ESTADOS UNIDOS
El presidente suspendió la reunión a última hora por el atentado del jueves en Kabúl, capital de Afganistán, en el que murieron doce personas, entre ellas un soldado estadounidense.
Donald Trump sorprendió al revelar que estuvo a punto de mantener ayer domingo una reunión secreta con los líderes talibanes en Camp David, escenario de varios hitos de la diplomacia estadounidense. El presidente suspendió la reunión a última hora por el atentado del jueves en Kabúl, capital de Afganistán, en el que murieron doce personas, entre ellas un soldado estadounidense.
Según Trump, a esa reunión secreta en Camp David iban a asistir los “principales dirigentes talibanes”, y su contraparte afgana, Ashraf Ghani. A tres días de la conmemoración de los ataques del 11 de septiembre de 2001, que desencadenó la intervención en Afganistán, la reunión habría sido tan histórica como controvertida.
“Camp David es donde las autoridades estadounidenses se reunieron para decidir nuestra respuesta después de que Al Qaeda, con el apoyo de los talibanes, mató a 3.000 estadounidenses el 11 de septiembre. Ningún miembro de los talibanes debería pisar ese lugar. Nunca”, reaccionó en Twitter la congresista republicana Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney (2001-2009).
El lugar está cargado de símbolos. Fue en esta residencia de descanso presidencial en Maryland, a las afueras de Washington, que Jimmy Carter selló la paz entre Israel y Egipto en 1978. Fue ahí también donde Bill Clinton intentó en vano obtener un acuerdo israelí-palestino en julio de 2000. Por lo que invitar a los talibanes es casi un sacrilegio.
“Los talibanes han hecho muy pocas concesiones”, dijo a la AFP Aaron David Miller, del grupo de expertos Wilson Center. Por lo tanto, tal reunión “no debería tener lugar en Washington, y mucho menos en Camp David y, especialmente, no al nivel del presidente de Estados Unidos”, opinó este exdiplomático.
Según Miller, la iniciativa es una nueva manifestación de “la necesidad del presidente de estar siempre en el centro de atención”, lo que lo lleva a multiplicar las “cumbres de vanidades”, sin condiciones previas y sin resultados.
Trump sorprendió al mundo en 2018 al aceptar reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un. Y al mismo tiempo que endurece las sanciones contra Irán, llama a una cumbre con su homólogo iraní Hasan Rohani. “Para negociar la paz, a menudo tenemos que lidiar con personajes bastante malvados”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Pero no es la voluntad de diálogo lo que critican sus detractores, sino la falta de estrategia y, en última instancia, de resultados. El episodio afgano “demuestra una vez más que Trump se jacta de ser impredecible”, pero “este enfoque socava el trabajo de aquellos que están tratando de sentar las bases para llegar a un acuerdo con Afganistán, Corea del Norte o Irán “, dijo Brian Katulis, experto del Center for American Progress. Por eso, dijo a la AFP, “es difícil encontrar un solo éxito diplomático o comercial importante para Trump y su método”.
“La máxima presión” ejercida sobre Irán solo ha causado por el momento una escalada de la confrontación. La campaña relámpago para expulsar a Nicolás Maduro del poder en Venezuela se ha estancado. Y a pesar de que el acercamiento con su ahora ‘amigo’ Kim Jong-un ha disminuido la tensión, no ha permitido el más mínimo avance en la desnuclearización.
Ayer, en declaraciones a la cadena CNN, Pompeo defendió la decisión de Trumpo de suspender la reunión con los talibanes. “La cuestión es que cuando los talibanes trataron de ganar ventaja en la negociación realizando ataques terroristas dentro del país, el presidente Trump tomó la decisión adecuada. No tenía sentido recompensarlos por este tipo de mal comportamiento”, dijo.
No obstante, el jefe de la diplomacia estadounidense aseguró que Washington sigue abierto a alcanzar un acuerdo de paz con “condiciones” tras el atentado mortal de Kabul del jueves. Entre los temas que los talibanes habían aceptado, indicó Pompeo, se encontraban sentarse a negociar con el gobierno de Afganistán, alcanzar una “cierta reducción en los niveles de violencia” y romper con Al Qaeda. “Si no se cumplen esas condiciones no vamos a entrar en ningún acuerdo”, remarcó Pompeo.
Desde Doha, el portavoz de la oficina política de los talibanes, Suhail Shaheen, calificó de “sorprendente” el anuncio “repentino” de Trump y agregó que siembra dudas sobre la “credibilidad” del presidente. “Hace unos días finiquitamos un acuerdo con la parte estadounidense, su contenido fue subrayado por los dos equipos y fue entregado al lado catarí. Todos estaban satisfechos, se acordó que sería anunciado por el gobierno de Catar”, afirmó Shaheen en su cuenta de Twitter.
Estados Unidos y los talibanes mantuvieron nueve rondas de negociación en Catar y recientemente se hizo público un borrador de acuerdo que preveía la retirada en 135 días de 5.000 soldados estadounidenses desplegados en Afganistán.
Esta retirada parcial dejaría el contingente estadounidense en Afganistán en un nivel muy similar al que tenía cuando el presidente llegó al poder en 2017, cuando había unos 8.400 soldados en el país.
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Estados Unidos mantiene un contingente en el marco de la nueva misión aliada de asesoramiento a las tropas afganas y otro en tareas “antiterroristas”.
La guerra de Afganistán es el conflicto más largo en el que ha estado inmerso Estados Unidos, donde lleva presente desde hace más de 18 años y más de 2.300 estadounidenses han perdido la vida.
El emir de Kuwait internado en EE.UU.
El emir de Kuwait, jeque Sabah al Ahmad al Sabah, de 90 años, fue ingresado para “análisis médicos” en un hospital de Estados Unidos, lo que provocó el aplazamiento de un encuentro con el presidente Donald Trump, indicó ayer domingo la agencia oficial Kuna. El emir viajó el lunes 2 a Estados Unidos y su encuentro con Trump estaba previsto inicialmente el 12 de septiembre.
“Su ingreso provocó el aplazamiento de su cita con Trump a una fecha que será anunciada posteriormente”, informó la agencia kuwaití. Indicó solo que el emir había sido ingresado para realizar “análisis médicos”, sin dar más detalles. La última aparición pública del emir fue a principios de agosto, cuando participó en la oración por el Aid al Adha, la gran fiesta musulmana.