Agencia EFE
Cientos de rusos hacieron cola por tercer día consecutivo en el cementerio Borísovo del sudeste de Moscú para despedirse del líder opositor Alexéi Navalny, que fue enterrado el viernes tras morir repentinamente el 16 de febrero en una prisión ártica.
Aprovechando el sol que reinó el domingo sobre Moscú, cientos de moscovitas se acercaron a la necrópolis para rendir memoria al político, de cuya muerte muchos de sus partidarios responsabilizan al jefe del Kremlin, Vladímir Putin. La necrópolis elegida para dar cristiana sepultura a Navalny -un creyente ortodoxo confeso- atrajo ayer a mucha gente, incluidas familias con hijos pequeños.
“La cola no deja de aumentar según pasan los minutos”, comentó una simpatizante de Navalny en las redes sociales.
La tumba de Navalny está totalmente cubierta por flores que casi han alcanzado la altura de la cruz de madera que preside la sepultura. No obstante, la gente no sólo trae claveles y rosas, sino carteles, juguetes y otros objetos.
Los presentes destacan que tanto el sábado como ayer, domingo, el número de policías ha disminuido y que los agentes no han protagonizado ningún exceso ni practicado detenciones en Moscú.
El equipo de Navalny, cuyos integrantes están todos en el exilio, agradeció ayer en Telegram a sus simpatizantes las muestras cariño y afecto hacia su líder.
Los correligionarios del principal opositor del Kremlin han lanzado una investigación sobre las circunstancias de su muerte en la prisión “Lobo Polar” del distrito autónomo Yamalo-Nenets, en el círculo polar ártico.
El presidente ruso, Vladímir Putin, que se encuentra en plena campaña electoral, no ha hecho ningún comentario sobre el fallecimiento del enemigo número uno del Kremlin.
-
Riesgo "real" de una guerra nuclear de "consecuencias trágicas": la amenaza de Putin a las potencias occidentales
Funeral de Navalny ensombrece discurso de Putin: miles de personas despedirán al líder opositor
La región separatista moldava pro Rusia que pide "protección" a Putin y pone a Europa en alerta