Trump ratifica su receta: los profesores deben ir armados

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Donald Trump por Arotxa.

VIOLENCIA EN ESTADOS UNIDOS

Mantiene la polémica: “docentes y funcionarios protegerán a los alumnos”.

La receta del presidente Donald Trump es clara: tener más armas es lo que evitaría matanzas como la de la semana pasada en una institución de secundaria de Florida.

El mandatario defendió de nuevo ayer sábado que los profesores deben ir armados en los centro de enseñanza para proteger a los alumnos.

"Los educadores armados (y las personas de confianza que trabajan en una escuela) aman a nuestros alumnos y los protegerán. Gente muy inteligente", dijo el mandatario a través de su cuenta de Twitter.

"Deben ser expertos en armas de fuego y tener entrenamiento anual. Deben obtener una bonificación anual. Los tiroteos no volverán a suceder, un elemento de disuasión grande y muy barato. Responsabilidad de los Estados", aseveró el gobernante.

El debate sobre la tenencia y control de armas de fuego en Estados Unidos se ha reabierto fuertemente tras la masacre ocurrida en un centro de educación secundaria en Parkland, en el sur de Florida, cuando un joven abrió fuego en las instalaciones educativas.

El presidente defendió por primera vez el jueves que un grupo de profesores, con un entrenamiento especial, pueda ir armado en los colegios y abogó por aumentar de 18 a 21 años la edad mínima para adquirir un rifle y analizar mejor el estado psicológico de los compradores de armas. Pero en su intento de tomar la iniciativa ante la epidemia de violencia armada en Estados Unidos, Trump descarta medidas drásticas, como la prohibición de venta de determinados fusiles.

Y cualquier reforma depende de la aprobación por parte del Congreso.

Lo ocurrido en el liceo de Parkland (Florida) ha impactado a Trump. Tras la muerte de 17 personas a manos de Nikolas Cruz, un exestudiante de 19 años, el presidente ha decidido pasar a la acción. Las consecuencias son inciertas, sobre todo dado el carácter imprevisible de Trump y el rechazo hasta ahora de los republicanos, que son mayoría en el Capitolio, a cualquier restricción al derecho constitucional a portar armas, que consideran un principio sagrado.

Seguridad.

Pero algo se mueve. Trump parece decidido a utilizar esta crisis para venderse como un gestor efectivo pese a su defensa de las armas y del lobby armamentístico. "Soy el mayor creyente en la Segunda Enmienda", dijo el jueves sobre el artículo de la Constitución que avala el uso de fusiles. "Creo que estamos logrando muchos progresos", agregó en una reunión sobre seguridad escolar con políticos.

La violencia armada hace de Estados Unidos una anomalía en el mundo desarrollado. Se calcula que cada día mueren 93 personas por disparos y que hay casi el mismo número de armas privadas que ciudadanos.

Inicialmente, tras el tiroteo de Florida, el republicano articuló un mensaje de condolencia sin mención alguna a un mayor control a las armas de fuego. Sus palabras fueron muy similares a las pronunciadas en noviembre tras la muerte de 26 personas en un tiroteo en una iglesia en Texas y en octubre tras la peor masacre por armas de fuego de la historia de Estados Unidos cuando 58 personas fallecieron en un concierto en Las Vegas.

El martes, sin embargo, el guion cambió. Trump propuso por primera vez como mandatario imponer tímidas restricciones a la compraventa de armas. Tras pasar el fin de semana en Florida, incluida una visita a supervivientes del tiroteo en la escuela, firmó un memorando en que insta a su fiscal general a proponer una norma que prohíba la venta de piezas que convierten un rifle semiautomático en automático y lo hacen por tanto más letal, como una ametralladora. Ese trucaje se utilizó en la masacre de Las Vegas.

El miércoles, Trump dio un paso más. Celebró en la Casa Blanca una reunión con supervivientes de tiroteos en colegios, incluido el de Florida. Fue una "sesión de escucha" muy calculada y a la que no acudieron algunos de los estudiantes de Parkland que reclaman en manifestaciones prohibir el rifle militar AR-15 empuñado por Cruz y que estuvo vetado entre 1994 y 2004. Pero Trump decidió que todo el encuentro, de más de una hora, fuera retransmitido por televisión, lo que permitió verle respondiendo a padres que habían perdido a sus hijos en una emotiva catarsis colectiva.

Dolor.

"Estoy enojado. No voy a volver a ver a mi hija nunca más. No está aquí. Esto ahora no va de leyes sobre armas. Arreglemos primero los colegios. Unámonos con el presidente y arreglemos los colegios", dijo Andrew Pollack, padre de una de las 14 estudiantes asesinadas en Florida.

Fue en esa reunión donde Trump aprovechó la recomendación del padre de una superviviente de ese colegio para reclamar que haya profesores armados con el pretexto de que puedan neutralizar a un hipotético tirador en los minutos fatídicos en que tarda en llegar el personal de emergencia.

En cambio, el mandatario no respaldó en público las reclamaciones de varios asistentes de dificultar la venta de pistolas y rifles.

La idea de armar a los profesores tiene la aprobación de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), pero también ha generado rechazo de grupos que abogan por un mayor control de armas y de la principal agrupación política de educadores de Estados Unidos, la Asociación Nacional de Educación (NEA), que opina que los maestros "deben centrarse en enseñar".

Asimismo, se ha generado un movimiento estudiantil para defender la tranquilidad y la paz en las escuelas, libres de armas, quienes alegan que es necesario aumentar las regulaciones y el acceso a las armas de fuego.

"En camino de resolver este horrible problema"

EFE. "Creo que estamos bastante en camino de resolver este horrible problema que pasa demasiado a menudo en Estados Unidos", dijo Donald Trump, al referise a lalos tiroteos masivos en centros de enseñanza, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.

Aseguró que había hablado con los líderes republicanos en el Congreso, Paul Ryan y Mitch McConnell, y consideró que había "movimiento" en la rama legislativa para "dar energía" al debate sobre las armas.

"Ha habido gente en mi posición que mencionaba estas cosas y no se hacían. Nosotros nos lo tomamos muy en serio. Queremos ponerle fin", garantizó Trump.

El presidente solo ha respaldado una acción legislativa: un proyecto de ley de alcance limitado, que mejoraría la eficacia del sistema actual de verificación de antecedentes penales de los potenciales compradores de armas, y al que la NRA no se opone. "Vamos a ser muy firmes en el tema de la verificación de antecedentes", prometió el mandatario.

Trump no repitió la única propuesta que le enfrenta a la NRA de entre las que ha hecho, y que consistiría en aumentar de 18 a 21 años la edad mínima para comprar un rifle semiautomático bajo la ley federal estadounidense.

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