O Globo/GDA
Los cuerpos de cinco esquiadores desaparecidos durante un viaje a los Alpes suizos han sido recuperados de la nieve y todavía se busca “desesperadamente” una sexta persona desaparecida. De los seis esquiadores, cinco eran de la misma familia y salieron de Zermatt el sábado por la mañana para llegar a la ciudad de Arolla, dijo la policía.
El grupo estaba en dificultades desde el sábado, cuando uno de los esquiadores logró contactar con el servicio de emergencia. A través de la llamada, los agentes pudieron localizar al grupo en el sector Col de Tête Blanche, aproximadamente a 3.500 metros sobre el nivel del mar.
"La imagen que encontramos era fea", dijo a la prensa suiza Njan Truffer, jefe de rescate de Air Zermatt, que dirigió la operación. El agente afirmó que los esquiadores incluso intentaron construir un refugio para sobrevivir, pero terminaron muriendo de frío.
"Vimos que los esquiadores intentaron construir una cueva y protegerse del viento. Los esquiadores murieron congelados en la altura, desorientados", dijo el agente, quien también agregó que los cuerpos fueron encontrados esparcidos por el lugar, lo que sugiere que habían entrado en pánico antes de perder el conocimiento.
Según el Daily Mail, los miembros del grupo tenían entre 21 y 58 años. Christian Varone, jefe de la policía cantonal de Valais, dijo a los periodistas que los rescatistas hicieron todo lo posible para intentar llegar a los esquiadores varados, pero se enfrentaron a condiciones espantosas.
"Estábamos intentando lo imposible", dijo, añadiendo que la misión había llevado sus esfuerzos "al límite extremo, extremo", pero se vio obligado a dar marcha atrás para evitar "poner en grave peligro las vidas de los rescatistas".
Se movilizaron unos 11 helicópteros para buscar al grupo y realizar el rescate, pero tuvieron que retirarse varias veces debido a las "terribles condiciones climáticas y los riesgos que implicaba". En los últimos días se han emitido varios avisos por aludes, viento, niebla y frío extremo en la región.
Este domingo, ciberexpertos y técnicos utilizaron todos los datos extraídos de celulares, redes sociales y GPS de los seis esquiadores. Los datos recopilados de las familias permitieron confirmar la probable ubicación de los escaladores en la montaña.