AFP
La actividad turística en Machu Picchu enfrentaba ayer jueves una huelga convocada por pobladores, contra el nuevo sistema adoptado por el gobierno peruano, para la venta de entradas a la ciudadela inca más visitada en el mundo.
La protesta fue organizada por colectivos del distrito de Machu Picchu Pueblo, departamento de Cusco, en rechazo a la decisión del Ministerio de Cultura de contratar a un privado para que gestione la venta en línea de las entradas.
Según sus líderes, el llamado paro indefinido incluye marchas, el cierre de comercios y bloqueos en la vía del tren que conduce a esta joya de la arquitectura y la ingeniería prehispánica.
“Estamos en contra de la privatización sistemática de Machu Picchu. El pueblo no está de acuerdo, esta empresa ha sido contratada de manera ilegal. Las organizaciones piden que se anule el contrato con la empresa Joinnus”, dijo a la AFP el exalcalde de Machu Picchu, Darwin Baca.
A raíz de la protesta, los turistas han sufrido retrasos en sus itinerarios.
Los manifestantes, con banderas y pancartas en las que se lee “Machu Picchu no se privatiza ni se alquila” o “Ministra de Cultura, renunciá ya”, interrumpieron el paso del tren, lo que ha obligado a los viajeros a caminar unos tres kilómetros hasta la entrada de la ciudadela.