CONFLICTO
Tensión: Washington y Teherán intercambian amenazas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Irán en un tuit publicado ayer, aumentando así la preocupación por un posible conflicto entre ambos países en un momento en que sigue escalando la tensión entre Washington y Teherán.
"Si Irán quiere pelear, ese será el fin oficial de Irán. ¡Nunca amenaces a Estados Unidos de nuevo!", publicó el gobernante en su cuenta de Twitter, en medio de la creciente tensión entre los dos países.
Trump se pronunció horas después de que el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salamí, afirmara ayer que Irán no teme una guerra, pero Estados Unidos sí.
"Nosotros no buscamos la guerra, pero tampoco la tememos. Esta es la diferencia con ellos (los estadounidenses), que tienen miedo de la guerra y no tienen voluntad para ella", subrayó en un discurso durante una ceremonia militar difundida por la televisión estatal.
Salamí advirtió de que Oriente Medio puede convertirse en "un polvorín" para Washington.
Estados Unidos ha decidido desplegar en el golfo Pérsico el buque de asalto anfibio USS Arlington, misiles Patriot, el portaaviones USS Abraham Lincoln y bombarderos, tras denunciar que había detectado "indicios" de planes ofensivos iraníes contra sus fuerzas en Oriente Medio.
Sin embargo, por el momento, ni la cartera de Defensa ni el Departamento de Estado han divulgado pruebas ni han informado a los medios de comunicación, lo que ha generado escepticismo tanto entre la oposición como entre algunos de sus principales aliados.
El viernes, Trump criticó a los medios de comunicación "falaces" por realizar una cobertura "inexacta" de la tensión con Irán, pero celebró que este tipo de información incorrecta mantenga a Teherán sin saber "qué pensar".
"Los medios falaces están perjudicando a nuestro país con su fraudulenta y altamente inexacta cobertura de Irán. Supone una distracción, apenas fundamentada en fuentes (inventadas) y resulta un PELIGRO", escribió, con las mayúsculas incluidas, el mandatario en Twitter.
Trump salió además al paso de versiones sobre su supuesto "enfadado" con su equipo por la respuesta estadounidense a las tensiones con Irán, y defendió la gestión de su asesor de seguridad nacional John Bolton y su secretario de Estado, Mike Pompeo.
Sin avances
La tensión aumentó la última semana tras el sabotaje a cuatro petroleros en un puerto emiratí y los ataques con drones a un oleoducto saudí, del que Riad acusó a Irán de haber ordenado esta acción a los rebeldes hutíes del Yemen.
El diario The Washington Post informó esta semana de que Trump está frustrado con algunos de sus asesores porque cree que Estados Unidos se está precipitando hacia una postura demasiado beligerante. The New York Times aseguró que el mandatario había comunicado al jefe del Pentágono, Patrick Shanahan, que no quería una guerra con Irán.
Sobre el despliegue en la zona de portaaviones estadounidenses en la zona, el funcionario iraní Salamí destacó el temor de Washington y sus aliados a "los ataques de grupos de resistencia" y al creciente número de jóvenes musulmanes que "anhelan una batalla contra Estados Unidos e Israel".
"La filosofía de los estadounidenses es saquear naciones y allanar el camino para la esclavitud moderna y el dominio unilateral, y esa filosofía política genera guerra, no poder", sentenció.
Pese a toda esta retórica, la mayoría de las autoridades iraníes han descartado una guerra con Estados Unidos, desde el líder supremo, Ali Jameneí, como el ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.
Jameneí afirmó que el enfrentamiento no es militar sino "un choque de voluntades: Ni nosotros ni ellos estamos buscando una guerra", aseveró.
Teherán se niega a renegociar el pacto nuclear, como quiere la Casa Blanca, y la situación está llegando al límite de la diplomacia.
Pero a 18 meses de las elecciones presidenciales en EE UU, Trump pretende evitar un conflicto bélico con Irán que le distraiga de su mensaje de “América primero”. Así que la Casa Blanca trata de echar el freno. Según oficiales anónimos citados por The Washington Post, el Gobierno estadounidense contempla un plazo de seis meses para que las sanciones obliguen al régimen iraní a buscar un acuerdo o enfrentarse a una revuelta en las calles. El presidente aseguró el miércoles por Twitter que confía en que “Irán va a querer hablar pronto”.
De momento, no hay señales de que Teherán busque volver a negociar. Los dirigentes parecen interpretar que Estados Unidos ya ha jugado todas sus cartas y que ahora es su turno de presionar con la reanudación escalonada de las actividades nucleares.
Ambas partes han llegado tan lejos en su escalada verbal y de gestos que cuesta ver cómo van a salir de la situación.