AFP, EFE
Rusia insiste en vincular a Ucrania en el atentado del viernes a las afueras de Moscú que causó 139 muertos. El lunes el presidente ruso Vladimir Putin dijo que el atentado lo cometieron “islamistas radicales” con la ayuda de Ucrania, y ayer martes los servicios de inteligencia rusos descartaron que el Estado Islámico (ISIS) actuara solo y acusaron directamente el gobierno ucraniano.
Putin dijo el lunes durante una reunión con miembros de las fuerzas de seguridad, que fue transmitida en directo por la televisión, que el atentado lo cometieron “islamistas radicales”, pero que cree que hay una mano negra detrás que atribuyó a Ucrania y a sus aliados, especialmente Estados Unidos.
“Bestia enferma”
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reaccionó a la denuncia de su homólogo ruso: calificó de “bestia enferma y cínica” a Putin por su acusación.
“Putin ha vuelto a hablar consigo mismo, lo que se ha retransmitido por televisión. Una vez más, acusó a Ucrania. Bestia enferma y cínica”, dijo Zelenski en la red social X.
Según Zelenski, en la mente de Putin “todo el mundo es un terrorista excepto él mismo”.
Rusia descartó ayer martes que ISIS sea el único responsable del atentado terrorista en Moscú y acusó directamente a Ucrania y a sus aliados occidentales, aunque sin aportar ninguna prueba al respecto.
“Consideramos que el acto lo prepararon los islamistas radicales y, naturalmente, contribuyeron a ello los servicios secretos occidentales”, dijo Alexandr Bórtnikov, jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), quien agregó que los servicios de inteligencia de Ucrania tuvieron una “relación directa” con el ataque.
“Por supuesto, Ucrania”, respondió Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, a la pregunta de un periodista: “¿Estado Islámico o Ucrania?”.
La FSB sigue así el camino que marcó Putin al sugerir el lunes la existencia de una mano negra ucraniana.
“¿Quién se beneficia?”, se preguntó Putin y él mismo contestó que Ucrania y sus patrocinadores occidentales, al tiempo que defendió al mundo musulmán y puso en duda que los islamistas cometan atentados coincidiendo con el Ramadán.
Poco importa que los servicios de inteligencia occidentales insistan en que el atentado fue obra del ISIS-K (Estado Islámico del Jorasán).
“Héroes”
Bórtnikov, el jefe del FSB, denunció que Ucrania “participaba en la instrucción y adiestramiento de combatientes en Oriente Medio”.
“Los bandidos tenían intención de fugarse por la frontera. Justo al territorio de Ucrania. Según nuestros datos operativos preliminares, allí les esperaban (...) Y les cuento un secreto: al otro lado les querían recibir como héroes”, señaló.
Bórtnikov dijo que se debe declarar “organización terrorista” el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y consideró “objetivo legítimo” el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budánov.
Eso sí, seguidamente, admitió que Moscú aún no ha podido establecer a ciencia cierta la identidad de los que encargaron el ataque y que toda la información a disposición de los servicios de seguridad es de “carácter general”. “A grandes rasgos consideramos que están implicados en ello”, subrayó, al responder a una pregunta sobre la responsabilidad del gobierno ucraniano.
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