POR LA GUERRA EN UCRANIA
Uno complica la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN, mientras que el otro el embargo al petróleo ruso.
Dos asuntos vitales integran hoy la agenda de los aliados occidentales en el marco dela guerra en Ucrania. Por un lado, el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, y por otro el embargo a la compra de petróleo ruso. Pero también hay dos escollos que complican que se concreten ambas medidas: la oposición de Turquía a que los dos países escandinavos se sumen a la alianza atlántica, y la de Hungría a votar el embargo al petróleo ruso.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció ayer lunes el valor de Turquía dentro de la Alianza y se mostró dispuesto a tratar “cualquier preocupación de seguridad” que pueda tener en relación con el ingreso de Finlandia y Suecia.
“Turquía es un valioso aliado y cualquier preocupación de seguridad debe ser abordada”, indicó Stoltenberg en su cuenta de Twitter tras hablar con el ministro turco de Exteriores, Mevlut Çavusoglu. El político noruego, además, pidió a Turquía unidad: “Debemos permanecer juntos en este momento histórico”.
Turquía vetará la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN si estos países mantienen su política de acogida de militantes kurdos, advirtió ayer lunes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
“Suecia es una incubadora de organizaciones terroristas. Acogen a terroristas. En su Parlamento hay diputados que defienden a los terroristas. A quienes acogen a terroristas no les diremos ‘sí’ cuando quieren unirse a la OTAN”, afirmó Erdogan.
El presidente turco se refería en particular a las organizaciones militantes kurdas que considera ramificaciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía
La Unión Europea (UE) considera al PKK una organización terrorista, pero no a las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), apoyadas por Estados Unidos y otros países, mientras que para Turquía se trata de la misma entidad por los estrechos vínculos entre ambos.
En tanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ayer lunes que la ampliación de la OTAN a Finlandia y Suecia será un problema para Rusia si incluye el despliegue de armamento en territorio de esos países.
“Rusia no tiene problemas con esos países (Finlandia y Suecia). La ampliación a esos países no nos crea una amenaza directa”, dijo Putin durante la cumbre de la postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
Aunque, seguidamente, matizó que si la ampliación va acompañada del emplazamiento de “infraestructura militar en esos territorios, sin duda provocará una respuesta por nuestra parte”.
“Y cuál será, lo decidiremos partiendo de las amenazas que nos cree” la OTAN, afirmó.
Por lo pronto, Rusia amenazó ayer lunes con medidas “técnico-militares” a Suecia, al igual que hizo la pasada semana con Finlandia, si el país escandinavo ingresa en la OTAN, como anunció su Gobierno.
“Rusia se verá obligada a adoptar medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que surjan para su seguridad nacional”, señala el comunicado del Ministerio de Exteriores.
Rusia insiste que su respuesta dependerá “en gran medida” de las “condiciones concretas de la integración de Suecia en la Alianza Atlántica”.
La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, anunció ayer lunes que pedirá formalmente el ingreso en la OTAN debido a la nueva situación de seguridad creada por la intervención militar rusa en Ucrania, lo que pondrá fin a dos siglos de política exterior basada en la no alineación.
Embargo al petróleo
Cortar la dependencia con el gas y el petróleo ruso es otro de los asuntos que tienen en debate hoy la UE. Los ministros de Exteriores del bloque no lograron ayer lunes dar el impulso político necesario para que Hungría levante su veto a sancionar las importaciones de petróleo de Rusia y sacar adelante la sexta ronda de sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania.
“Seguimos discutiendo, por desgracia hoy (por ayer) no ha sido posible llegar a un acuerdo para finalizar el sexto paquete de sanciones”, informó el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término del Consejo de ministros, en el que se intercambiaron además puntos de vista con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba.
Borrell dijo que el asunto volverá al Comité de Representantes Permanentes de la UE, en el que los embajadores de los Veintisiete “continuarán discutiendo”, ya que “seguimos con las mismas dificultades sobre la unanimidad sobre el veto al petróleo”.
Los Estados miembros aún no han alcanzado la unanimidad necesaria para concretar la propuesta de la Comisión Europea del pasado 4 de mayo de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que incluya la prohibición de importar su petróleo en seis meses y, el refinado, en ocho meses.
Hungría, que no tiene salida al mar y no puede recibir a barcos petroleros, debería adaptar su estructura de refinerías y la capacidad de los oleoductos para que llegara el crudo desde el Mediterráneo a través de Croacia, indicó Borrell, que aludió también al “coste estructural permanente” por tener que pagar más caro petróleo de otra procedencia. (AFP, EFE)
Amenaza al PIB de la eurozona
Un corte total del gas procedente de Rusia hundiría el crecimiento económico de la eurozona, que sería prácticamente nulo, y dispararía la inflación por encima del 9%, según el escenario más negativo de las nuevas previsiones macroeconómicas que la Comisión Europea publicó ayer lunes.
El escenario base del Ejecutivo comunitario apunta a una expansión del PIB de la zona euro del 2,7%, más de un punto por debajo de su cálculo anterior, pero este crecimiento se evaporaría prácticamente entero ante un eventual corte súbito del suministro de gas ruso y se situaría en un escaso 0,2%.
Además, el incremento de los precios, que las autoridades comunitarias estiman en sus nuevas proyecciones en un 6,1%, subiría en tres puntos y superaría el 9% en caso de materializarse el escenario “severo”.
La UE reconoce que sus simulaciones de escenarios mucho peores que el esperado cuentan con “importantes limitaciones”, especialmente en el más negativo, porque el entorno económico está sujeto a una elevada incertidumbre derivada de la guerra rusa en Ucrania.
En todo caso, el informe de la Comisión Europea advierte de que en caso de “disrupciones a gran escala” en las importaciones de gas desde Rusia y con unos precios tanto del gas como del petróleo superiores a lo esperado, el deterioro sobre la economía europea sería “sustancial” y el ajuste a corto plazo sería “extremadamente costoso”.
Este escenario “severo” está basado en las “limitadas posibilidades” para sustituir el gas ruso porque estas importaciones “dependen en gran medida de infraestructuras específicas”, como gasoductos o terminales de gas natural licuado (GNL).