AFP, EFE
Julian Assange podría saber hoy miércoles si finalmente será extraditado a Estados Unidos. Ayer en el Tribunal Superior de Londres se desarrolló la primera de las dos audiencias para definir su caso. Los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson escucharon los argumentos de la defensa y hoy le toca el turno a la Fiscalía británica -en representación de la Justicia estadounidense-, tras lo cual emitirán un dictamen de inmediato o en otra fecha.
En las puertas del tribunal, varios centenares de personas de distintas nacionalidades reclamaron la libertad de Assange.
Entre el color predominante blanco sobre negro de los carteles donde se podía leer “Free Julian Assange” (“Liberad a Julian Assange”) ayer resaltaban las máscaras de Guy Fawkes (símbolo de las protestas antisistema) y el color naranja de los monos de prisionero que vestían algunos de los asistentes.
La esposa de Assange, Stella, aseguró que este juicio es “un ataque a la verdad y al derecho de la ciudadanía”, en un discurso ante el edificio judicial.
“Julian es un preso político y su vida está en peligro”, dijo Stella, a la vez que expuso que, en el caso de ser extraditado, podría ocurrirle lo mismo que a Alexei Navalny, el líder opositor ruso fallecido el viernes en una cárcel de Siberia
En declaraciones realizadas el lunes a la cadena británica BBC, Stella Assange había dicho que si su marido pierde esta vista “ya no tendrá ninguna posibilidad de apelación” en el Reino Unido.
A Assange le quedaría, sin embargo, un último recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Si Assange sale airoso hoy miércoles, debería hacer frente a otra audiencia en el Reino Unido, en una fecha por determinar, que tendría que confirmar que no es extraditado.
Assange se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh desde que fue detenido a petición de Estados Unidos tras su expulsión el 11 de abril de 2019 de la embajada de Ecuador en Londres.
Estados Unidos reclama al australiano por espionaje debido a las revelaciones publicadas en 2010 y 2011 a través de su portal WikiLeaks, donde se exhibió información clasificada que revelaba violaciones de los derechos humanos por parte de soldados estadounidenses en las guerras de Irak y Afganistán.
Si el tribunal no le autoriza a recurrir la orden de extradición tomada el 6 de junio de 2023 por el magistrado Jonathan Swift, se activaría el mecanismo de entrega de Assange a Estados Unidos.
Edward Fitzgerald, abogado de Assange, habló también de “motivaciones políticas” en la demanda de extradición.
“Mi cliente está siendo procesado por realizar una práctica periodística ordinaria de obtener y publicar información clasificada, una información verdadera y de interés público evidente e importante”, afirmó Fitzgerald, ante el Tribunal Superior de Justicia de Londres.
Fitzgerald señaló que el descubrimiento de una trama de la CIA para secuestrar o matar a su cliente cuando estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres (entre 2012 y 2019) demuestra la motivación política del caso y pidió que esto se admita como prueba.
El abogado también adujo que se trata de “la primera vez en la historia de Estados Unidos que un editor es procesado por obtener o publicar (en lugar de filtrar) secretos de Estado”, lo que alegó que tendrá graves consecuencias para la actividad periodística.
Otro de sus abogados, Mark Summers, habló de un plan estadounidense, según un artículo de Yahoo News de 2021, de matar o secuestrar a Assange en 2017.
El abogado del gobierno de Estados Unidos defenderá hoy miércoles los motivos de la demanda de extradición, pero en sus conclusiones escritas, James Lewis acusa a Assange de “atentar contra los intereses estratégicos y de seguridad nacional” y de “poner en peligro la vida de individuos”.
Durante las jornadas previas al juicio, su esposa había alertado sobre el frágil estado de salud del australiano de 52 años.
“Su salud está empeorando, física y mentalmente. Su vida corre peligro cada día que permanece en prisión y si es extraditado morirá”, afirmó el pasado jueves.
Assange es reclamado en Estados Unidos por haber publicado desde 2010 más de 700.000 documentos confidenciales sobre las actividades militares y diplomáticas del país norteamericano, en particular en Irak y Afganistán.
En caso de extradición, podría ser condenado a una pena de hasta 175 años de prisión en Estados Unidos.
El fundador de WikiLeaks fue detenido por la policía británica en 2019, tras siete años confinado en la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió para evitar ser extraditado por acusaciones de agresión sexual a Suecia, unos cargos que después fueron retirados.
En enero de 2021, un tribunal británico rechazó en un primer momento la demanda de extradición de Estados Unidos.
La apelación norteamericana hizo que, en diciembre de 2021, la justicia británica anulara la primera decisión y abriera la vía a su extradición.
La apelación de Assange no dio sus frutos y en abril de 2022 un tribunal británico autorizó la extradición, que fue aceptada dos meses después por el gobierno británico.
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“Persecución por motivos políticos”, dice la esposa
La esposa de Julian Assange, Stella, aseguró ayer martes en Londres que el juicio contra su marido se basa en “una persecución por motivos políticos”. Rodeada de manifestantes, en la puerta del Tribunal Superior de Justicia de Londres, la pareja del australiano subrayó que el resultado de este caso determinará lo que ocurre “cuando alguien expone los crímenes de un Estado”.