Alberto Fernández se dedicó ayer a apaciguar la tormentosa interna del gobierno tras la renuncia de su jefe de asesores, Antonio Aracre, y los falsos rumores de la salida de Sergio Massa del Palacio de la Hacienda. En las últimas horas de ayer, en Casa Rosada hacían esfuerzos por cerrar filas detrás del ministro de Economía y rechazaban el rumor de que el presidente argentino hubiera alimentado la versión de su renuncia.
“Alberto jamás podría filtrar algo así, sería como cortar la rama del árbol en la que está parado”, apuntaron a La Nación cerca del jefe de Estado.
La esposa de Massa, Malena Galmarini, también fue contundente al hacerse eco de un posteo del economista Alejandro Kowalczuk. “Massa se queda hasta el final, porque el final es cuando se vaya Massa”, retuiteó ayer la presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos.
De esta forma, Galmarini envió un fuerte mensaje a quienes ponen en duda la gestión de su esposo, cuestionada en los últimos días en función de los altos índices de inflación.
Por si quedara alguna duda, el jefe de gabinete, Agustín Rossi, reivindicó al ministro de Economía al referirse a la renuncia de Aracre. “En este Gobierno el que opina de economía es el ministro de Economía y el Presidente”, sentenció ayer durante una entrevista en radio Nacional.
También reconoció las dificultades económicas y culpó a la oposición por haber “generado” la inflación y estar “presionando” para una devaluación. “No pudimos con la inflación. Tenemos que pedirle disculpas a la señora que va con el changuito al supermercado”, reconoció el jefe de gabinete.
En tanto, fuentes del ministerio de Economía remarcaron la importancia de la figura de Massa para mantener la estabilidad y descartaron haber pedido otra renuncia para que el abogado siguiera en el cargo.
De esta forma, aludieron al episodio Aracre, quien según los rumores trascendidos el martes, se perfilaba como el reemplazante del ministro.
El propio Aracre dio su versión en la mañana de ayer y negó haber instalado esos rumores. “Hubo almuerzo con el presidente, charlamos sobre la necesidad de hacer algunos cambios y coordinar mejor entre Economía y el Central. Eso fue todo el contenido del encuentro. El 90% es mentira”, afirmó el ya exasesor a radio La Patriada.
Desde el massismo, en tanto, festejaron su salida y lo acusaron fuera de micrófono de armar “operaciones berretas” para desgastar la figura del ministro de Economía.
Importarán billetes de Malta, París y Brasil
La Casa de la Moneda Argentina (CMA), importará billetes desde París y Malta, que usan proveedores subcontratados en España y China, y desde Brasil.
La empresa, que depende del Ministerio de Economía argentino, importará billetes de 1.000 pesos argentinos, los de ma- yor denominación, debido a que su planta de impresión no puede cubrir la demanda a causa de una inflación del 104,3% anual. La CMA abrió para el 2 de mayo próximo una licitación de has-ta ocho vuelos desde Malta y seis desde París, y otro envío de Río de Janeiro el 3 de mayo por traslado marítimo. La CMA tiene un contrato de impresión con la Casa de la Moneda de Brasil, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y con China Banknote Printing and Minting Corporation. La CMA tiene prohibido revelar valores y volúmenes productivos por cuestiones de confidencialidad, pero se sabe que debe recurrir a la importación de billetes debido a la falta de papel moneda.
El dólar
El episodio Aracre ocurrió en una jornada signada por la cotización del dólar, que se disparó el martes y llegó a alcanzar los $ 421.
En el Gobierno no creen que la suba del dólar libre -que ayer miércoles siguió en ascenso hasta tocar los $ 423- se deba únicamente al “affaire Aracre”. No obstante, ven con preocupación cómo cualquier mínimo ruido político en la administración nacional impacta rápido en los mercados.
“Todo suma. Siempre en contra”, reconoció a La Nación un funcionario de trato cotidiano con Fernández.
Según consigna el mismo medio, hoy en día el Gobierno tiene depositada en el ministro de Economía su principal esperanza para llegar saludable a las elecciones.
Se espera que Massa pueda, en la recalibración del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lograr que el organismo adelante desembolsos a junio para paliar la escasez de dólares.
En su último viaje a Washington, Massa obtuvo el apoyo del gobierno de Joe Biden en la nueva negociación con el FMI para armar un “puente” que le permita al Gobierno llegar hasta el 10 de diciembre.
El asesor especial de la Casa Blanca para América Latina, Juan González, dijo el martes en una entrevista a la agencia EFE que su país está dispuesto a “jugar un papel constructivo” para “ayudar a la Argentina”.
No obstante, todavía es una incógnita si el FMI adelantará una parte de los desembolsos antes de los comicios para aliviar la escasez de dólares.
Con todo, mañana viernes habrá una reunión en la sede del Partido Justicialista (PJ) en la que Fernández se sentará con representantes del kirchnerismo.
La intención es plantear solo la “orden del día” que implica dos puntos: la fijación de la fecha para el Congreso del PJ (que es el ámbito en el que debe ratificar la unidad el Frente de Todos) y la designación de los responsables económicos para el financiamiento de la campaña.
Los organizadores del encuentro de esta semana creen que solo habrá formalidades en la reunión. Pero si Fernández, presidente del PJ, habilita la discusión a los presentes, podría desatarse el debate político en torno de la estrategia electoral.
CGT obrera alerta “descomposición social”
Después de siete meses y en el medio del aceleramiento de la crisis económica, la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina romperá hoy jueves su letargo y reunirá a su consejo directivo a pleno para reclamarles al Gobierno y la oposición la convocatoria a “un gran consenso político, económico y social” antes de las elecciones. La central obrera peronista advirtió que está “en riesgo la cohesión social” y dijo que en el país hay “un escenario de inestabilidad”.
“El país está cerca del abismo y estamos ante un gobierno débil”, alertó uno de los jerarcas de la CGT que prepara un documento con reclamos a la clase dirigente. En el borrador, al que La Nación tuvo acceso, los sindicatos aliados al Gobierno advierten sobre una escalada inflacionaria que “pulveriza el poder adquisitivo de los salarios” y denuncian que son inaceptables los índices de pobreza (40%) y de informalidad laboral (43,3%, récord histórico).
“Los índices de inflación y pobreza deben encabezar las prioridades para la adopción de medidas y acciones urgentes. Toda la dirigencia en general debe tomar conciencia de que ya no hay más margen de deterioro económico sin riesgo de descomposición social. Ante este escenario la CGT insta a la convocatoria de un gran consenso político, económico y social que permita alcanzar acuerdos básicos para el diseño de un programa de mediano y largo plazo, promoviendo el desarrollo, la producción y el trabajo como instrumentos necesarios y urgentes para superar la crisis y trazar un horizonte de crecimiento con justicia social”, dice uno de los fragmentos del borrador de la central sindical.
Con información de La Nación (GDA)