GIRO POLÍTICO
El país lleva un año en una profunda crisis política, después de que el presidente Kais Saied se atribuyera plenos poderes con la excusa de una situación inestable.
Los tunecinos están llamados hoy a votar el referéndum una nueva Constitución, de marcado tinte presidencialista, que supone un giro político en la crisis de esta joven democracia, aún en riesgo de caer en derivas autoritarias.
El país, de 12 millones de habitantes, lleva un año en una profunda crisis política, después de que el presidente Kais Saied (elegido por amplia mayoría en 2019) se atribuyera plenos poderes con la excusa de una situación inestable. “Un golpe de Estado”, según la oposición, y una “concentración excesiva del poder” para las organizaciones de defensa de derechos humanos.
La última versión del texto, escrita por Kais Saied en persona, se encuentra “a años luz del proyecto laico y democrático” que propuso la comisión encargada de su elaboración, dijeron analistas políticos.
Sadok Belaid, el jurista al mando de la comisión encargada de la elaboración, tomó distancia del texto final, ya que es susceptible “de abrir la vía a un régimen dictatorial”, afirmó.
La oposición y los analistas están preocupados por la vuelta prevista a un régimen ultrapresidencialista, que rompería con el sistema parlamentario creado tras la caída del dictador Ben Alí en 2011, y que hacía de Túnez la única democracia salida de las revueltas de la Primavera Árabe.