”Cuando hay inseguridad todo el resto tambalea”, reconoció el presidente chileno Gabriel Boric ayer miércoles durante un acto por el Día Internacional de la Mujer. Boric hizo un alto en el discurso al enterarse del asalto ocurrido en el aeropuerto de Santiago, que dejó un saldo de dos muertos: un funcionario de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y uno de los delincuentes que intentaban asaltar un avión con remesas.

Las unidades de seguridad del aeropuerto frustraron el millonario atraco tras un tiroteo en plena pista de aterrizaje.

“Quiero solidarizar y mandarle un abrazo grande a la familia del funcionario de la DGAC”, dijo Boric. “Sabemos que la inseguridad es prioritaria para las chilenas y los chilenos. Cuando hay inseguridad, todo el resto tambalea”, agregó.

Según medios locales, la banda involucrada en el atraco estaba integrada por al menos 12 delincuentes y su intención era asaltar un avión procedente de Miami (Estados Unidos) con remesas por valor de 26.000 millones de pesos chilenos, más de 32 millones de dólares.

En su huida, los delincuentes dejaron varios autos quemados en la carretera que une el aeropuerto con la ciudad de Santiago.

Según el director de la DGAC, el general Raúl Jorquera, el grupo de delincuentes, que estaba fuertemente armados y con entrenamiento profesional, “logró traspasar la primera línea, pero no la segunda” en el marco de un plan bien definido con el que pretendían apropiarse del botín millonario.

Los delincuentes penetraron el perímetro de las pistas tras chocar sus vehículos contra una de las rejas y maniataron al guardia de seguridad que se encontraba en el lugar, quien sin embargo logró zafarse para dar aviso al segundo control de acceso.

Este control enfrentó a los delincuentes que iban decididos y con poder de fuego para concretar el robo.

“Lograron traspasar la primera línea, pero no la segunda que es decisiva (…) Por ahí entraron, pero por ahí se alertó también”, afirmó Jorquera, quien negó que existan brechas de seguridad que hagan el aeropuerto inseguro, pero admitió que “hay que revisar los procedimientos, por supuesto que sí, y eso es una autocrítica”.

“Quiero que sepan que desde nuestro Gobierno vamos a perseguir de manera incansable, con justicia y con toda la fuerza del derecho, a la delincuencia y quienes ponen en riesgo la vida de nuestros compatriotas”, concluyó Boric durante el acto en la capital.

Chile atraviesa una seria crisis de inseguridad y la problemática se posiciona como la preocupación principal de los chilenos, según sondeos publicados en los dos últimos meses.

El último balance anual entregado por Carabineros este año reveló que en el ejercicio previo ocurrieron 459.783 delitos de mayor connotación social, superando con creces los registros de 2020 y 2021 (365.829 y 316.406, respectivamente).

En tanto, el último informe de Paz Ciudadana -una fundación dedicada a promover políticas de seguridad y justicia en Chile- reveló en su último informe que el temor a ser víctima de un hecho delictual en 2022 alcanzó un 28%, la mayor cifra en las más de dos décadas en que se ha realizado la medición.

Un informe publicado en el diario El Mercurio el 20 de febrero ilustra esas cifras de la siguiente forma: uno de los negocios que aflora en Chile hoy en día es el servicio de escoltas privados, es decir, los que hacen de acompañantes mientras el cliente realiza sus trámites.

Esto ya no es una exclusividad de celebridades o estrellas de fútbol, sino que empieza a expandirse entre la gente “común y corriente”, atemorizada por atracos callejeros. Gerentes de empresas de seguridad señalaron al medio que la demanda por sistemas de vigilancia electrónica y escolta de carga portuaria explotó en el último tiempo.

Además, la Cámara Nacional de Comercio chilena indicó que cada local tiene en promedio más de seis medidas de seguridad implementadas -rejas, cámaras, alarmas, etc.-.

La percepción de inseguridad tiene un impacto directo en la imagen de Boric, quien empezó el 2023 con una cifra de aprobación lapidaria: según la encuesta nacional de opinión pública del Centro de Estudios Públicos (CEP) -considerada como uno de los análisis más serios e influyentes de Chile-, la aprobación de Boric alcanzó solo un 24%.

Los resultados, publicados en los primeros días de enero, revelaron que la desaprobación aumentó 12 puntos, incrementándose desde un 49% a 61% respecto del sondeo anterior, realizado en mayo de 2022.

Con información de EFE y El Mercurio (GDA)