ASESINATO DEL FISCAL PARAGUAYO
La policía colombiana dijo que no sabía que estaba en el país.
Era su último día en el Caribe, el sexto después de llegar a Colombia a celebrar su luna de miel y el más feliz para la pareja recién casada: le anunciaban al mundo que serían padres. Sin embargo, en menos de dos horas, esa felicidad sublime se transformó en desasosiego y muerte. A las 10:30 de la mañana del 10 de mayo, el fiscal paraguayoMarcelo Pecci cayó sobre la arena blanca de la playa de Barú, una isla paradisiaca a 45 minutos de Cartagena de Indias. Dos sicarios aparecieron en una moto acuática y llegaron hasta la playa del hotel Decameron, donde se hospedaban Pecci y su esposa, la periodista Claudia Aguilera.
“Uno de los hombres se bajó y sin mediar palabra le disparó dos veces a Pecci, un impacto lo recibió en la cara y otro en la espalda”, narró la mujer al diario El Tiempo. Luego huyeron en la misma moto acuática.
Los turistas, de una playa usualmente tranquila, se agolparon alrededor del cuerpo del fiscal y algunos intentaron subirlo a una camilla, pero ya estaba muerto. Entre sollozos, Aguilera se arrodilló junto al cuerpo de su esposo. La felicidad de su matrimonio, el 30 de abril pasado en Asunción, la luna de miel que tanto prepararon y el anuncio del bebé en camino, se desvanecieron.
El homicidio ha conmocionado a Paraguay y a Colombia, donde las autoridades policiales de ambos países, junto a funcionarios estadounidenses, tratan de encontrar las redes internacionales que participaron en el asesinato. Pecci era un fiscal especializado en narcotráfico y el hombre tras las investigaciones de los grandes casos de lavado de dinero y crimen organizado en Paraguay. Recientemente, había participado en el operativo Ultranza Py, contra el narcotráfico en ese país.
“Es difícil establecer un vínculo del porqué, si bien todo apunta a que perjudicaba intereses del mercado criminal del narcotráfico vinculado a la cocaína que opera desde Paraguay y que utiliza a toda la hidrovía Paraguay-Paraná para que la mercancía pueda salir por los puertos de Buenos Aires o Montevideo con destino a mercados europeos, australianos y asiáticos. Es la hipótesis más fuerte de por qué lo asesinaron”, explica al diario El País de Madrid Juan Martens Molas, doctor en criminología y director del Instituto Comparado en Ciencias Sociales y Penales Inecip.
Pero la narcopolítica, que también se ha convertido en un fenómeno en Paraguay, es otro factor a tener presente, explica. “Es muy difícil encontrar un caso en donde no esté vinculado un político. Varios de los que Pecci llevaba como fiscal también tenía como sospechoso o imputado a políticos que están en prisión”.
Pecci había viajado sin seguridad y, según la Policía de Colombia, no sabían de su presencia en el país. Aguilera ha dicho que no había recibido amenazas. La pareja había llegado a Colombia el 5 de mayo y estuvo paseando por el centro histórico de Cartagena de Indias, el barrio Getsemaní y las murallas. El 6 de mayo se desplazaron a Barú. La serie de mensajes de Aguilera sobre la felicidad que los embargaba, rompieron el corazón de miles de personas. El lunes, ella publicó en sus redes: “El último atardecer en Barú, pero tendremos millones más juntos”. (El País de Madrid)