Toledo sobrelleva impopularidad por economía y falta de oposición

| Los dos factores se conjugan para explicar la calma ciudadana hacia su ya desacreditado gobierno

IGNACIO ARANA | EL MERCURIO/GDA

Alejandro Toledo es el presidente más impopular de Latinoamérica (sólo el 8% de los peruanos aprueba su gestión) y es acusado de una serie de acciones ilícitas e inmorales, pero en su país existe consenso de que su mandato terminará en 2006 sin serias amenazas de destitución por vías legales o de fuerza.

El último escándalo lo desató una comisión del Congreso, que lo acusó de cometer dos delitos por la presunta reunión de firmas falsas para inscribir a su partido País Posible (hoy Perú Posible) en 1999.

Desde que llegó al poder en 2001, también se le ha reprochado que su familia ha estado envuelta en acciones corruptas (hay al menos 18 acusados), haberse subido el sueldo recién asumido en funciones, no cumplir sus promesas de campaña, desconocer a su hija ilegítima Zaraí (después la aceptó) y hacer rápidas promesas que después no puede cumplir.

Curiosamente, con una institucionalidad democrática desacreditada ante los ciudadanos —sólo el 8% aprueba el Congreso, 10% el Poder Judicial, y el sistema de partidos está deslegitimado—, no se han producido manifestaciones masivas para destituir al mandatario, como se produjo con presidentes electos en Argentina (Fernando de la Rúa), Bolivia (Gonzalo Sánchez de Lozada) y Ecuador (Lucio Gutiérrez). De hecho, Gutiérrez cayó hace un mes con un apoyo de 19%.

STATUS QUO. Varias razones favorecerían la continuidad del status quo. El analista Mirko Lauer comenta que los principales partidos políticos del Congreso coinciden en que Toledo termine el mandato en 2006. "Ha costado mucho regresar a un esquema institucional, y una vacancia (del Presidente) lo que haría es afectarlo". De hecho, eso abriría la puerta a cualquier sorpresa electoral y hasta golpista: "Desde el señor Antauro Humala (que lidera un movimiento indígena nacionalista) hasta (el ex Presidente Alberto) Fujimori", dice.

Respecto de la ausencia de manifestaciones para derrocar a Toledo, Alfredo Torres, director de la encuestadora Apoyo, Opinión y Mercado, considera que en parte se explica por el crecimiento económico sostenido de los últimos años, que ha comenzado a beneficiar la capacidad adquisitiva del peruano medio. Asimismo, el descrédito de la clase política en general habría difundido la idea de que no existen líderes que puedan reemplazar al actual mandatario. Los políticos más destacados son Fujimori (fugitivo de la justicia), el ex presidente Alan García (acusado de corrupción), y el alcalde de Lima, Luis Castañeda (muy popular, pero ya anunció que no irá a las presidenciales).

Recién electo empezaron las acusaciones contra Toledo, luego de que su gobierno fijara su sueldo en US$ 18.000. Tuvo que bajarlo a US$ 12.000. El caso de la joven Zaraí, de quince años, también lo puso contra las cuerdas. Tras una larga batalla judicial, Toledo la reconoció como su hija recién el año pasado, después de más de una década de negarla.

La tensión con Chile

LIMA

La siempre compleja relación entre Chile y Perú vive estos días su peor momento en tres décadas, con una arremetida de Lima contra Santiago por un caso de venta de armas a Ecuador en 1995, en un episodio que rebrotó un sentimiento antichileno.

La crisis se inició la semana pasada cuando Perú presentó una nota de protesta por el armamento chileno vendido a Ecuador cuando ese país estaba en guerra con el país incaico.

Pero el de las armas no es lo único que genera tensión: en Perú ha crecido la indignación por un video que fue presentado por la compañía chilena Lan y que muestra una imagen de Lima que es considerada denigrante, con pobreza y basura. La compañía promocionaba imágenes en sus paquetes de "turismo aventura".

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