AFP
Dos aviones militares colombianos llegaron ayer martes a Bogotá con 201 migrantes deportados por Estados Unidos. La llegada de los colombianos es el último capítulo de una enconada disputa entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump.
El domingo el mandatario de Colombia rechazó el aterrizaje de vuelos militares estadounidenses con deportados y exigió a Trump condiciones “dignas” como no esposar a los repatriados, lo que desencadenó una efímera crisis diplomática con amenazas arancelarias. Tras horas de tensión, los países llegaron a un acuerdo y Petro envió el lunes dos aeronaves con destino a los estados de California y Texas.
“Son colombianos, son libres y dignos y están en su patria donde se les quiere. El migrante no es un delincuente, es un ser humano que quiere trabajar y progresar”, escribió Petro en la red social X al confirmar el regreso de sus connacionales.
Imágenes de la AFP en el aeropuerto El Dorado de Bogotá mostraron a los deportados -entre ellos 21 niños y dos mujeres embarazadas- saliendo del área internacional de la terminal portando mascarillas.
En el interior de los aviones no llevaban ningún tipo de grillete, según fotografías difundidas por el gobierno.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, aseguró que los retornados “no tienen ningún pendiente con la justicia, ni en Colombia ni en los Estados Unidos”. “No son criminales”, remarcó.
Trump había calificado de delincuentes a los migrantes el lunes, y aseguró que Estados Unidos “ha dejado claro a todos los países” que va a regresar a “los extranjeros ilegales”.
“Entiendo que entramos de manera ilegal a Estados Unidos. Pero el trato fue algo precario”, dijo en Bogotá a Caracol Radio Daniel, migrante que pagó más de 5.000 dólares a coyotes para llegar a territorio estadounidense.
El gobierno colombiano anunció un “plan de crédito accesible” para apoyar la reintegración de los migrantes, sin precisar montos. “Estructuramos plan de crédito productivo, asociativo y barato para el migrante”, dijo Petro en X.
Su administración no ha aclarado si llegarán más vuelos, qué autoridades los operarán y bajo qué acuerdos .
El incidente diplomático del fin de semana es el primer choque de Petro con Trump, quien asumió la presidencia el 20 de enero con promesas de mano dura contra la migración irregular.
El canciller Murillo confirmó que Washington reactivará “esta semana” la expedición de visados, suspendida en medio de la crisis, cuando Trump anunció también la imposición de aranceles. En represalia, Petro emitió sanciones similares contra Estados Unidos, el principal socio comercial de Colombia, cuyas fuerzas militares han cooperado desde hace décadas en la lucha contra las guerrillas y el narcotráfico.
Las amenazas de Trump de deportar a miles de personas lo enfrentan con los gobiernos de América Latina, de donde se estima provienen la mayoría de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, citó para el jueves a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para discutir las medidas migratorias de Washington. Petro anunció que Colombia participará y asumirá la presidencia “pro tempore” de ese bloque.