ESTADOS UNIDOS
Los simpatizantes llegaron por miles, y antes de que un grupo se lanzara a asaltar la sede del Capitolio, escucharon a Trump, que una vez más les dijo que nunca admitiría que perdió las elecciones.
Donald Trump había prometido que ayer miércoles iba a ser un día “salvaje” en Washington. El presidente saliente había alentado a sus partidarios a manifestarse en la capital estadounidenses en contra de la sesión del Congreso de certificación de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
Los simpatizantes trumpistas llegaron por miles de todo el país, y antes de que un grupo se lanzara a asaltar la sede del Capitolio, escucharon al propio Trump, que una vez más les dijo que nunca admitiría que perdió las elecciones. “Nunca nos rendiremos. Nunca concederemos”, afirmó a la multitud que lo vitoreaba en el acto convocado bajo el lema “Salvemos a Estados Unidos”.
Luego de escuchar a Trump, con la sangre hirviendo, una turba asaltó el Capitolio para evitar que el Congreso certificara la victoria de Biden. Los miembros de la Cámara de Representantes y el Senado fueron evacuados apenas los manifestantes aparecieron por los pasillos del Congreso, lo que obligó a ambas cámaras a suspender la sesión conjunta.
Un manifestante ocupó el estrado del Senado y gritó: “Trump ganó la elección”, mientras otros derribaron barricadas y se enfrentaron con la policía.
Biden, que asumirá el cargo el 20 de enero, dijo que el asalto al legislativo “se acerca a la sedición”. “Nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes, esto es algo que no se parece a nada que hayamos visto en los tiempos modernos. Un asalto al alcázar de la libertad, el propio Capitolio”, dijo Biden desde Wilmington (Delaware), donde reside.
“Hago un llamado a esta turba para que retroceda y permita que el trabajo de la democracia avance”, sostuvo Biden, instando a Trump a aparecer en la televisión nacional para exigir “el fin de este asedio”.
La reacción de Trump llegó dos horas después de que comenzara el asalto al Congreso, por medio de un vídeo publicado en Twitter: “Se tienen que ir a casa ahora, tenemos que tener paz. Tenemos que tener ley y orden. No queremos a nadie herido. Es un período muy difícil”, dijo Trump.
I am asking for everyone at the U.S. Capitol to remain peaceful. No violence! Remember, WE are the Party of Law & Order – respect the Law and our great men and women in Blue. Thank you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 6, 2021
“Esta fue una elección fraudulenta, pero no podemos hacerle el juego a esta gente. Necesitamos paz, así que vayan a casa. Los queremos, son muy especiales”, agregó el presidente saliente.
“Se que están dolidos y heridos. Nos robaron las elecciones, unas elecciones que ganamos por mayoría. Todo el mundo lo sabe, especialmente en el otro lado (los demócratas), pero se tienen que ir a casa ahora”, indicó.
Para cuando Trump pidió a su gente que se retirara, las cadenas de televisión ya habían mostrado a manifestantes rompiendo ventanas y a la policía lanzando gases lacrimógenos dentro del edificio. Una mujer resultó herida por un disparo y murió anoche.
La policía del Capitolio pidió a los legisladores que sacaran máscaras antigases de debajo de sus asientos y se prepararan para ponérselas. Los agentes en la puerta principal de la Cámara de Representantes desenfundaron sus armas esperando el ingreso de los manifestantes.
Los oficiales también ordenaron a los legisladores que se tiraran al piso por seguridad.
Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso de certificación de Biden y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución.
Toque de queda.
El asalto al Congreso duró tres horas, hasta que fue desalojada la turba. La tranquilidad llegó poco antes de que entrara en vigor el toque de queda declarado por la Alcaldía de Washington, a la hora 18.00 en la capital estadounidense (20.00 en Uruguay).
Aunque las autoridades lograron despejar el Capitolio, muchos de los seguidores de Trump ignoraron el toque de queda y apenas se alejaron un poco. Entonces una vez que entró en vigor el toque de queda, los agentes antidisturbios empezaron a avanzar hacia el centro de la ciudad para empujar a los seguidores de Trump lejos del Capitolio.
Algunos obedecieron, alejándose de la zona lentamente pero sin dar señales de querer regresar a sus casas. Otros manifestantes se dirigieron hacia la calle 16, a una intersección situada enfrente de la Casa Blanca y bautizada como la plaza de Black Lives Matter (Las vidas Negras Importan). Allí, dos decenas de ellos se enfrentaron con otros manifestantes contrarios a Trump, a puñetazos, con gas pimienta y una pistola de descarga eléctrica, hasta que la Policía intervino para que pararan, informó The Washington Post.
República bananera.
El expresidente George W. Bush denunció a algunos de sus correligionarios republicanos por alimentar el asalto en el Capitolio, comparando la situación con una “república bananera”.
“Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática”, dijo Bush en un comunicado sobre los disturbios, que tildó de “insurrección”.
Por su parte, el presidente Luis Lacalle Pou emitió un mensaje anoche: “Manifestamos nuestro más profundo rechazo ante los hechos de violencia ocurridos en el día de hoy en Congreso de los Estados Unidos”, indicó a través de su cuenta de Twitter. Y agregó que confía en que “los valores democráticos de esa nación prevalecerán frente a cualquier intento de menoscabar sus instituciones”. (EFE, AFP, Reuters)
Proponen un juicio político o la renuncia
Una congresista demócrata está redactando artículos de juicio político contra el presidente Donald Trump.
“No podemos permitir que permanezca en el cargo, es una cuestión de preservar nuestra República y debemos cumplir con nuestro juramento”, escribió en Twitter la congresista Ilhan Omar, a pesar de que solo quedan dos semanas antes de que asuma Joe Biden.
Los pedidos de juicio político se difundieron rápidamente en las redes sociales entre legisladores demócratas, comentaristas y hasta algunos republicanos.
El columnista del New York Times Thomas Friedman dijo que el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, debe encabezar una delegación de líderes republicanos a la Casa Blanca “para decirle a Trump que debe renunciar de inmediato, o se unirán a los demócratas para iniciarle un juicio político”.
Anthony Scaramucci, exdirector de comunicaciones de la Casa Blanca de Trump, dijo a Reuters a través de un mensaje de texto: “Donald Trump y los funcionarios electos deben ser acusados y destituidos de sus cargos. Han dañado nuestra posición en la comunidad internacional y ahora están amenazando nuestra forma de vida”.
Los líderes mundiales calificaron de “vergonzoso”, “impactante” y “preocupante” el asalto al Capitolio, denunciando un “ataque contra la democracia” y llamando a respetar el resultado electoral.
El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció “escenas vergonzosas” y exhortó a una “transición pacífica” del poder al demócrata Joe Biden.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, instó a los seguidores de Donald Trump a “dejar de pisotear la democracia”, añadiendo que “las palabras incendiarias se convierten en acciones violentas”.
Su colega francés, Jean-Yves Le Drian, condenó “un ataque grave contra la democracia”. “La voluntad y el voto del pueblo estadounidense deben respetarse”, añadió.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, denunció un “asalto sin precedentes contra la democracia de Estados Unidos” y pidió que se respete el resultado de las elecciones presidenciales.