El sobrevuelo del globo chino en Estados Unidos genera interrogantes sobre qué métodos utiliza el gigante asiático para recabar inteligencia de otros países.
El espionaje de Pekín constituye “la mayor amenaza a largo plazo para los datos y la propiedad intelectual de nuestra nación”, se alarmaba en 2020 el director del FBI, Christopher Wray.
Entre los principales agravios en materia de espionaje están los piratas informáticos. Según investigadores y responsables de inteligencia de Occidente, China se ha convertido en experta en piratear sistemas informáticos de países rivales para obtener secretos industriales y comerciales. EE. UU., sus aliados y la OTAN imputaron en 2021 al gobierno chino un ataque masivo al gigante informático Microsoft, por ejemplo.
Las advertencias se multiplican en EE. UU. contra la aplicación TikTok y el supuesto peligro sobre la seguridad nacional que representa su vínculo con China. Legisladores temen que la matriz de TikTok, ByteDance, pueda acceder a datos personales de usuarios transmitirlos a autoridades chinas.
Pekín también se apoya en el extranjero en ciudadanos chinos para espiar y robar tecnologías sensibles, afirma Washington. Un caso conocido es el del ingeniero chino Ji Chaoqun, llegado en 2013 a EE. UU. con un visado de estudiante y condenado el mes pasado a ocho años de cárcel. La justicia lo acusó de suministrar a los servicios de inteligencia chinos información sobre científicos estadounidenses.
Pekín corteja también a personalidades políticas y económicas de primer nivel. En 2020, Axios afirmó que una estudiante china había entablado vínculos con una serie de políticos por cuenta de los servicios de inteligencia de Pekín. La estudiante se habría ganado su confianza participando en eventos de recaudación de fondos para campañas electorales y cultivando su amistad, incluso con relaciones sexuales, indicó Axios.
En base a AFP