno y Moyobamba hubo un paro de 24 horas, mientras que en la localidad selvática de Puerto Maldonado se prolongará por dos días, informó el jueves la radio RPP.
Segundo Pizango, representante de los nativos que bloquean la importante ruta que une las ciudades de Tarapoto y Yurimaguas, amenazó con tomar medidas más radicales. La policía y las fuerzas armadas han reforzado la vigilancia en instalaciones petroleras, puertos y edificios públicos. En Yurimaguas, al igual que en otras ciudades de la selva peruana, se suspendieron las clases.
El presidente, Alan García, volvió a defender la posición del gobierno. "Estoy convencido de que el 80% de los peruanos respaldan su legalidad y su destino de desarrollo, y no van a tomar el camino del retroceso ni la edad de piedra, eso puedo garantizárselo", declaró el presidente, que también negó que la policía haya abusado de la violencia contra los nativos. Sin embargo los sucesos de Bagua han generado un grave revés para el gobierno, con varios partidos opositores decididos a forzar la salida del primer ministro, Yehude Simon, y con él todo el gabinete. Humala, el más caracterizado opositor de García, pidió en un comunicado "la derogatoria inmediata de los decretos sobre la selva", "la renuncia de Yehude Simon para restablecer el diálogo con interlocutores válidos" y "el esclarecimiento de las denuncias sobre las muertes en Bagua".